E
s para mí una gran satisfacción dirigirme a todos ustedes en una fecha tan señalada como la de hoy, en la que conmemoramos el veinte aniversario de la firma de la Convención sobre los Derechos del Niño, que como hemos podido escuchar en la voz de UNICEF, ha supuesto un logro histórico en la mejora de las condiciones de vida de los niños.
Supone también una gran alegría constatar el progreso alcanzado en estos veinte años, labor a la que tantas y tantas personas en todo el mundo han dedicado sus mayores esfuerzos e ilusiones.
Avanzar en el pleno cumplimiento de los derechos de los niños, en todos sus aspectos, ha sido en ocasiones una tarea titánica, que ha servido para poner de manifiesto la necesidad de reconocer y aplicar el auténtico valor y significado de la dignidad humana de la infancia.
Sin embargo, y a pesar de estos logros evidentes, somos muy conscientes de lo mucho que queda por hacer para que el espíritu y la letra de la Convención se conviertan en una realidad, sin excepciones, para todos los niños del mundo.
Aprovecho por tanto esta oportunidad para reafirmar la voluntad de todos nosotros de renovar nuestro empeño colectivo, profesional y personal, para que este objetivo pueda alcanzarse cuanto antes. Así conseguiremos, juntos, que un día no muy lejano puedan tener todos los niños una auténtica oportunidad para su desarrollo integral como personas y como ciudadanos de un mundo más solidario y fraternal.
Muchas gracias.