Un año más, regresamos la Reina y yo a esta casa de ABC, agradecidos por poder acompañaros en la entrega de los premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote que, desde hace más de un siglo, reconocen la excelencia de la profesión periodística.
La relación de premiados hasta el momento como recordaba Rodrigo Cortés, resulta abrumadora por el inmenso talento de los galardonados. Cada uno, con su estilo y criterio, ha demostrado calidad literaria, lucidez analítica, inquietud intelectual, sagacidad periodística y, en definitiva, pasión por contar las cosas que pasan.
Los periodistas sois los primeros en relatar lo que sucede cada día, los pioneros en transmitir —con palabras o imágenes— las claves para interpretar cada momento mediante una hábil y profesional combinación de lo importante y lo interesante.
De una mezcla precisa de esos ingredientes surge el periódico de cada día, puesto a disposición de sus lectores, destinatarios primordiales del trabajo de los periodistas. De ahí la formidable importancia y la alta responsabilidad de la labor que desempeñan los medios en un panorama que, con la revolución digital que trae consigo el siglo XXI, se ha visto ampliado de manera exponencial con la irrupción de nuevos formatos y también de nuevos actores.
Me gustaría en este punto destacar la notable capacidad de adaptación de los medios a los numerosos cambios que se están produciendo —en cuanto a modelos de negocio, formas de comunicar, modos de consumir la información...— y, en un contexto así, la vigencia de lo que se conoce como la gran prensa, que ha sabido responder a cada etapa sociológica, a la tecnología del momento y a los distintos avatares históricos y profesionales; y destacar, en fin, a periódicos que, como ABC, continúan informando siendo fieles a sus objetivos fundacionales y enriqueciendo el debate público; también valorando y promoviendo el buen periodismo, como el que hoy se reconoce y se premia.
Señoras y señores,
Rodrigo Cortés es el Cavia de esta edición gracias a un artículo (La tortilla, ¿con o sin tilde?) publicado en La Tercera de ABC el 11 de marzo de 2023, incluido dentro de su serie de diálogos de un surrealismo sorprendente entre dos personas que en este caso, debaten sobre si la palabra “solo” debe llevar tilde. Cortés, además de un cineasta de gran talento, es un escritor de periódicos y libros que se sabe el oficio y la responsabilidad que conlleva con el lector.
"...El excelente trabajo de Rodrigo Cortés, Rosa María Calaf y Said Khatib reúne las cualidades a las que me refería al principio: calidad, lucidez, inquietud, sagacidad y, especialmente, pasión por contar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Felicidades al jurado por haber seleccionado estos tres brillantes ejemplos periodísticos y enhorabuena a los tres por vuestras eminentes y esmeradísimas carreras...."
Cuando escribe, proyecta también imágenes deslumbrantes, plenas de imaginación y sugerencias, como ese hercúleo proyecto que, a diario, desarrolla en el “Verbolario” de ABC, un estupendo diccionario paralelo que, a través de una creatividad divertida, irónica y desbordante, siempre te invita a pensar en el envés de las palabras, provocando al instante un chispazo de alerta que, cuando no termina en un pensamiento, concluye con una sonrisa. Leer a Rodrigo Cortés, como ver sus películas, siempre es un placer, así que, enhorabuena. Una palabra que no tiene ningún doble significado, desde luego.
El premio Luca de Tena es para Rosa María Calaf en su condición de pionera del reporterismo español de su generación. Referente indiscutible en el mundo del periodismo, ha defendido siempre la máxima de que la información ha de estar al servicio de los hechos y no al revés.
Rosa María es una viajera incansable —no podía ser de otro modo, ya que se crio en el seno de una familia muy viajera—, lo que le ha permitido hacer crónicas de todo tipo (político, económico, social o deportivo) desde más de 180 países. Como corresponsal de RTVE ha ejercido en algunas de las metrópolis informativas del planeta, desde Nueva York a Roma, pasando por Hong Kong, Viena o Moscú, cuya oficina en la Unión Soviética abrió ella en un momento histórico, con la llegada de Mijaíl Gorvachov.
Con más de tres décadas de periodismo a pie de calle —como “reportera de terreno”, como a ella le gusta decir—, con un estilo personalísimo, sinónimo de credibilidad, Rosa María nos fue transmitiendo todo lo que sucedía fuera de nuestro país de una manera muy cercana y accesible. Y lo que es más importante, compartiendo su pasión por lo que hacía. Felicidades y muchas gracias.
El fotoperiodista Said Khatib ha sido distinguido con el premio Mingote por una fotografía tomada en Gaza y publicada en La Vanguardia el 13 de octubre de 2023. El galardón reconoce la trayectoria de este reportero gráfico, que estudió en la Universidad Al-Azhar de Gaza y que desde 2003 trabaja para la agencia France Presse. Nos acordamos de tantos compañeros reporteros que en esa y otras guerras/conflictos han perdido la vida. Y nos acordamos, por supuesto, de sus compañeros, de su familia y sus compatriotas.
La imagen premiada muestra el duro momento en el que una familia atraviesa en su coche el centro de Rafah, semiderruido por la guerra. Fue tomada en plena evacuación de la ciudad. Con ella, Khatib nos vuelve a recordar el infinito poder de una imagen; el duradero mensaje que transmite y que va mucho más allá de ese instante concreto, de ese segundo, en el que pudo captar la vida de cinco personas. Enhorabuena.
El excelente trabajo de Rodrigo Cortés, Rosa María Calaf y Said Khatib reúne las cualidades a las que me refería al principio: calidad, lucidez, inquietud, sagacidad y, especialmente, pasión por contar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Felicidades al jurado por haber seleccionado estos tres brillantes ejemplos periodísticos y enhorabuena a los tres por vuestras eminentes y esmeradísimas carreras.
Vuestro periodismo es cabal, genuino y perdurable; un periodismo que aspira a convertirse en fuente documental y que, al final, va revistiendo el edificio de la Historia, ejemplo de una prensa que, además del valor supremo de la información, persigue un bien superior, que nos invita al pensamiento y a la reflexión, que despierta conciencias y que, desde el conocimiento de lo que ocurre, nos ayuda a comprender mejor el mundo.
Muchas gracias.