Después de la solemne y emotiva entrega del Premio Cervantes que vivimos ayer, nos alegra cumplir con la tradición de reunir aquí en el Palacio Real a una representación del mundo de las letras para rendir un triple homenaje: a la figura de nuestro premiado de la presente edición de 2022, Rafael Cadenas, a nuestra lengua común y, como siempre merece, especialmente en estas fechas, al propio Miguel de Cervantes, cuya obra universal refleja de manera sublime los valores esenciales que encarna la lengua española.
La Reina y yo os damos la bienvenida más afectuosa confiando que sea esta una buena ocasión para compartir y festejar; para, encontrar en este espacio y en este tiempo la oportunidad de reivindicar la literatura, el libro y su lectura, como lugar de serena reflexión, santuario de inspiración, de consultas y referencias, para la vida y nuestro discurrir.
Para nosotros es un placer, y a la vez un honor, ser anfitriones de quienes os dedicáis al cultivo y la promoción de nuestro idioma en distintos entornos. Y cierto es que entre los muros de este Palacio han sido muchas las voces que se han escuchado de tantas figuras, “paladines” de nuestras letras y de nuestra común y diversa raíz cultural.
Celebramos la enorme vitalidad del español, a la que todos contribuís, con vuestra capacidad e iniciativa. Os agradecemos vuestra presencia aquí y vuestro extraordinario servicio al español.
Conservamos aún fresco el olor de los mares de Cádiz, donde hace apenas un mes celebramos el IX Congreso Internacional de la Lengua Española. Todavía resuena el eco de la voz del colombiano Héctor Abad proclamando el orgullo que siente por su lengua mestiza. El español tiene en esta condición una de sus principales señas de identidad. Convive felizmente en un intercambio fecundo de voces, realidades y culturas en el que todos nos reconocemos.
"...Después de la solemne y emotiva entrega del Premio Cervantes que vivimos ayer, nos alegra cumplir con la tradición de reunir aquí en el Palacio Real a una representación del mundo de las letras para rendir un triple homenaje: a la figura de nuestro premiado de la presente edición de 2022, Rafael Cadenas, a nuestra lengua común y, como siempre merece, especialmente en estas fechas, al propio Miguel de Cervantes, cuya obra universal refleja de manera sublime los valores esenciales que encarna la lengua española..."
Así lo reflejó magistralmente Miguel de Cervantes en El Quijote, lugar de encuentro de todos los hispanohablantes del mundo, que se identifican con su lengua y sus principios ciudadanos. Más que nunca asumimos hoy, en medio de las grandes transformaciones que nos rodean, su invitación a expresarnos —y cito— «a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas». La lengua es el vehículo de progreso de comunidades y culturas y, a su vez, se fragua al ritmo en que estas se desenvuelven; asume las aportaciones de todos y se abre a nuevos espacios de crecimiento.
Para Rafael Cadenas la lengua es, también, la patria del escritor, su posesión más preciada, que se identifica con el propio ser humano. Así, desde aquella, ya lejana, Tabla Redonda (grupo artístico-literario de la década venezolana de los sesenta) comenzó el poeta su indagación sobre el poder de la palabra, pero también del silencio que él convierte en una forma del habla.
Para Cadenas, la palabra es libertad y no entiende de fronteras. Conversa directamente con su poesía; una conversación nada fácil, entre palabras, silencios y búsqueda de consensos que queda perfectamente plasmada en Las paces: «Lleguemos a un acuerdo, poema. / Ya no te forzaré a decir lo que no quieres /ni tú te resistirás tanto a lo que deseo».
La poesía de Rafael Cadenas está apegada a la vida, nace involuntariamente de ella y se convierte en expresión de su realidad, que conoce el fracaso, la derrota, la soledad y el exilio, pero también los más elevados sentimientos del ser humano. Muestra el poder transformador de la palabra encumbrada a las más altas cimas de la creación. Y expresa con contundencia valores fundamentales de nuestra lengua, como la libertad, el diálogo y el entendimiento, fraguados a lo largo de tantos años de encuentros entre los pueblos hermanos que compartimos el español.
La palabra de nuestro premiado muestra el ideal cervantino y nos recuerda el camino por el que transita nuestra lengua, hoy patrimonio compartido de casi 600 millones de personas en todo el mundo, que conforman el amplio y transoceánico “territorio de la Mancha” invocado por Carlos Fuentes como el gran espacio que une a tierras y pueblos mestizos.
Admirado Don Rafael, el Premio Cervantes que ha recibido como reconocimiento a su obra, no es un espejismo quijotesco, sino una feliz realidad por la que todos le damos la enhorabuena en este día en el que celebramos juntos, con espíritu cervantino, la enorme capacidad integradora de nuestra lengua común. Su palabra nos llega con reminiscencias de Venezuela, que nos emocionan en el recuerdo y que llevan el Premio Cervantes por primera vez a este gran país americano.
Invito a todos a alzar las copas y a brindar por nuestra lengua, por Rafael Cadenas y por la vigencia de los ideales de Cervantes. Felicidades y muchas gracias.