Buenas noches,
Es un placer acompañaros en este Foro Internacional Expansión, que ya en su 4ª edición demuestra la progresiva consolidación de este espacio de debate y diálogo, creado con espíritu constructivo, y que aborda nuevamente los principales desafíos de nuestro presente y también de nuestro futuro; que, como bien sabemos, no son pocos.
Aquí destacados profesionales y especialistas en diversas áreas —con quienes he tenido el gusto de intercambiar impresiones hace unos instantes— ofrecen entre hoy y mañana un análisis muy completo y pormenorizado de la actualidad, que sin duda requiere una valoración lo más detallada y rigurosa posible. El volumen y complejidad de acontecimientos que se suceden en todo el mundo, sin excepción, motivan y exigen una reflexión profunda y serena.
Este año el contexto en el que nos reunimos viene marcado nuevamente —y tristemente— por el principal condicionante de la anterior edición: la invasión rusa de Ucrania y su impacto a nivel global. Un conflicto que ha causado miles de muertos y millones de desplazados —Europa acoge a 5 millones de refugiados ucranianos y a España han llegado 170.000, unas cifras que no dejan de impactarnos.
Esta mañana precisamente habéis podido profundizar sobre ello abordando sus consecuencias sociales, económicas y de seguridad. No cabe duda de que, a la vista de las circunstancias que estamos viviendo, el Orden Internacional está inmerso en un proceso de transformación. Y lo hace a un ritmo constante, generando —es innegable— incertidumbre e incluso inseguridad, incentivadas también por diversos desafíos concurrentes como los efectos de la pandemia que todavía perduran, las perturbaciones en las cadenas de suministro, la subida de los precios o la crisis energética; temas de los que también habéis hablado esta mañana, al igual que el de la sostenibilidad.
Nos encontramos, pues, con retos globales que requieren soluciones globales. Son las que demanda este Siglo XXI, que trae consigo en tantos aspectos una interdependencia creciente en un mundo que el sociólogo Anthony Giddens calificó, hace ya más de dos décadas, como “desbocado”; Zygmunt Bauman, también por aquel entonces, se refirió a él como “líquido” y Daniel Innerarity lo describe como “gaseoso”. En suma, un mundo paradójicamente fracturado, en aparente reconfiguración y, por tanto, de mayor inestabilidad.
La proliferación de dificultades y la magnitud de su alcance motivan la necesidad de concertar y conectar las actuaciones. Requiere de una mayor cooperación internacional, como sostiene el Sec. Gen de la ONU, António Guterres, al que ayer tuve el honor de entregar el Premio Europeo Carlos V. Entre otros méritos, le reconoce precisamente, su infatigable y decisivo compromiso con el multilateralismo eficaz.
"...Es un placer acompañaros en este Foro Internacional Expansión, que ya en su 4ª edición demuestra la progresiva consolidación de este espacio de debate y diálogo, creado con espíritu constructivo, y que aborda nuevamente los principales desafíos de nuestro presente y también de nuestro futuro; que, como bien sabemos, no son pocos (…) Este año el contexto en el que nos reunimos viene marcado nuevamente -y tristemente- por el condicionante de la anterior edición: la invasión rusa de Ucrania y su impacto a nivel global. Un conflicto que ha causado miles de muertos y millones de desplazados -Europa acoge a 5 millones de refugiados ucranianos y a España han llegado 170.000, unas cifras que no dejan de impactarnos..."
En Yuste celebramos ayer, un año más, el Día de Europa y reafirmamos nuestra confianza en el modelo político, económico y social europeo, así como nuestro compromiso democrático con la libertad, la paz, el respeto a las leyes y la solidaridad.
Tampoco podemos eludir en una situación como la actual —como tampoco habéis hecho en el Foro— el gran impacto de las Nuevas Tecnologías y la IA, que influyen en nuestras vidas cotidianas y que demuestran tener cada vez mayor repercusión en la sociedad, en el mercado laboral, en la educación y formación; pero también en los medios de comunicación, en la investigación científica y hasta en nuestras pautas de consumo y de relación interpersonal.
Todos ellos son –o debemos asegurar que sean− avances transformadores, que por tanto presentan infinidad de oportunidades, pero también muchos retos y riesgos asociados que se suman —complicándolos— a los ya tradicionales. Conviene, por ello, contemplarlos desde esa doble dimensión. Y trabajar, no solo en su desarrollo sino también en procurar que sean seguros y medir bien las consecuencias y efectos en la vida colectiva. Se trata de un ámbito que está evolucionando a una velocidad que es mucho mayor, no ya a la capacidad de asimilación de todos los cambios, sino a la capacidad de respuesta ante ellos.
En una coyuntura como ésta, la Ciencia y la actividad investigadora ocupan un lugar central en la sociedad. Celebramos los avances conseguidos, en especial en los últimos años en materia de sanidad y en momentos de gran dificultad, que nos han aportado confianza y esperanza en entornos muchas veces imprecisos y efímeros.
Señoras y señores,
Para terminar, me gustaría referirme brevemente al valor de foros como éste. En nuestro país se han generalizado desde hace años espacios de debate y de reflexión que son una muestra del grado de compromiso de nuestra sociedad con la vida pública. Son lugares y momentos para el encuentro, la generación de ideas, de pensamiento, de conocimiento…, y también de soluciones, que son tan necesarios para poder interpretar y comprender la realidad de cada época.
También son lugares para reafirmar la vigencia de nuestros principios democráticos y de los valores cívicos que compartimos. Y ponen de relieve el dinamismo, la capacidad de iniciativa y la fortaleza de nuestra sociedad, especialmente necesarias en estos momentos.
Es en estos “espacios” donde también se aborda la necesidad de información de calidad; especialmente cuando la oferta informativa es más abundante que nunca y en un contexto, además, de frecuente desinformación que perturba la convivencia y la pervivencia de nuestros valores cívicos. De ahí que siempre sea una buena noticia que se organicen y celebren; y, por supuesto, que perduren. Por ello quiero dar la enhorabuena a Expansión y a Unidad Editorial, por la organización de este Foro un año más, ejemplo visible de responsabilidad social.
No quiero demorar más el inicio de la cena. Espero que mañana tengáis unas sesiones igualmente provechosas. Los temas, desde luego, son tan desafiantes como los tratados a lo largo del día de hoy.
Muchas gracias y os deseo todos los éxitos.