Es un gran placer estar con todos ustedes esta mañana, aquí en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y un honor presidir la inauguración de este VI Congreso de CEAPI, del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica. Y, por tanto, lo primero que quiero hacer es dar la bienvenida más cordial a los 400 participantes hombres y mujeres de empresa —150 de España y 250 de Latinoamérica.
Me alegra especialmente que CEAPI y sus actividades, como este Congreso, sigan avanzando y creciendo en influencia e impacto para contribuir a una mayor proximidad, mayores intercambios económicos y relaciones empresariales, entre nuestras dos grandes regiones (Europa y América Latina); y para posicionar la península ibérica como principal punto o plataforma de conexión.
Si echamos la vista atrás, lo cierto es que desde 2014, cuando entregué el Ier Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano —a Valentín Diez Morodo, por cierto— han sido muchos los momentos que hemos compartido. El último, hace dos años en la clausura de vuestro Congreso, así que agradezco esta nueva invitación, en un contexto muy diferente al de aquel momento, pero que es igualmente muy desafiante. Porque, aunque se ha superado la pandemia que entonces condicionó la edición de 2021, han surgido múltiples retos que deben abordarse.
Y eso es lo que haréis, desde luego, desde vuestra posición privilegiada de conocimiento y experiencia como auténtico think-tank, a lo largo del día de hoy y también de mañana. Os espera, por tanto, un programa sin duda intenso en el que debatiréis y reflexionareis sobre ellos.
Lo digo con frecuencia y lo quiero reiterar también aquí en este importante foro empresarial: congresos de este tipo, lugares de encuentro como este, que promueven el debate y la reflexión sobre los desafíos de nuestro tiempo, son cada vez más necesarios. Y no solo por sus interesantes análisis o puestas en común desde posiciones, enfoques y circunstancias muy variadas, sino porque desde ellos también se impulsan y fomentan intereses comunes que incluso pueden derivar en proyectos concretos o acciones concertadas de beneficio mutuo.
Así que, enhorabuena, por sumar una nueva edición, siendo fieles a vuestra vocación fundacional de contribuir a hacer más Iberoamérica. Algo que en este 2023 hacéis bajo el destacado lema “España, el puente de Iberoamérica y Europa. El momento es ahora: la gran oportunidad”, como acabáis de analizar en el panel inaugural que me ha precedido, entre Enrique y Núria.
"...lo digo con frecuencia y lo quiero reiterar también aquí en este importante foro empresarial: congresos de este tipo, lugares de encuentro como este, que promueven el debate y la reflexión sobre los desafíos de nuestro tiempo, son cada vez más necesarios. Y no solo por sus interesantes análisis o puestas en común desde posiciones, enfoques y circunstancias muy variadas, sino porque desde ellos también se impulsan y fomentan intereses comunes que incluso pueden derivar en proyectos concretos o acciones concertadas de beneficio mutuo... así que, enhorabuena, por sumar una nueva edición, siendo fieles a vuestra vocación fundacional de contribuir a hacer más Iberoamérica. Algo que en este 2023 hacéis bajo el destacado lema “España, el puente de Iberoamérica y Europa. El momento es ahora: la gran oportunidad”, como acabáis de analizar en el panel inaugural que me ha precedido..."
Desde luego, lo es. La oportunidad es notoria. España asume la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE, y nada más iniciarse ese periodo de seis meses el próximo mes de julio, se celebrará en Bruselas −los días 17 y 18− la Cumbre UE-CELAC. Esa gran cita birregional se presenta como una ocasión histórica para potenciar y profundizar una alianza estratégica entre América Latina y Caribe y Europa adaptada a las exigencias y oportunidades del contexto actual. Por tanto, la debemos ver con un interés muy especial por el evidente potencial que encierra para reforzar la agenda entre ambas regiones.
Y esperamos que, desde las realidades y sensibilidades diferentes, a veces no fáciles de conciliar, se den pasos sustanciales que permitan a los países ambas regiones tomar verdadera conciencia de la oportunidad histórica −dado el difícil y complejo contexto mundial−, de avanzar y lograr acuerdos potentes que nos den mayor seguridad y garantías en los intercambios comerciales y las operaciones de inversión… basadas en una mejor confianza mutua y en la proximidad íntima de nuestros valores.
En esta situación España está llamada a tener un papel protagonista al conjugar su proyección iberoamericana y europea. España quiere y puede ser un magnífico impulsor de esa cooperación y trabajo conjunto, porque cree firmemente en la región.
Las cifras asociadas a esta relación bidireccional son realmente positivas. Nuestro país se sitúa como el 1º inversor europeo en América Latina, sobre todo en México y Brasil, y el 2º a nivel mundial, después de EE. UU. Esta es una colaboración recíproca, pues Latinoamérica es el 4º inversor en España, plataforma excepcional desde la que las empresas latinoamericanas pueden proyectarse en el resto de la UE.
Señoras y señores,
El papel de las empresas y de los empresarios, tejiendo lazos en múltiples sectores y ámbitos, forma parte de la construcción de Iberoamérica. Un trabajo que no solo involucra a los gobiernos, sino también a las empresas, a las organizaciones empresariales…, a la sociedad civil y a entidades como el CEAPI, actores todos con un papel muy relevante tanto en el desarrollo económico y social como en el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
Por eso, en el fondo de las relaciones entre España e Iberoamérica no sólo hay un componente económico-empresarial, sino una profunda raíz histórico cultural que habría que hacer extensiva a toda Europa y que se remonta a más de 500 años. Cuando CEAPI estimula la relación entre los dos continentes, lo hace en el marco de una gran plataforma empresarial, mirando con esperanza y ambición al futuro, pero sin olvidar nuestra Historia común.
Queridos amigos de CEAPI,
En menos de una década habéis conseguido agrupar a 250 empresarios, presidentes de algunas de las mayores empresas iberoamericanas, con la misión de elevar y prestigiar el papel del empresario y su impacto en la sociedad, promoviendo el compromiso social y la sostenibilidad, siempre desde una visión iberoamericana; y este es el motivo —determinante e indispensable— que debe seguir inspirando y animando vuestro trabajo.
Estoy seguro de que será así. Y por ello, y finalizo ya, os deseo los mayores éxitos en las jornadas de hoy y de mañana, y en nuestro gran empeño de seguir haciendo, como vosotros mismos decís, más Iberoamérica. El momento es ahora. Aprovechemos la oportunidad.
Muchas gracias.