n su discurso, pronunciado en castellano, y unas palabras dirigidas en portugués al presidente Barroso, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias destacó que "Europa ha sido para los españoles a lo largo del siglo pasado, especialmente en nuestro camino democrático del último tercio, no solo una ilusión, sino una aspiración profundamente sentida para abrirse al mundo y hacer suyos ─y compartir con los demás europeos─ los valores democráticos. Una aspiración y una ilusión que hemos compartido con nuestros hermanos de Portugal". "Creo firmemente que hoy es también fuente de esperanza para el futuro: no solo para resolver la crisis económica sino también para afrontar y superar los retos que el siglo XXI nos plantea en un mundo globalizado y en constante transformación", afirmó Don Felipe.
Su Alteza Real resaltó que "con Portugal el proyecto europeo se ha enriquecido, ha crecido y ha abierto sus horizontes y posibilidades. Y lo ha hecho por medio de personalidades, de estadistas como Don José Manuel Durão Barroso que, a través de sus altas responsabilidades profesionales y políticas a lo largo de décadas, ha imprimido una visión de clara impronta europea en sus actuaciones como funcionario y político portugués, y de clara impronta portuguesa como alto funcionario europeo, como presidente, hoy, de la Comisión Europea", para continuar "la Comisión Europea, como institución guardiana de los Tratados y a la que le corresponde el derecho de iniciativa legislativa, ha desempeñado un papel decisivo en el diseño y la ejecución de las medidas europeas para combatir la crisis y atender las expectativas de los ciudadanos. Y ello ha sido posible, en gran medida, gracias al compromiso y al europeísmo de su actual Presidente, que es justo acreedor de esta distinción que recibe tras casi dos mandatos al frente de la Comisión".
Asimismo, el Príncipe de Asturias subrayó en referencia al premiado que "ha sido un placer personal y un honor entregarle este premio y trasmitirle el saludo afectuoso de Su Majestad el Rey", añadiendo que "esta ceremonia tiene lugar en un momento en el que, tras importantes esfuerzos y unos años ciertamente difíciles, puede decirse que los países europeos están comenzando a superar la crisis económica y financiera", al tiempo que recordó que "sin embargo, persisten aún tasas de desempleo absolutamente inaceptables, especialmente entre los jóvenes, que están frenando el desarrollo personal de numerosas personas y el bienestar colectivo de nuestras sociedades".
Don Felipe estuvo acompañado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el primer ministro de la República Portuguesa, Pedro Passos Coelho; el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago; el presidente de la Asamblea de Extremadura, Fernando Manzano; el delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Extremadura, Germán López; el alcalde-presidente del Ayuntamiento de Cuacos de Yuste, Eulogio López y por el director general de Acción Exterior y delegado de la Junta de Extremadura pra Europa, Enrique Barrasa; entre otras autoridades presentes en el acto.
Las palabras del Príncipe de Asturias, precedidas de las del presidente de la Junta de Extremadura, el primer ministro de la República Portuguesa y el presidente del Gobierno, y la proyección de un audiovisual sobre el galardonado pusieron, junto a la interpretación del Himno de Europa, el broche final al acto.
Este galardón, que reconoce la labor de aquellas personas que con su esfuerzo y dedicación hayan contribuido al conocimiento general y engrandecimiento de los valores culturales, científicos, históricos de Europa, así como al proceso de unificación de la Comunidad Europea, fue concedido en las anteriores ediciones a Francisco Javier Solana Madariaga (2010), a Simone Veil (2008), Helmut Köhl (2006), Jorge Sampaio (2004), Mijail Gorbachov (2002), Felipe González (2000), Wilfried Martens (1998) y Jacques Delors (1995).
La Fundación Academia Europea de Yuste se constituyó el 9 de abril de 1992, con el objetivo de fomentar la vertebración europea y el deseo de revalorizar en el contexto continental la estrecha vinculación del Monasterio de Yuste con la vida y muerte del emperador Carlos V. El valor simbólico del Monasterio y la significación histórica del último emperador de Europa otorgan a la Fundación una sólida dimensión extremeña, española y europea.