su llegada al Palacio Real de Madrid, Sus Majestades los Reyes fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general de ejército Fernando Alejandre.
Tras los honores de ordenanza, la interpretación del Himno Nacional y una salva de 21 cañonazos, Don Felipe pasó revista a la formación de la Guardia Real. A su término, Sus Majestades los Reyes abandonaron la Plaza de la Armería para dirigirse a la Saleta de Gasparini, donde recibieron el saludo de las Comisiones del Órgano Central de la Defensa y el Estado Mayor de la Defensa, las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, el Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, la Guardia Civil y la Real Hermandad de Veteranos.
Una vez finalizados los saludos, Don Felipe y Doña Letizia, las autoridades asistentes y los miembros de las comisiones accedieron al Salón del Trono y ocuparon sus lugares. La ceremonia comenzó con la imposición de condecoraciones por parte de Su Majestad el Rey a distintos miembros de las Comisiones Militares.
Tuvieron lugar seguidamente las intervenciones de la ministra de Defensa y de Su Majestad el Rey ante los representantes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, en las que destacó que en "estos 40 años de democracia no podrían entenderse plenamente sin reconocer la profunda identificación con la Constitución que han demostrado los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Servicios de Inteligencia”. “El compromiso de todos ellos con los valores democráticos ha sido indispensable, junto al de las demás instituciones del Estado, para la consecución y el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad de España".
Don Felipe subrayó que a lo largo del pasado año “celebramos el 175 aniversario de la extensión a todos los cuerpos del Ejército, durante el reinado de Isabel II, del uso de nuestra enseña nacional, establecida para la Armada por el Rey Carlos III desde 1785, ratificándola así definitivamente como bandera de España”. “Una bandera de todos, cuyo escudo es reflejo de nuestra historia”.
Su Majestad el Rey recordó a las víctimas del terrorismo y dedicó “un recuerdo emocionado a todos los hombres y mujeres que dieron su vida en acto de servicio, dentro y fuera de nuestra Patria; y asegurar a sus seres queridos que su sacrificio y su admirable ejemplo no han sido en vano. Serán siempre un estímulo para nosotros y su recuerdo estará siempre en el corazón de los españoles”.
El Rey se refirió a las misiones en el exterior que “en apoyo de lo acordado por las Naciones Unidas o trabajando junto a países aliados y amigos, demuestran con su excelente y constante trabajo ese firme compromiso de España con la defensa de la paz y la seguridad internacional”.
Tampoco quiso Don Felipe dejar de recordar que “se acaban de cumplir 30 años de la incorporación de la mujer a la profesión militar, que se puede considerar uno de los hitos más significativos y necesarios en su proceso de modernización. Y hoy podemos afirmar que ya se ha logrado su integración total, con la posibilidad de ingresar en todos los cuerpos y escalas y de ocupar cualquier destino. Un paso trascendental en el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades para desarrollar la vocación de servicio a España”.
Concluyo su intervención mencionando que “la Seguridad y la Defensa comprometen a toda la sociedad española y a sus instituciones, pues son un pilar básico para su progreso y bienestar. Por ello, la adecuada capacidad de las Fuerzas Armadas asegura la disuasión frente a los riesgos y amenazas en nuestro entorno, al tiempo que contribuye a la estabilidad, a través de los organismos y alianzas internacionales de los que España forma parte”. “En este sentido, como tuve ocasión de señalar en mi reciente visita a la sede de la Alianza Atlántica, es fundamental seguir avanzando junto a nuestros socios europeos en el fortalecimiento de una arquitectura europea de la Defensa, con el objetivo de mejorar la capacidad de respuesta ante situaciones de crisis; y todo ello desde una clara vocación transatlántica y complementaria con la Alianza”.
Para finalizar el acto, Don Felipe y Doña Letizia, mantuvieron un encuentro con las autoridades asistentes y los miembros de las Comisiones Militares en el Salón de Columnas.
La celebración de la Pascua Militar constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. En dicho acto se realiza un balance de las vicisitudes del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el siguiente. Además, se imponen condecoraciones militares a aquellos civiles y miembros de las Fuerzas Armadas que se han hecho acreedores de ellas durante el año vencido.
El origen de la Pascua Militar se remonta al reinado de Carlos III, cuando, el 6 de enero de 1782, se recuperó la localidad menorquina de Mahón, que se hallaba en poder de los ingleses. Como expresión de júbilo, Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y notificasen en su nombre a jefes y oficiales de los ejércitos su felicitación.