u Majestad la Reina presidió la reunión del Patronato de Fundación de Ayuda contra la Drogadicción que se celebró en la sede de Mutua en Madrid. Doña Letizia estuvo acompañada por el presidente de FAD, Ignacio Bayón; por el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda; y por el resto de patronos.
En la reunión del Patronato se han abordado las consecuencias que la actual crisis, provocada por la pandemia de Covid-19, está teniendo en adolescentes y jóvenes. A este respecto el presidente de FAD hizo un llamamiento a la unidad para apoyar a la juventud.
Desde el punto de vista del empleo, España sigue a la cola de la Unión Europea en empleo joven, junto a Grecia e Italia. Los malos datos de empleo, junto a las tasas de precariedad, colocan a uno de cada tres jóvenes en riesgo de pobreza y exclusión social (Tasa AROPE), siendo las mujeres jóvenes las más vulneradas en este sentido y agrandando la brecha de desigualdad de género.
Y hay otra serie de rasgos característicos del empleo juvenil que hacen muy precaria su situación laboral, como salarios más bajos, mayores tasas de temporalidad y parcialidad, una mayor discontinuidad y trabajo estacional y un mayor riesgo de sobrecualificación. La tasa de temporalidad de la población joven (15-29 años) es del 52% en España, frente a un 33% de media en la Unión Europea. Y la tasa de parcialidad involuntaria es del 51%, frente a un 25% de media en la Unión Europea (últimos datos de 2020).
En cuanto a educación, ellos y ellas han tenido que estudiar a distancia con pocos recursos y mucha improvisación: la educación telemática ha estado presente entre casi un 90% de quienes estudiaban, impactando de forma muy desigual entre el alumnado en función de sus condiciones materiales y de su capacidad y la de sus familias para moverse en un entorno -el digital- que les puede resultar ajeno.
España ha tenido que afrontar el cierre de los centros escolares partiendo de un gasto público en educación que se sitúa entre los más bajos de Europa y unos niveles de abandono escolar prematuro que, por el contrario, se sitúan entre los más altos de su entorno inmediato. Un 16% de jóvenes españoles abandona de forma prematura los estudios, frente a un 10% de media en la Unión Europea (últimos datos de 2020).
Además, la pandemia ha evidenciado brechas tecnológicas que muchos pensaban superadas entre la gente más joven: hemos detectado lo problemático que resulta conectarse a internet sólo con el móvil y sus datos, sin tener un ordenador de uso personal y conexión wifi en casa, por las dificultades que supone para llevar a cabo la enseñanza online, realidad que según los estudios del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de FAD afecta a un 20% de jóvenes.
Y junto a esa brecha de acceso mencionada, entre la juventud hay que atender así mismo a las brechas de uso: la variedad de formas de uso y el aprovechamiento de las posibilidades que brindan las TIC es mucho mayor entre jóvenes de clase alta y media alta, entre quienes tienen entre 25 y 29 años y entre jóvenes con estudios superiores.
En cuanto a la salud, el impacto en la juventud ha sido claro. Especialmente en la salud y estabilidad emocional. Tras el confinamiento, en el mes de julio de 2020, se ha observado un aumento considerable de las sensaciones negativas, destacando la incertidumbre (28,9%, y 1,7 puntos más que en el mes de marzo), la ansiedad (22,6%, y 10,5 puntos de crecimiento en pocos meses) y el desánimo (19,5%, 9,6 puntos más).
Un aspecto especialmente preocupante tiene que ver con sus vivencias en el seno de la pareja: las experiencias de violencia o acoso en la pareja, que se han agravado especialmente durante la pandemia, han afectado a más de 3 de cada 5 jóvenes. Principalmente, han aumentado las situaciones de control de la actividad (25,7%), el teléfono móvil (24,2%) y de las personas con las que se relacionan los y las jóvenes (16,1%).
FAD con la recuperación país
Para afrontar el impacto socioeconómico de la crisis poscovid, la Unión Europea acordó la creación del Fondo Next Generation EU, conocido como Fondo de Recuperación Europeo. El objetivo es que estas ayudas contribuyan a transformar el tejido productivo haciéndolo más sostenible, digital y resiliente.
En esta transformación los y las jóvenes tienen y tendrán un papel fundamental. El futuro de España pasa por contar con una juventud preparada para los retos que nos esperan, consciente de su capacidad transformadora, motivada para enfrentarse al futuro y formada en digitalización, que sin duda es una de las vías de desarrollo más claras.
Por este motivo, la FAD ha identificado, con el apoyo del Boston Consulting Group, los proyectos o líneas de actuación más acordes para optar a financiación del Fondo de Recuperación Europeo. Por el momento hay ciertas incertidumbres que hacen difícil concretar más, pero es indudable que la FAD va a seguir trabajando y acomodando sus actividades a la situación actual. Considera muy importante seguir aportando datos sobre juventud, apostar por la digitalización y el desarrollo soft skills para una ciudadanía más digital, siempre con foco en escalabilidad y medición de impacto social.
Uno de los proyectos que se plantean como candidato claro a optar a esta financiación es “Educación Conectada”, el proyecto de FAD y BBVA puesto en marcha en plena crisis Covid-19, para fomentar la transformación digital del sector educativo a través, fundamentalmente, de oportunidades formativas para docentes, familias y alumnos y de la mentorización para los centros escolares que inicien un plan de transformación digital.