on Felipe presidió la inauguración de la exposición “Alfonso X: el legado de un rey precursor” que se celebra en el Museo de Santa Cruz de Toledo, organizada por Acción Cultural Española, el Ministerio de Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Toledo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Diputación Provincial de Toledo, que realiza un completo recorrido por la vida y el legado de este monarca, nacido en Toledo en 1221, de quien el pasado 23 de noviembre se conmemoró el VIII centenario.
Durante el acto Su Majestad el Rey estuvo acompañado por el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta; el delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca; y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón.
El discurso de la exposición, cuyo comisario es Ricardo Izquierdo Benito, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Castilla-La Mancha, está organizado en cinco secciones. La primera de ellas “Alfonso, infante (1221-1252)”, recoge las primeras décadas del futuro rey, desde su nacimiento en Toledo hasta la muerte de su padre, Fernando III, pasando por su participación en la conquista del reino de Murcia y un temprano interés por las traducciones a través de textos como el Lapidario.
“El rey gobernante (1252-1284): un reinado de luces y sombras”, repasa la segunda mitad de su vida desde diferentes perspectivas, como la representación simbólica del monarca, la economía, la obra legislativa y las relaciones con la Iglesia. “El rey Sabio”, la tercera de las cinco secciones, recoge su interés por la ciencia, el ajedrez y la devoción por la Virgen, sin olvidar un contexto en el que florecieron las primeras universidades y la arquitectura gótica renovó la semblanza de catedrales como la de Toledo.
“El final del reinado” presenta la convulsa relación del rey Sabio con el infante don Sancho, quien a la postre será su sucesor. Por último, “La visión del rey desde la posteridad” recoge tanto la visión de los historiadores como la de los artistas que contribuyeron a configurar el imaginario colectivo en torno al monarca.
A través de casi 180 piezas procedentes de instituciones nacionales e internacionales como la Biblioteca Nacional de España, el Museo del Prado, Patrimonio Nacional o La Alhambra, los visitantes pueden conocer la historia y el contexto sociopolítico en el que vivió este gran personaje de la historia española, así como la gran obra literaria, científica, histórica y jurídica que patrocinó, supervisó y en la que, a menudo, participó con su propia escritura y en colaboración con un conjunto de intelectuales latinos, hebreos e islámicos conocido como Escuela de Traductores de Toledo.
Entre las piezas destaca el Libro del Saber de Astrología, un códice del siglo XIII que se conserva en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid y las Cantigas de Santa María. Así como el Códice de Toledo, de mediados del siglo XIII, que ha sido cedido por la Biblioteca Nacional de España.
Las cantigas eran poesías, cantadas por juglares, cuya letra y música estaban compuestas por trovadores. Las Cantigas de Santa María, mandadas componer por Alfonso X a lo largo de su reinado, constituyen un conjunto de aproximadamente 420 composiciones escritas en galaico-portugués. Están dedicadas a la Virgen María y a milagros producidos por su intervención. El propio rey fue autor de algunas de ellas, presentándose, así como un rey-trovador.
Otra de las joyas de la exposición es la Bula del papa Alejandro IV, que está fechada el 6 de abril de 1255, confirmando el Estudio General de Salamanca que viaja desde el Archivo de la Universidad de Salamanca hasta la ciudad de Toledo.
Una de las piezas textiles más significativas es la Casulla del infante don Sancho de Aragón, arzobispo de Toledo. De extraordinaria calidad, esta vestimenta eclesiástica reúne las armas de Castilla, Aragón y las águilas negras de la familia Staufen, a la que pertenecía la madre de Alfonso X, Beatriz de Suabia. La rica tela fue probablemente un regalo de Alfonso X a su cuñado don Sancho, hijo de Jaime I de Aragón, que fue arzobispo de Toledo (1266-1275). En la actualidad se encuentra en el Museo de los Tapices de la catedral Primada de España.
Por último, también resulta destacable la Corona de los Camafeos, que “esconde” una bonita historia. El sepulcro de Sancho IV en la Catedral de Toledo se abrió en 1947. Entre los restos más significativos de su ajuar mortuorio se encontraban la corona con la que había sido enterrado, una espada con su vaina y unos acicates. La corona -de gran valor histórico, pues es la única que se conserva de un rey medieval hispano- muy posiblemente perteneciera a su padre Alfonso X, ya que en su testamento del año 1282 este legaba a su heredero “las coronas con las piedras y con los camafeos”.
“Alfonso X el Sabio: el legado de un rey precursor” permanecerá instalada en el Museo de Santa Cruz de Toledo hasta el próximo 19 de junio, de lunes a sábado, en horario de 10,00 a 18,00 horas, y de 10,00 a 15,00 horas los domingos. La visita será libre y gratuita. Será posible realizar reserva de visitas guiadas por Internet, en www.exposicionalfonsox.com.