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ucho nos alegra volver a esta querida Comunidad Autónoma de Cantabria para presidir la apertura del Curso Escolar 2009-2010 en la entrañable ciudad de Reinosa.
Agradezco de todo corazón, junto a la Reina, vuestra cálida bienvenida y amables palabras.
Saludamos a los profesores, maestros y alumnos del Colegio Público Alto Ebro y del Instituto de Educación Secundaria Montesclaros, que hoy representan al conjunto de la comunidad educativa de España.
Hemos podido apreciar en ambos centros la dedicación, el interés y la ilusión con que os entregáis a vuestras tareas.
En este Acto quiero reiterar el compromiso permanente de la Corona con la Educación, como factor clave para el porvenir personal, laboral y social de nuestros jóvenes y para el futuro de nuestra gran Nación.
En nuestros jóvenes depositamos las mejores esperanzas. A su preparación debemos dedicar los esfuerzos más generosos para que puedan ser los protagonistas de un desarrollo cada vez más justo, solidario y sostenible.
Una labor que exige el compromiso y la entrega de todos, y que hemos de acometer sin egoísmos, con inteligencia y amplitud de miras.
Seamos además especialmente conscientes de que, en estos difíciles momentos de crisis económica, la formación adquiere un valor extraordinario como instrumento imprescindible para retomar la senda del crecimiento, la creación de empleo e impulsar, en definitiva, nuestra prosperidad.
Una educación que, por ello, debe ser coherente con las demandas de una España moderna e inmersa en un mundo competitivo y globalizado.
Para afrontar conéxito los retos presentes y futuros que nos impone esa globalización, precisamos de una formación más exigente, amplia y compleja, adaptada a las nuevas formas de aprender, de adquirir formación y de transformar el conocimiento en innovación. Una educación que aspire a la mayor calidad.
Una formación que también profundice en el conocimiento de otras lenguas y culturas.
En definitiva, una educación que forme a jóvenes preparados para construir -con su aportación individual- una España cada vez mejor. Ciudadanos imbuidos de valores democráticos, resueltos a unir sus esfuerzos para crear una sociedad más cohesionada, solidaria y unida, orgullosa de sus logros colectivos, respetuosa de su pluralidad y diversidad.
Buscamos, igualmente, una educación que prepare a mujeres y hombres libres, iguales y responsables. Que sea capaz, tanto de fomentar valores, como de desarrollar inteligencias y de transmitir saberes, reforzando la formación integral de nuestros jóvenes y asegurando su movilidad.
Impulsemos asimismo la igualdad de oportunidades, dotando a todas las personas de la capacidad de labrarse un porvenir digno para ellas y para sus hijos, en un contexto cada vez más competitivo.
En suma, todas estas facetas de la educación reclaman más que nunca nuestra especial atención. Requieren del diálogo, así como del máximo concurso de voluntades.
Una labor que hemos de afrontar y atender de manera conjunta, desde las distintas Administraciones, los partidos del arco parlamentario, las instancias sociales y económicas. Desde la sociedad en general y desde las familias en particular.
Una tarea de todos y para todos, pues de ella depende el desarrollo cultural, económico y social de nuestra Nación.
Hay una demanda en nuestra sociedad que no podemos dejar sin respuesta. De ahí que hoy dirija un llamamiento para alcanzar un amplio y sólido acuerdo a escala nacional en torno a la educación, una de las tareas más necesarias y encomiables para el progreso de toda sociedad democrática.
Un gran acuerdo social y político que, partiendo de los espacios comunes que todos compartimos y de un diagnóstico experto e independiente, consiga mejorar, modernizar y estabilizar nuestra educación.
Juntos hemos logrado un progreso sin precedentes. Unidos hemos superado, además, cuantos retos nos hemos propuesto.
Abordemos con ese mismo afán la mejora y el fortalecimiento de nuestro sistema educativo, asegurando los logros alcanzados y corrigiendo sus debilidades.
Se trata de alcanzar soluciones consensuadas y, por ello mismo, estables y duraderas.
En estos días en que las aulas reabren sus puertas, quiero asimismo dedicar todo mi aliento y reconocimiento a profesores, alumnos y familias.
Precisamos dar el máximo apoyo a nuestros profesores y maestros. Como protagonistas insustituibles en la enseñanza, todos debemos reconocer, reforzar y prestigiar su figura. Garantizar su adecuada formación, fomentar su carrera profesional y su renovado papel en el sistema educativo del siglo XXI deben ser, también, objetivos prioritarios.
Atendamos asimismo las inquietudes de nuestros escolares y estudiantes.
Hemos de estimularles en sus mejores aspiraciones, impulsarles a plantearse sus propias metas. Debemos persuadirles de que para abrirse camino en la vida, se requiere mucho esfuerzo, tesón y sacrificio personal.
Me dirijo también, con especial cariño, a las familias españolas para apoyarlas en sus responsabilidades y compartir con ellas sus ilusiones y preocupaciones.
Las familias constituyen una parte fundamental de la comunidad educativa. Sin su concurso y dedicación, que hoy deseo agradecer y estimular, no se sostendría el edificio de la educación.
No defraudemos sus legítimas esperanzas de alcanzar la mejor educación para sus hijos. La educación, que a todos nos atañe, debe ser un objetivo prioritario en nuestros afanes colectivos e individuales.
Con este espíritu os deseamos un magnífico Curso Escolar, lleno de ilusiones y de alegrías; de aprendizaje, compañerismo y responsabilidad.
Declaro inaugurado el Curso Escolar 2009-2010.
Muchas gracias.