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Palabras de Su Majestad el Rey en la Apertura del Curso de las Reales Academias

Madrid, 10.14.2009

L

a apertura de Curso de las Reales Academias, cuyo Alto Patronazgo me encomienda la Constitución, me ofrece cada año la oportunidad de renovar el firme compromiso de la Corona con todas y cada una de ellas.

Nos brinda su hospitalidad la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Reciba esta noble Casa el saludo lleno de afecto y de respeto que le dirijo junto a la Reina.

Esta inauguración es muestra de la unidad de espíritu que inspira a nuestras Academias.

En este sentido es asimismo una ocasión especialmente propicia para manifestar mi apoyo a los representantes y académicos de todas las Reales Academias, por el encomiable y riguroso trabajo que desarrollan.

Porque es mucho, y muy bueno, lo que habéis hecho y lo que seguís haciendo para reforzar el papel de España como gran Nación que tanto ha aportado al saber universal. De ello quiero hablaros hoy.

Las Reales Academias impulsan el conocimiento en su más alto grado de excelencia. Fomentan, tanto el saber en sí mismo, como el progreso de la sociedad. Por ello tienen desde su origen el patrocinio de la Corona y el título de Real.

En estas doctas corporaciones ambos objetivos?ordenar y fomentar el conocimiento, y mejorar la sociedad promoviendo su bienestar- se plantean intrínsecamente unidos.

De este modo las Reales Academias han entendido siempre la investigación, el conocimiento y la innovación, como los mejores medios para impulsar el progreso social. Una idea sin duda moderna y avanzada en cualquier tiempo y lugar.

En este alto empeño han venido colaborando con la sociedad civil en cadaépoca, desde una estrategia pensada y ejecutada para engrandecer la prosperidad y el prestigio de España.

Al considerar el conocimiento desde una perspectiva vanguardista e interdisciplinaria, como un todo necesariamente interconectado, las Reales Academias reflejan el espíritu de modernidad que las anima.

Además, hoy los desafíos y oportunidades de un mundo complejo y globalizado sólo pueden abordarse desde una perspectiva amplia que considere el Conocimiento de una manera integral.

Porque la Medicina, las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, o la Farmacia, no pueden ser ajenas a las Ciencias Sociales, Políticas, Históricas o Jurídicas.

Y ninguna de las anteriores disciplinas puede ser disociada del Lenguaje que garantiza y posibilita la intercomunicación; ni de las Bellas Artes que nos acercan a un sentido de la belleza y de lo estético; o de la Filosofía, que indaga sobre el saber en su sentido más hondo.

Al mismo tiempo necesitamos articular el conocimiento humanístico y científico básico con una especialización que permita dominar las nuevas tecnologías en nuestra Sociedad de la Información, y combinar Investigación, Desarrollo e Innovación.

En suma, nuestras Reales Academias dan muestra de su capacidad para combinar la mayor especialización con la necesaria interrelación entre todas las ciencias.

La constante labor de las Academias integrantes del Instituto de España, y de otras asociadas, a través de conferencias, cursos de Tercer Ciclo y publicaciones, es buena prueba de ello.

En este marco se inscribe el quehacer de esta Real Academia de Legislación y Jurisprudencia que hoy nos acoge tan generosamente en la bella sede que inauguró mi abuelo el Rey Alfonso XIII.

Me decís que la necesaria ampliación de estas instalaciones es un asunto que está ya en marcha. Me alegro por ello y confío en que pronto pueda culminarse este proyecto.

Conforme a sus Estatutos la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia se afana por contribuir al perfeccionamiento de las Leyes a partir de la investigación y la práctica del Derecho y de sus ciencias auxiliares.

La norma jurídica garantiza nuestras libertades y nuestra seguridad en el marco del Estado social y democrático de Derecho del que los españoles nos hemos dotado.

La Ley expresa la voluntad popular y se basa en la legitimidad democrática de nuestras instituciones que articula nuestra preciada Constitución, alentando la convivencia de todos los españoles desde el respeto a sus reglas, principios y valores.

Deseo referirme también en esta solemne apertura de Curso a la dimensión internacional, hoy consustancial al servicio que prestan las Reales Academias.

Hace pocos días pude destacar la tradicional vocación de cooperación internacional de nuestro país en losámbitos de las ciencias jurídicas y de la actividad legislativa y jurisdiccional.

Como ejemplo de esta histórica proyección exterior, -y en consonancia con la tradicional vocación iberoamericana de nuestra Nación-, ya en 1892 esta Real Academia organizó el Congreso Jurídico Iberoamericano.

Señoras y Señores,

La mención expresa que de las Reales Academias hace nuestra Carta Magna subraya que son un patrimonio invalorable de nuestra Nación.

Por ello, deseo además agradecer, reconocer y estimular el importante apoyo que reciben de Administraciones, fundaciones, y entidades públicas y privadas.

A través del diálogo, la concordia, la suma de opiniones y el rigor científico, estas corporaciones siguen trabajando a favor de una España democrática, unida y diversa, así como justa y solidaria.

Animo a las Reales Academias y a sus integrantes a continuar perseverando en tan encomiable labor para la que cuentan con mi comprometido e ilusionado respaldo.

Con este mensaje de afecto y de apoyo declaro inaugurado el Curso 2009-2010 de las Reales Academias.

Muchas gracias.

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