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Palabas de Su Majestad el Rey en el Consejo Oleícola Internacional (C.O.I.)

Madrid, 11.19.2009

B

uenos días y muchas gracias por sus amables palabras.

Hoy es sin duda un día importante para todos los Estados Miembros que forman parte de esta Organización Internacional con sede en Madrid.

Celebramos el Cincuenta Aniversario del Consejo Oleícola Internacional, el COI que ha sido y es un factor clave para la ordenación, el desarrollo y la modernización de la olivicultura a nivel internacional.

Quiero, por ello, felicitar a este Organismo nacido -bajo los auspicios de Naciones Unidas- como foro de representación y cooperación de los países productores y consumidores del aceite de oliva y de las aceitunas de mesa.

Un Organismo que ha servido de punto de encuentro de la olivicultura mundial para promover su crecimiento y hacer frente con eficacia a numerosos retos planteados a escala internacional.

El olivo, cultivo milenario y ancestral -originario de los cálidos valles de Asia Menor- es para muchos Estados y regiones fuente primordial de creación de riqueza y empleo, al tiempo que noble ingrediente de importantes culturas gastronómicas.

A su tradicional función agrícola y alimentaria, se suma hoy su importante papel medioambiental, tanto por su función protectora contra la erosión, como por su contribución al sostenimiento del patrimonio paisajístico y cultural.

A todo ello se añade el valor que tienen el aceite de oliva y las aceitunas de mesa, para la salud y la calidad de vida de quienes los degustamos. Unas cualidades reconocidas a nivel científico y cada vez más apreciadas por los consumidores, con un evidente incremento de la demanda en losúltimos años.

España celebra con especial alegría este Aniversario, como país que dispone de la mayor superficie olivarera del mundo, así como de la mayor producción.

Estos primeros cincuenta años permiten hacer balance de las actividades del Consejo, en el que sin duda sobresalen sus muchoséxitos y aciertos.

Bajo la dirección de su Secretaría Ejecutiva y de su Consejo de Miembros, esta Organización ha puesto en marcha acciones comunes y ha aportado soluciones a muchos de los problemas suscitados. Todo ello mediante la realización de estudios y la celebración de debates con participación de delegados gubernamentales, así como de los profesionales implicados.

Por otro lado, las acciones de cooperación técnica desarrolladas por este Consejo han permitido intercambiar conocimientos, fomentar la expansión del comercio internacional, y establecer normas comerciales claras.

Destaca, en este sentido, su labor al haber sabido convertirse en referencia de las transacciones comerciales de aceite de oliva y aceitunas de mesa en todo el mundo.

Sus actividades de promoción han contribuido, por otro lado, a que el aceite de oliva sea hoy un referente de calidad alimentaria y gastronómica en los cinco continentes, incluso en zonas cultural y geográficamente alejadas de los asentamientos originarios del olivo.

A ello se añade, finalmente, su importante tarea en materia medioambiental, y como foro de encuentro por excelencia de instituciones y expertos para abordar problemas e intereses comunes.

Un conjunto de actividades y de actuaciones que -junto a los esfuerzos de los Estados Miembros y del sector- han desembocado en la nueva, moderna, prestigiosa y eficaz producción olivarera del Siglo Veintiuno.

Una olivicultura que ha registrado un incremento de la superficie cultivada de cerca del veinticinco por ciento en losúltimos veinte años y que casi ha duplicado sus producciones, atendiendo así a una similar evolución del consumo y del comercio internacional en esteámbito.

Deseo por ello reiterar mi afectuosa felicitación al Consejo Oleícola Internacional por loséxitos cosechados a lo largo de estos cincuenta años y animarle a seguir trabajando con el mismo acierto e intensidad.

Mi sincero agradecimiento también al Director Ejecutivo, Señor Mohammed Ouhmad Sbitri, y al Presidente del Consejo, Señor Said Al Massri, en elúltimo día de su mandato.

España, como país depositario de su Convenio constitutivo y que acoge su sede, desea seguir profundizando su muy fructífera colaboración con este Organismo Internacional.

Aunque existe coincidencia en la positiva evolución del sector, no es menos cierto que su futuro dependerá de que seamos capaces, tanto de superar con eficacia los retos, como de aprovechar con inteligencia las oportunidades que nos plantea este mundo cada vez más competitivo y globalizado.

Para concluir permítanme que destaque, dentro de la rica simbología que rodea el olivo, aquella que le atribuye la representación de la paz y de la armonía entre los pueblos.

Unos valores que inspiran los trabajos del Consejo Oleícola Internacional y que deben seguir alentando su labor al servicio de un sector de tradición más que milenaria, probado dinamismo actual, e indudables posibilidades de futuro.

Muchas gracias.

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