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omo cada año, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla nos convoca a la entrega de sus Premios Universitarios y Trofeos Taurinos.
Un Acto que celebramos en el marco de esta maravillosa Real Plaza de Toros, cuya remodelación -airosa, y bien plantada-, acabo de inaugurar.
La Maestranza sevillana, Corporación tantas veces centenaria, vuelca su solera en estos prestigiosos galardones para reconocer los méritos de los mejores alumnos de la Universidad hispalense, y de profesionales ejemplares de la tauromaquia.
Mi más cordial felicitación a quienes han recibido estas merecidas distinciones. Cada uno de ellos ha entregado ilusión, determinación y mucho esfuerzo personal a su quehacer diario.
Dedico una muy especial enhorabuena a sus familias y a quienes han sabido transmitirles conocimientos, saberes y experiencias. Durante años, han acompañado y apoyado a los Premiados, al tiempo que han contribuido a su mejor formación.
A los universitarios que hemos distinguido, deseo decirles que estos galardones hacen de ellos un referente para muchos.
Estoy seguro de que, por su parte, mantendrán siempre actualizados sus conocimientos y cooperarán de un modo u otro al mejor progreso de la investigación humanística y científica, así como al avance de la innovación.
Confío, además, en que sabrán promover la excelencia en otros jóvenes.
En efecto, el estímulo de los Premiados -desde la enseñanza o desde otras vertientes del ejercicio profesional- será clave para el progreso de numerosos chicos y chicas, que depositarán su confianza en ellos.
Ese espíritu de servicio permitirá a los galardonados alcanzar altas metas personales, y espoleará en nuestra sociedad la voluntad de superación, en favor de Andalucía y de España entera.
Al mismo tiempo los renombrados Trofeos Taurinos de la Real Maestranza de Sevilla nos aportan una alegría adicional.
La Maestranza sabe distinguir la esencia del buen lance, de la que nace un mundo cultural y artístico fecundo, reflejado en la entrega de estas recompensas, que reconocen al triunfador de cada Feria.
Estos Trofeos valoran, además, la ilusión que marca la vida del torero, la de su cuadrilla y la del novillero que sueña con llegar a ser un maestro.
Destacan igualmente el papel del ganadero, que preserva la raza pura del toro de lidia.
A los galardonados por la experta afición de este albero maestrante, mi enhorabuena con mis mejores deseos deéxito para la nueva temporada.
Enhorabuena igualmente a los organizadores de este Acto, y a cuantos desde esta capital y desde toda Andalucía, han contribuido a promover su contenido, proyección y brillo. En particular, felicito a dos instituciones clave.
En primer lugar, a la Universidad de Sevilla y a los profesores de sus diferentes Facultades y Escuelas, cuyo rigor, dedicación y esfuerzo investigador y docente, potencian la calidad de nuestra enseñanza.
A la Real Maestranza de Caballería, mi reconocimiento por su compromiso con Sevilla, y por su apuesta ejemplar en favor del trabajo, de la excelencia y de las grandes tradiciones de esta tierra.
Antes de concluir, y como dije en Málaga, reitero lo mucho que lamento los serios daños que los temporales han causado en Andalucía a tantos ciudadanos. A todos ellos, una vez más, mi afecto, apoyo y solidaridad.
Muchas gracias.