A
ntes de concluir este solemne Acto de entrega de Despachos a los integrantes de la Sesenta y Cuatro promoción de la Carrera Diplomática, quiero dirigiros unas palabras para felicitaros de todo corazón y desearos los mayoreséxitos en vuestro quehacer profesional.
Habéis vivido una ceremonia muy emotiva y llena de alegría que compartís con vuestras familias, a las que hago llegar asimismo mi más afectuosa felicitación.
Hoy culmináis un largo y sostenido proceso de esfuerzo y disciplina, animados por una firme vocación profesional, que os ha permitido lograr una sólida preparación.
Basta con mirar vuestros rostros para percibir vuestra felicidad y orgullo. Felicidad y orgullo, no sólo por haber superado un importante reto, sino sobre todo por poder dedicar vuestras vidas a la prestigiosa carrera que habéis elegido.
Una profesión exigente, pues requiere una capacidad de adaptación y aprendizaje permanentes, pero que os aportará muchas satisfacciones acordes con la importancia de vuestra función.
Este día debe permanecer en vuestra memoria como aquél en que asumisteis un firme compromiso de servicio a España, y a nuestros compatriotas en el exterior, especialmente a aquéllos que viven o trabajan en otros países.
A partir de ahora vuestra tarea será la de defender y promover los intereses de España en un mundo en el que la diplomacia se ha convertido en instrumento imprescindible para contribuir a la seguridad, al crecimiento económico y al bienestar de los ciudadanos, así como para proyectar la imagen y fomentar la presencia de nuestro país a escala internacional.
Ello es cada vez más cierto en estos comienzos de siglo, en que mucho es lo que España se juega a diario en un escenario mundial más abierto e interdependiente, pero también más complejo e impredecible.
Como altos funcionarios del Estado, os incorporáis a una Carrera que cuenta con una larga y sólida tradición de profesionalidad y eficacia en el desarrollo de la función diplomática y consular, a la que tanto ha contribuido esta Escuela.
Os corresponde tomar esa antorcha de profesionalidad y eficacia, de espíritu de servicio y de disponibilidad, que caracteriza a nuestros diplomáticos, tanto en losórganos centrales del Ministerio, como en nuestras Embajadas, Representaciones Permanentes y Consulados.
Ese horizonte profesional se ha ensanchado con el "Servicio Europeo de Acción Exterior" que comenzó a tomar cuerpo durante nuestra reciente Presidencia rotatoria de la Unión Europea.
Un Servicio que habrá de contar con el saber y la experiencia de un creciente número de diplomáticos españoles, con el objetivo de contribuir a articular la política exterior común de la Unión.
Queridos componentes de la Sesenta y Cuatro Promoción de la Carrera Diplomática,
Son muchos los diplomáticos que me han prestado su valioso apoyo profesional a lo largo de mis treinta y cinco años de intensa actividad internacional.
Conozco bien, por lo tanto, las cualidades de nuestros diplomáticos, su afán de servicio, su competencia y su sentido del Estado.
Os pido, por ello, que trabajéis con esa misma entrega y dedicación; que no desfallezcáis ante las dificultades; que atendáis con esmero las necesidades y demandas que la sociedad española plantea a su Servicio Exterior; y que, como funcionarios, cultivéis siempre vuestra profesionalidad.
No olvidéis que la profesionalidad del Servicio Exterior es una de las características que distingue a los países más avanzados y respetados.
En este sentido, deberéis ir actualizando vuestra preparación y conocimientos, no sólo para desempeñar mejor vuestra labor en muy diferentes lugares del mundo, sino también para promover con eficiencia las cada vez más amplias facetas de la presencia internacional de España.
Junto a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, a los funcionarios de otros Ministerios, y a tantos compatriotas volcados en la Cooperación o en la proyección empresarial de España, habéis de contribuir a asegurar la paz y a impulsar el progreso de nuestro país, así como a difundir nuestra amplia y variada riqueza cultural y lingüística.
En suma, la sociedad española ha depositado en vosotros una importante responsabilidad, a la que estoy seguro sabréis corresponder.
Por ello, quiero terminar mis palabras con un mensaje de estímulo y confianza. Estímulo a vuestra ilusión por servir a España, y plena confianza en vuestra valía, entrega y lealtad como nuevos miembros de nuestra Carrera Diplomática.
Os reitero mi más afectuosa enhorabuena. Sabed que en el ejercicio de vuestra apasionante tarea, siempre podréis contar con el apoyo de la Corona.
Muchas gracias.