A
gradezco muy vivamente, en mi nombre y en el de la Reina, las palabras de saludo y bienvenida que nos habéis dirigido.
Hace 34 años, en un acto semejante al de hoy, recordaba mi abuelo el Rey Alfonso XIII "los vínculos varias veces seculares que unen a los Soberanos de España con esta Venerable Basílica Patriarcal". Tales lazos constituyen un reconocimiento público de la especial devoción a la Virgen María que, a lo largo de la Historia, ha sido una de las características de la fe de España y de los españoles.
La Bula Hispaniarum Fidelitas reafirmó y recopiló disposiciones que arrancan de la primitiva Constitución Apostólica del Papa Inocencio X. En su virtud, con profunda emoción, asumo hoy la dignidad de Protocanónigo de esta Santa Basílica Liberiana, que como Rey de España me corresponde.
Os ruego, Eminencia Reverendísima que, junto con este Ilustre Capítulo Basilical continuéis pidiendo a la Providencia, para España y los españoles, que nos ayude a conseguir la justicia, la libertad, la paz y el progreso individual y social.