Una vez más tengo la oportunidad y la satisfacción de presidir este acto emblemático en el que entregamos los Premios Rey Jaime I. Ocasión que me permite regresar a Valencia, ciudad con la que me siento especialmente identificada y a la que profeso un cariño muy sincero.
Los Premios Rey Jaime I hacen gala de una larga y reconocida trayectoria. Además, en sus veinticuatro años de existencia, han experimentado una inteligente y continua adaptación a los requerimientos y necesidades de la sociedad a la que sirven.
Así, a los iniciales reconocimientos a la Investigación Básica y a la Economía, se han unido posteriormente los de Investigación Médica, Protección al Medio Ambiente, Nuevas Tecnologías y muy recientemente, el del Premio al Emprendedor.
El simple análisis de esta relación nos muestra el criterio evolutivo de los Premios, siempre preocupados por incluir aspectos destacados de la investigación, el desarrollo y la empresa tan demandados en las sociedades actuales.
El último de ellos, establecido en 2010, se concede al emprendedor que destaque por la realización de un proyecto empresarial creador de empleo y riqueza.
No hay, por tanto, mejor forma de luchar contra la crisis económica que tan gravemente afecta a nuestro país, que favorecer y estimular iniciativas de este tipo que comprendan en sí mismas la posibilidad de una aplicación práctica, en beneficio directo de los sectores de la sociedad más desprotegidos.
También tienen gran importancia en la atribución de los Premios Rey Jaime I, los criterios de concesión. Estos vienen respaldados por Jurados de alto reconocimiento internacional y elevado prestigio personal, en los que se integran en esta edición veintidós Premios Nobel.
La reconocida categoría profesional de los Jurados avala, en definitiva, una selección de premiados de máxima altura. La reflexión y el análisis profundo de méritos es una garantía de acierto para premiar a los más capaces, los cuales están respaldados, además, por una destacada trayectoria profesional.
Mi más cordial felicitación, por tanto, a los premiados de este año: Don Nazario Martín, Don Manuel Arellano, Don Jesús Egido, Don Juan Luis Ramos, Don José Capmany y Don Noriel Pavón.
Ustedes, como españoles, son el mejor exponente de que es posible un futuro de esperanza. Reciben unos galardones que simbolizan un compromiso público con la ciencia y la cultura del esfuerzo, elementos fundamentales para el desarrollo sostenible, el bienestar social y la superación de la actual crisis económica.
En definitiva, ustedes desarrollan Ciencia en el sentido más universal y pragmático del término, sirviendo de esta manera, con gran eficacia, a los intereses de nuestro país.
Finalmente, no quiero dejar de agradecer la gran labor de mecenazgo que desarrollan las instituciones, organismos y empresas que apoyan y financian la concesión de estos Premios. Sin su ayuda sería muy difícil poner en práctica el acto de justicia que implica premiar a los mejores de nuestros compatriotas.
Termino ya mis palabras expresando a los galardonados mi deseo de que este reconocimiento represente un nuevo estímulo en sus carreras, para continuar y reforzar su labor a favor de la Ciencia y de la Sociedad.
Muchas gracias.
"...No hay, por tanto, mejor forma de luchar contra la crisis económica que tan gravemente afecta a nuestro país, que favorecer y estimular iniciativas de este tipo que comprendan en sí mismas la posibilidad de una aplicación práctica, en beneficio directo de los sectores de la sociedad más desprotegidos..."