Permitidme que comience por expresar la alegría que me produce estar nuevamente hoy aquí, en este sobrio e impresionante Paraninfo de la Universidad de Alcalá: Alegría por volver a esta casa, naturalmente; también por comprobar que una buena iniciativa continúa su camino con fuerza, con buenas razones y con un trabajo que por supuesto felicito y animo; y alegría, finalmente, por entregarle a otro gran español este Premio Camino Real en su segunda edición.
Si el año pasado el Instituto B. Franklin de la UAH se lo concedió a Placido Domingo, éste se lo concede a Valentín Fuster, que también personifica de manera extraordinaria los valores que se busca realzar y los vínculos enriquecedores que nos unen a españoles y estadounidenses. A él le quiero felicitar con enorme afecto y admiración. Y a Placido Domingo, que nos acompaña, le quiero decir que comparto el alivio y alegría de todos al saber de su recuperación.
El Doctor Valentín Fuster, al que tuve el placer de entregar el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el año 1996, es, como saben, un cardiólogo de fama mundial que, desde su extraordinaria trayectoria profesional, investigadora y académica, ha potenciado durante decenios la mejor imagen de España en los Estados Unidos de América, siempre manteniendo muy presente el orgullo y el cariño por su tierra Cataluña.
Nuestra enhorabuena, pues, al Doctor Fuster, por este reconocimiento que subraya una dimensión muy específica de sus méritos y que deriva del ejercicio honesto y excelente de su profesión. Es decir, como consecuencia de su labor –particularmente, pero no solo- en el área de la cardiología; con el enorme impacto en el desarrollo de la ciencia y de la investigación, fuera y dentro de nuestro país; y con el enorme beneficio y atención que reciben tantas personas concretas.
Valentín Fuster, con su conocimiento, sus cualidades y virtudes personales y con su pasión por ayudar a los demás, sabe muy bien cómo “españolear”, cómo impulsar el mejor nombre de España, sobre todo en ese gran país, tan querido y tan importante para nosotros, que son los EEUU. Gracias por todo ello; mucho ánimo y apoyo para que continúes con el mismo entusiasmo y la misma eficacia que siempre demuestras; y felicidades también en nombre de SSMM los Reyes y de toda la Familia Real.
"...en el Galardón Camino Real se aprecian, pues, dos intenciones principales: el lógico interés de divulgar lo mejor de España en un país muy importante en los tiempos presentes; y el de reconocer y hacer valer también la extensa y profunda dimensión norteamericana de España que ha abarcado desde México a los confines de Alaska pasando por Canadá. Quiero subrayar, por cierto, el ámbito de actuación ampliamente norteamericano, y no solo estadounidense, que define al Instituto Franklin ..."
Hoy quiero animar también al Instituto Benjamin Franklin de la Universidad de Alcalá para que siga trabajando en la consolidación y proyección de esta iniciativa, del Premio Camino Real. Todos tenemos presentes las razones por las que es importante estimular el conocimiento de la aportación de España a los Estados Unidos, tanto en el presente como en el pasado, proyectando nuestra imagen como país. Me refiero a los réditos que en los diferentes sectores —económico, social, político, cultural— se obtienen del reconocimiento de nuestros valores por un país cuyo liderazgo actual a nivel mundial es evidente en tantos ámbitos.
Es importante también, en este sentido, abogar por la intensificación de las relaciones en ámbitos tan concretos como la comunidad científica, universitaria y de reflexión estadounidense, porque el estrechamiento de nuestros lazos bilaterales pasa igualmente por una mayor vinculación entre nuestras respectivas sociedades civiles y Universidades y Centros de pensamiento. No cabe duda de que el Instituto Franklin, con su variedad de programas e intercambios con los Estados Unidos, contribuye firmemente a ese propósito.
Además, la coyuntura histórica para impulsar nuestras relaciones bilaterales con los EEUU en todos los ámbitos, como se ha señalado, es especialmente idónea. Se han cumplido 500 años de la llegada de Juan Ponce de León a Florida y nos encontramos en el III centenario del nacimiento de Fray Junípero Serra, una figura insustituible de la historia californiana. Dos hitos españoles en Norteamérica de un inmenso alcance histórico y, también, actual.
No es de extrañar, por tanto, la amplia y profunda densidad de la dimensión hispánica de los Estados Unidos de América. Esas raíces hispanas enriquecen la identidad estadounidense y la aproximan también a uno de sus orígenes europeos, el español, que fue pionero en esta gran nación. Hoy debemos subrayar el importante papel de la comunidad hispana en el fortalecimiento de nuestras relaciones con los Estados Unidos.
En el Galardón Camino Real se aprecian, pues, dos intenciones principales: el lógico interés de divulgar lo mejor de España en un país muy importante en los tiempos presentes; y el de reconocer y hacer valer también la extensa y profunda dimensión norteamericana de España que ha abarcado desde México a los confines de Alaska pasando por Canadá. Quiero subrayar, por cierto, el ámbito de actuación ampliamente norteamericano, y no solo estadounidense, que define al Instituto Franklin.
Por sus características este Premio representa un buen modelo para fomentar lo que significa y ha significado nuestro país en muchos otros espacios del resto del mundo. Porque España no es “solo” una nación europea con una obvia dimensión americana, sino que es una sociedad que se ha proyectado y se proyecta en todo el Planeta, y que, hoy en día, además, sigue contando con ciudadanos que, como Valentín Fuster en el ámbito estadounidense, realizan aportaciones muy significativas en numerosos países y para la Humanidad en su conjunto. No debemos olvidar nunca que la vocación de universalidad forma parte indisociable de la identidad y de la grandeza de España.
Termino ya mis palabras con la confianza de haber sabido transmitir mi apoyo al Galardón Camino Real y con mi enhorabuena más afectuosa al Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá y, por supuesto, a su segundo galardonado, el doctor Valentín Fuster.
Muchas gracias.