Muy buenas noches a todos,
Comienzo mis palabras dándoos las gracias de corazón por el generoso reconocimiento que me habéis dedicado, y felicitándoos afectuosamente por el veinticinco aniversario de vuestra organización.
Ciertamente, durante mi reinado siempre tuve como un objetivo prioritario contribuir con todas mis fuerzas a la afirmación de la Comunidad Iberoamericana y al estrechamiento de las relaciones de España con todas las naciones hermanas.
Fue una tarea que realicé desde la más profunda convicción y en la que participaron también otras muchas personas comprometidas con este gran proyecto.
Por ello, quiero compartir este reconocimiento con todos los que impulsaron, —no solo en España sino también en el conjunto de Iberoamérica—, el fortalecimiento del espacio iberoamericano.
"...durante mi reinado siempre tuve como un objetivo prioritario contribuir con todas mis fuerzas a la afirmación de la Comunidad Iberoamericana y al estrechamiento de las relaciones de España con todas las naciones hermanas..."
Una Comunidad que hunde sus raíces en siglos de historia y que todos tenemos el deber de mantener y reforzar siempre.
Hoy reafirmo mi compromiso con Iberoamérica y tengo el orgullo de señalar que corresponde a mi hijo, el Rey Don Felipe, seguir promoviendo al más alto nivel las relaciones con los países de nuestra Comunidad Histórica.
En esta oportunidad, deseo destacar igualmente la gran labor que, desde el Consejo Empresarial de América Latina, lleváis a cabo fomentando un Espacio Empresarial Iberoamericano que contribuya a crear riqueza, generar empleo y apoyar los esfuerzos de integración entre los países americanos.
Es muy importante que en vuestros encuentros empresariales se debatan las grandes cuestiones que pueden favorecer el desarrollo de las sociedades y promover la innovación.
Subrayo asimismo la creación y puesta en marcha del CEAL Ibérico, —por lo que también os felicito—, una iniciativa que refuerza la dimensión plenamente iberoamericana de vuestra institución. Y en este contexto ibérico, no puedo dejar de mencionar, naturalmente, las muchas empresas españolas que han alcanzado altos niveles de excelencia en una amplia gama de sectores.
Lo han hecho, a menudo, proyectándose hacia las economías de los países hermanos de América, contribuyendo de este modo a su crecimiento y al mayor progreso de sus sociedades.
Termino ya mis palabras con el deseo de que continuéis adelante con vuestra fructífera labor, y os reitero mi agradecimiento por vuestro reconocimiento, así como mi enhorabuena por este aniversario. Sabéis que contáis y podréis seguir contando con todo mi apoyo.
Muchas gracias.