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Palabras de Su Majestad el Rey en la clausura de la XXV Asamblea Plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), "Espacio Empresarial Iberoamericano: una oportunidad para el crecimiento"

Madrid, 10.3.2014

Buenas tardes. Gracias por todas las palabras de hoy, y a Telefónica por su hospitalidad y por representar y ejercer de forma inequívoca muchas de las ideas y valores que este Foro y este Consejo CEAL representa.

Me alegra mucho estar de nuevo con todos vosotros después de que, hace ya casi un año, nos encontramos en Panamá para el IX Encuentro Empresarial Iberoamericano; cuando CEAL celebraba también su 24ª asamblea. Meses después, aquí en España, tuve el gusto de acompañaros en la inauguración de su Capítulo Ibérico.

Asumí entonces un compromiso que hoy, por fortuna, y con mucho placer puedo cumplir. Y al hacerlo quiero, por mi parte, expresar mi gratitud a todos en CEAL por cumplir con el vuestro. También quiero felicitaros sincera y cordialmente por vuestro primer cuarto de siglo de existencia; y al nuevo Capítulo Ibérico, por el dinamismo que ha desarrollado en sus primeros meses de actividad.

La creación y puesta en marcha de este Capítulo es importante, porque completa perfectamente el Espacio Empresarial Iberoamericano que se propone impulsar; un espacio que abarca los esfuerzos de emprendedores de todas las naciones iberoamericanas de América y de la Península Ibérica.

A todos les doy hoy también la enhorabuena por la organización de este foro que, además de ser un espacio de reflexión sobre la economía iberoamericana, es asimismo una plataforma de encuentro desde la que se puede y debe explorar su gran potencial: proyectos conjuntos, nuevas oportunidades de negocio y futuras alianzas.

En ocasiones, se ha dicho que el espacio iberoamericano, desde sus fundamentos históricos y culturales, se construye a partir de tres pilares: el político, el empresarial y el de la sociedad civil o la cultura. Y en el mundo complejo y globalizado de nuestros días, lleno de encrucijadas y oportunidades, la interacción entre esos tres pilares es determinante.

En este sentido, me gustaría incidir en la idea de que nuestra Comunidad debe ser un espacio cada vez más equilibrado entre ambas orillas del Atlántico. 

"...la idea de un espacio iberoamericano más equilibrado no se restringe a lo económico, sino que impregna otras muchas dimensiones, como la cultural o la política. En el actual escenario internacional, Iberoamérica representa indudablemente uno de los grandes espacios multinacionales de nuestros días. España seguirá apostando, hoy y siempre, por su cohesión, su fortalecimiento interno y su mayor proyección en todos los ámbitos..."

En el terreno económico y empresarial, es deseable un flujo bilateral de inversiones más igualitario. La emergencia de las llamadas “multilatinas”, que en algunas ocasiones tuvieron origen español, es un indicador claro de crecimiento que hemos de saber aprovechar en beneficio de todas nuestras economías.

Debemos seguir potenciando la mayor proyección de estas empresas y apostando por el comercio interregional en el que las pymes podrían -y debieran- tener una participación más relevante. Y debemos favorecer, igualmente, las alianzas empresariales y la oportunidad de emprender proyectos conjuntos en terceros mercados.

Por otro lado, quiero destacar el hecho de que desde nuestro país, y creo que no estaremos solos en esto,  se está intentando promover la circulación de profesionales cualificados en el ámbito iberoamericano. Esta mayor ‘movilidad de talentos’ podrá contribuir, sin duda, a articular una cultura empresarial iberoamericana mucho más sólida y definida.

Señoras y señores,

La idea de un espacio iberoamericano más equilibrado no se restringe a lo económico, sino que impregna otras muchas dimensiones, como la cultural o la política. En el actual escenario internacional, Iberoamérica representa indudablemente uno de los grandes espacios multinacionales de nuestros días. Y quiero decirles que España seguirá apostando, hoy y siempre, por su cohesión, su fortalecimiento interno y su mayor proyección en todos los ámbitos.

Termino ya mis palabras felicitando nuevamente a CEAL por sus 25 años de actividad, con el deseo de que siga desarrollando y enriqueciendo su labor en beneficio de las economías iberoamericanas y, por lo tanto, del bienestar de todas nuestras respectivas sociedades.

Pero no me quiero despedir sin agradeceros de corazón, -como hijo y como Rey-, el reconocimiento con el que ayer honrasteis a mi padre, el Rey Don Juan Carlos. A él le debo yo -entre otras muchas cosas- una parte fundamental y original de mi pasión por América, por nuestra querida Iberoamérica.

Sé que en mi vida como Rey de España, continuaré, con esa misma pasión -o mayor, si cabe-,  empleándome en estar cerca de nuestros hermanos iberoamericanos, en fomentar nuestro interés común sobre todo en las jóvenes generaciones y en proyectar al mundo nuestra enorme potencia cultural -y económica- compartida, respetando y valorando la diversidad que cada Nación representa y contiene. 

Y ya sí, es un gran honor y un placer declarar clausurada la 25ª Asamblea Plenaria del Consejo Empresarial de América Latina. Iberoamérica no es sólo una oportunidad, es una brillante oportunidad.

Muchas gracias.

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