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Palabras de Su Majestad el Rey en la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes

Teatro Victoria Eugenia. San Sebastián, 12.5.2016

A la Reina y a mí nos alegra mucho estar hoy en San Sebastián; nos gusta y siempre es una experiencia muy especial y estimulante para todo el que la visita. Y no sólo porque efectivamente es una ciudad llena de arte y cultura.

Pero, además de que esta ciudad se ha sentido siempre aludida y reclamada por las artes, este año ha ejercido la dignidad y el orgullo de ser Capital Europea de la Cultura (junto a la ciudad polaca de Wroclaw). Qué mejor lugar para hacer la entrega de las Medallas de Oro al Mérito de las Bellas Artes de este año 2016. Y qué satisfacción venir para esta ocasión y poder compartir con los premiados y con todos los presentes esta celebración y el homenaje que representa para ellos y, en general, para nuestras Bellas Artes.

Nuestra satisfacción es también muy particular porque, además, San Sebastián no deja de recordarnos su vinculación histórica y estrecha con la Familia Real desde tiempos de Isabel II. Unos lazos que la Reina María Cristina afianzó encargando la construcción del Palacio de Miramar, sede hoy de la Universidad y del Centro Superior de Música del País Vasco.

Pero, sobre todo, señoras y señores, porque, como hay que reconocer con orgullo, Donostia es una de las ciudades más hermosas del mundo. Una ciudad volcada en la belleza y la creatividad que, con justa ambición, ha sabido dotarse de importantes infraestructuras culturales. En este sentido, no hace falta más que admirar el KURSAAL o el Palacio de Festivales que, además de potente centro cultural, es hoy la sede oficial del Festival Internacional de San Sebastián.

Sin duda, las inversiones culturales generan riqueza para el conjunto de las sociedades. En el País Vasco, su plena implicación en proyectos culturalmente muy ambiciosos ha hecho de esta tierra un foco de atracción para visitantes de todo el mundo y para artistas y pensadores de excelencia mundial. Muestra de ello es, por ejemplo, lo que en términos generales ─sociales, culturales, económicos, de imagen─ ha supuesto el Museo Guggenheim para la ciudad de Bilbao y para toda España, un fenómeno que de hecho se estudia en universidades de muchos países.

En la era de la globalización, nuestra cultura representa una tarjeta de presentación muy auténtica y poderosa para los artistas, sí; pero también lo es para los emprendedores que salen de su tierra para impulsar caminos de progreso y de futuro. Por eso es muy cierto que la cultura −en este tiempo de aceleración y conexión de casi todo−, por un lado nos identifica; nos da sentido de pertenencia y autoafirmación; y, por otro, nos permite una conexión mucho más humanista y valiente con las demás culturas del mundo; nos abre así a una convivencia más fértil y pacífica entre culturas, tanto con las próximas, como con las lejanas.

Efectivamente, la Cultura, en su más amplia significación, nos hace ser más conscientes de la realidad y del valor de nuestro entorno. Todos debemos contribuir con nuestra actitud y nuestro respeto a administrar el patrimonio cultural único que nos legaron quienes nos precedieron −que siempre es indispensable cuidar y ensalzar− y a utilizarlo también como una riqueza compartida para la humanidad.

Pero la cultura es, esencialmente, algo más profundo: es un derecho y una riqueza que hace que las personas sean más libres y más críticas; también más felices. Es la que marca nuestra originalidad y la que, al mismo tiempo, nos dota de la capacidad de vivir la diversidad como un valor con el que sentirnos cómodos y seguros.

Desde la Cultura −y con la Cultura− debemos aprender a respetar al otro, a cultivar el valor de la solidaridad. Es por ello que, Artistas, intelectuales, escritores y creadores en general sois esenciales para el devenir de los pueblos. No solo –que también− para nuestro disfrute, y deseo de sentir y conocer, sino además por el aporte económico que también supone para la sociedad, para la industria cultural.

"...en la era de la globalización, nuestra cultura representa una tarjeta de presentación muy auténtica y poderosa para los artistas, sí; pero también lo es para los emprendedores que salen de su tierra para impulsar caminos de progreso y de futuro. Por eso es muy cierto que la cultura −en este tiempo de aceleración y conexión de casi todo−, por un lado nos identifica; nos da sentido de pertenencia y autoafirmación; y, por otro, nos permite una conexión mucho más humanista y valiente con las demás culturas del mundo; nos abre así a una convivencia más fértil y pacífica entre culturas, tanto con las próximas, como con las lejanas..."

Con todo y por todo ello, estas Medallas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte suponen un claro reconocimiento al trabajo y al talento que cada uno de vosotros ─los artistas y creadores distinguidos─ ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria, con el esfuerzo y la perseverancia que cualquier experiencia artística e intelectual conlleva.

Se ha dicho que el talento es una larga paciencia. Y el arte es una elección y un deseo de ir más allá. Pero, para llegar a conquistar ese terreno mágico, debe tratarse de un deseo sostenido en el tiempo, de un ejercicio de concentración y trabajo que implica, a menudo, soledad y renuncias. Y es esa paciencia, ese talento, lo que hoy, en definitiva, estamos celebrando.

Señoras y señores,
Como saben muy bien, a lo largo de todo este año estamos conmemorando el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y, en un acto como este, no podíamos dejar de recordar al Quijote. Como decía Antonio Machado, “Leyendo a Cervantes me parece comprenderlo todo”.

Justamente, más de una vez se ha recurrido a Cervantes para enaltecer el trabajo del artista. Recordemos aquella escena en que Don Quijote y Sancho están montados en Clavileño, con los ojos vendados, y dispuestos a emprender una grande y fingida aventura. Pregunta Sancho: "¿No se estarán burlando de nosotros?". Y Don Quijote responde: "¡Y qué! Allá los burladores con sus burlas, que a nosotros no podrán arrebatarnos la gloria del empeño".

La gloria del empeño. En eso consiste el humilde y a la vez glorioso trabajo del artista. Son los grandes artistas los que nos lo enseñan. Y ese empeño a menudo queda sin resultados aparentes, o rápidos. La soledad del corredor de fondo.

Las Medallas que hoy hemos entregado abarcan un amplio abanico de personas, de España y del extranjero, que hacen grande nuestra Cultura desde ámbitos muy diversos: la literatura y la filología, la música, la danza, el canto, el arte dramático, la cinematografía, la protección del patrimonio y el diseño, la tauromaquia, la gastronomía, la sociología y la ciencia política, la gestión cultural o el circo.

Enhorabuena de corazón a todos por vuestros éxitos, por estas medallas que tanto merecéis. No voy a añadir más a lo que ya se ha dicho hoy sobre vuestra biografía y méritos; permitidme tan solo daros unas inmensas gracias por vuestra obra, por vuestra vocación y entrega a algo que nos hace grandes sí, pero sobre todo nos hace mejores como sociedad.

Señoras y señores,
Hablamos una lengua que comparten más de 500 millones de personas en todo el mundo. Un mundo cada vez más complejo y sometido a cambios, a desafíos constantes. El Quijote salió desde la Mancha hace ya siglos a conquistar, a través de la palabra y la imaginación, un territorio que hay que saber acrecentar cada día. Desde el sencillo taller del artista a la mesa solitaria del escritor o el gestor, desde el trabajo diario en la escena, en las pantallas, a los fogones de nuestros grandes cocineros o a la arena de los ruedos, vosotros lo habéis conseguido!!

Tenemos mucho que agradecer desde esta bahía; desde aquí podría oírse la música del mar atravesando el Peine del Viento de Chillida. Pero es más: si conseguimos escuchar atentamente, podríamos oír también la voz de don Pío Baroja, que nació aquí mismo, y de tantos otros escritores, poetas y artistas vascos que siguen abriendo cada día el espíritu a nuevas aventuras.

Hoy siento que ese mar es la música de fondo para volver a expresar, en mi nombre y en el de tantos ciudadanos, nuestro agradecimiento por el placer y la inteligencia que cada día nos regaláis todos los premiados.

Felicidades de nuevo. Zorionak berriro ere eta eskerrik asko.

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