Los Premios Internacionales de Periodismo nos reúnen de nuevo en la Casa de ABC, en esta gran biblioteca que guarda el diario de los últimos 113 años de la historia de España, de Europa y del mundo. Es el relato de nuestro pasado común, con sus éxitos y tropiezos, con las lecciones aprendidas y las aún pendientes, pero que todos debemos conocer e intentar comprender para encarar mejor ese futuro que, casi sin darnos cuenta, se nos hace presente.
Y no creo sorprender aquí a nadie al decir que, para ello, la labor de la Prensa resulta imprescindible. El periodismo –como sabemos− es, en parte, la narración casi instantánea, cada vez más inmediata de la actualidad, pero el fruto de su trabajo –el del verdadero periodismo− no es, en absoluto, efímero ni superficial.
Y así, aunque la actualidad impera y las noticias se suceden rápidamente, el periódico de hoy no lo reemplaza el de mañana..., siempre queda. Los periodistas son los primeros en contar el devenir de las sociedades, en verbalizarlo, en plasmarlo sobre un soporte material o virtual; y los primeros en dar las claves iniciales para interpretarlo..., los que, tantas veces, nutren con materia prima el trabajo posterior de los historiadores.
Pero no olvidemos su propio papel investigador y divulgador de la historia, como ha demostrado ABC con su gran trabajo publicado estos días pasados en la serie “Franco contra Don Juan, los papeles secretos del Régimen”… ¡felicidades por ello!
De ahí la importancia de abogar por el periodismo de calidad, que no necesariamente es aquel que lanza titulares más sonoros. La información −o el trabajo periodístico− requiere instinto, pericia, decisión, independencia, bagaje y perseverancia, pero también responsabilidad, prudencia y honestidad; así como sentido de la mesura y la justicia. Es la combinación de estos elementos la que eleva la noticia a su más alta categoría y como servicio a la sociedad, la que la hace imprescindible para el sistema democrático, para el buen funcionamiento de las instituciones y para la maduración cívica y crítica de los ciudadanos.
Nuestro país ha afrontado el último año un escenario político…inédito. Y en él, los españoles han necesitado certezas y respuestas que a menudo han buscado en los medios de comunicación. El papel de la Prensa en la estabilidad se ha puesto, por tanto, de manifiesto, y creo oportuno reconocerlo en esta noche −del buen periodismo por excelencia− que es la cena de los Premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote.
Son galardones que representan las esencias de la comunicación, que reivindican los valores que confieren a un texto su condición periodística, a la vez que estimulan y distinguen el compromiso por hacer evolucionar la profesión y por adaptarla más y mejor a la nueva era digital.
En la actualidad este sector acomete un esfuerzo necesario y difícil de reconversión que incide en algo tan crítico como la información fiable, rigurosa, diversa y profesionalizada. Obtenerla, producirla y servirla a la audiencia requiere inversión de recursos económicos y humanos que han de encontrar retorno para garantizarse su viabilidad e independencia.
La competencia para ello es inevitable… pero necesaria si actúa en beneficio del mejor producto exigido por los ciudadanos. El periodismo no admite servidumbres. Sí, en cambio, responsabilidad y capacitación de plantillas donde la experiencia de los veteranos multiplica su valor enriquecida por la savia nueva de los jóvenes profesionales.
A sus 113 años, ABC es obra de una redacción dinámica, diversa y plural, a la que complementan firmas consagradas que, cada día, nos ayudan a entender un poco mejor el reto de los tiempos. Cuantas más perspectivas conozcamos, más completa será nuestra interpretación de la realidad; de una realidad que siempre es incompleta.
Los premios Mariano de Cavia dibujan una de las más amplias panorámicas de los siglos XX y XXI gracias a su lista extensa e ilustre de ganadores. Cada uno con su criterio y estilo, pero unidos por su calidad literaria, su hondura intelectual, su lucidez analítica, su inquietud y sagacidad periodísticas... Y todos, además, convocados por el periodismo y reunidos por ABC bajo unos galardones a los que, en su 96 edición, se suma Francesc de Carreras por el Cavia, Victoria Prego por el Luca de Tena y Juan Manuel Serrano Becerra por el Mingote.
"...Una sociedad sólida, estable y madura es aquella que se hace preguntas y confronta las respuestas; que dedica tiempo y espacio a pensar. A formar su conciencia crítica libre de prejuicios. Y en esa encomienda, hoy más que nunca, la Prensa ha de ser la referencia. Una Prensa que persigue el bien común, la comunicación, el diálogo, el debate, la reflexión; el entendimiento desde el conocimiento..."
A sus trayectorias, tan fecundas y amplias, los tres agregan su compromiso con la convivencia, la integración y el desarrollo de España; y la generosidad con la que han puesto su vida profesional, e incluso personal, al servicio del país en el que se felicitan de residir y servir. Enhorabuena con mi admiración y afecto a ellos, naturalmente; pero también permitidme que felicite al jurado por el acierto y cuidado en su trabajo que ha presidido Darío Villanueva (Director de la RAE).
-Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, es un intelectual con muchas horas de pensamiento que se ha valido de su reflexión lúcida y de la palabra bien dicha para defender los pilares sobre los que los españoles hemos construido nuestra arquitectura democrática.
Consecuente, íntegro, audaz, sus alegatos por la libertad y la unidad, sus apelaciones a profundizar en lo mucho que nos es común y a buscar en ello encaje a las diferencias, su esfuerzo por pulir con argumentos las posturas radicales y acercar los extremos, y la aguda sensibilidad ciudadana desde la que fundamenta su cátedra, lo convierten en un extraordinario analista del momento.
De Carreras recoge el Premio Mariano de Cavia por su artículo ‘Populismo contra democracia’, publicado en El País. Una honda disertación sobre la necesidad de salvaguardar entre todos el modelo de Estado que nos hemos dado.
-Los españoles elegimos en 1978 la democracia, la unidad de una realidad diversa, la convivencia, la concordia y la solidaridad. Y el balance de los últimos 40 años demuestra que no nos equivocamos. Claro que tenemos desafíos graves e inmediatos, el terrorismo, el paro, el fracaso escolar, el acceso a la vivienda, la violencia de género, pero el balance global es para estar orgullosos y ser optimistas.
-Lo sabe bien y lo cuenta con precisión Victoria Prego. Periodista de investigación por excelencia de nuestra Transición a la democracia, ha hecho partícipes a los ciudadanos de un periodo que fue, y es, un éxito conjunto e indisociable de todos. Desde que en 1974 Prego entró en TVE, con su licenciatura en Políticas y Periodismo, no ha dejado de alimentar el debate político constructivo.
Sus trabajos han sido fundamentales para componer el relato informativo e histórico de nuestro tiempo, con rigor y valentía. La misma determinación y fortaleza con que ha afrontado las pruebas más duras a las que la ha enfrentado la vida. La síntesis de todo ello es el premio Luca de Tena que, siguiendo el espíritu del fundador de ABC, recae en quien fue hasta el año pasado adjunta al director del diario ‘El Mundo’ y hoy sirve con seriedad y mucho oficio a la noble causa de su profesión y vocación como periodista, ocupando ese mismo puesto en el medio digital ‘El Independiente’.
-Tampoco se agota en pocas líneas la biografía de Juan Manuel Serrano Becerra. Heredero de una saga de fotoperiodistas que arranca un siglo atrás, en los años veinte, el actual jefe de fotografía de ABC de Sevilla conoce y refleja como pocos la fisonomía, el carácter y la personalidad de una ciudad tan agraciada, extrovertida y hospitalaria como es la capital hispalense. También ha captado con gusto y maestría la agenda de la Familia Real.
En particular, el jurado ha resuelto otorgarle el Premio Mingote por una imagen publicada el 31 de mayo de 2015 y tomada durante mi visita a la Semana Santa sevillana, en el mismo lugar en donde 85 años antes su abuelo fotografió a mi bisabuelo Alfonso XIII. Gracias, Juan Manuel, por la sensibilidad que demuestran ambas instantáneas, unidas a través del tiempo por el compromiso y la lealtad a España de quienes estamos a su servicio, así como por el afecto y la generosidad de los ciudadanos para con su Rey.
Mi gratitud y felicitación también para Francesc de Carreras y Victoria Prego. Por vuestro premio y porque vuestro periodismo es genuino y perdurable, ese periodismo que se convierte en fuente documental y que, efectivamente, allana el camino a la Historia.
Vivimos con mucha prisa; la actualidad parece a ratos que nos atropella, pero necesitamos del análisis sosegado, de una voluntad real de entender y de entendernos. Necesitamos tomar distancia, bajar el volumen, escuchar y saber lo que ocurre y, sobre todo, el por qué y para qué.
Una sociedad sólida, estable y madura es aquella que se hace preguntas y confronta las respuestas; que dedica tiempo y espacio a pensar. A formar su conciencia crítica libre de prejuicios. Y en esa encomienda, hoy más que nunca, la Prensa ha de ser la referencia. Una Prensa que persigue el bien común, la comunicación, el diálogo, el debate, la reflexión; el entendimiento desde el conocimiento.
Muchas gracias por vuestra apuesta; y, naturalmente, por vuestra invitación a la Reina y a mi esta noche, para compartir con todos vosotros esta gala de los Cavia.
Feliz Navidad y buen año 2017 a todos.