Querido Paco,
Han pasado más de 25 años desde que te conocí. Durante este cuarto de siglo, he tenido muchas oportunidades de seguir de cerca tu incansable labor.
No solo como hombre de empresa; también como persona interesada en las artes, la educación y la ciencia. Y, sobre todo, comprometido con la sociedad en general.
Hoy quiero recordar no tanto los escenarios y los motivos de nuestros numerosos encuentros, recogidos en tu brillante hoja de servicios. Una trayectoria en la que Iberoamérica ocupa uno de los más importantes capítulos de tu vida.
"...En la Fundación que has creado, has reunido tus mejores valores, tanto profesionales como humanos, desde el compromiso de ejemplaridad hasta la voluntad de innovación permanente. Todo, al servicio del bien común, como siempre hiciste. Y en este caso, en beneficio del colectivo de afectados de ELA...."
Lo que deseo decirte, aquí y ahora, tiene que ver con tu persona, más que con tus éxitos profesionales. De estos 25 años en muy diferentes lugares y circunstancias, resalto tu talante optimista, tu capacidad de trabajo y espíritu renovador, tu sencillez y generosidad.
Y me refiero a todo ello para expresarte nuestra emoción por cómo has volcado tus fortalezas y virtudes en esta nueva etapa de la vida.
En la Fundación que has creado, has reunido tus mejores valores, tanto profesionales como humanos, desde el compromiso de ejemplaridad hasta la voluntad de innovación permanente. Todo, al servicio del bien común, como siempre hiciste. Y en este caso, en beneficio del colectivo de afectados de ELA.
Fuiste un generoso mecenas institucional y hoy estás dando ejemplo personal de tu grandeza.
Y fuiste un destacado hombre de empresa y hoy has puesto en pie una institución llamada a consagrarse, en muy poco tiempo, como referente español y global.
Por todo ello, la Reina Sofía y yo te expresamos nuestra admiración y gratitud, y un ya veterano y profundo afecto.
Enhorabuena por el reconocimiento que hoy recibes y gracias, querido Paco, por haber legado a la sociedad el ejemplo de tu patrimonio vital, tanto profesional como humano.