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Palabras de S.M. el Rey Don Juan Carlos en la entrega de la “Medalla Echegaray 2016”

Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid , 11.21.2017

Hoy es un día de celebración para esta Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Pero también lo es para la Reina Sofía y para mí que nos sentimos profundamente honrados de presidir el acto de entrega de la Medalla Echegaray a Doña Margarita Salas Falgueras.

Una persona excepcional a quien queremos rendir el homenaje de nuestro mayor reconocimiento, de nuestro afecto y de nuestra amistad.

Quiero, en primer lugar, extender mi enhorabuena a esta Real Academia por tan feliz iniciativa con el recuerdo vivo de las muchas veces que he podido, durante mi Reinado, compartir vuestras inquietudes y preocupaciones.

Son muchas las actividades y proyectos que estáis realizando.

Las periódicas sesiones científicas y la reciente concesión de la primera medalla Ramón y Cajal para científicos menores de 50 años, son algunas de las realidades más cercanas de vuestra labor junto al trabajo, casi permanente, de editar una nueva publicación del Vocabulario Científico y Técnico.

Entre vuestros proyectos de futuro os animo a que continuéis estrechando los lazos con las principales redes internacionales de Academias y, muy especialmente, con las hermanas Academias de Ciencias de Iberoamérica.

Pero, como decía al principio de mi intervención, hoy es un día de celebración y de reconocimiento a Margarita Salas.

El profesor Ávila ha descrito con precisión los muchos méritos que la distinguen. Pero si tuviera que resumirlos en uno, destacaría su vocación humanista y su permanente espíritu de servicio a la sociedad.

"...Se destaca como valosres de Margarita Salas. El liderazgo para desarrollar importantes aportaciones al campo de la Biología Molecular utilizando como modelo un virus bacteriano. El esfuerzo de poner en marcha el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa con los más altos estándares científicos y tecnológicos y posicionarlo como uno de los mejores centros de investigación del mundo, y el esfuerzo, también, de desarrollar e implementar nuevas asignaturas académicas en la Universidad española como la Genética Molecular. Y la generosidad, por último, de dedicarse intensamente a sus alumnos y discípulos tanto en los diseños experimentales como en sus trayectorias científicas...."

Es bien conocido que Margarita Salas, junto a su marido Eladio Viñuela, fueron los grandes creadores e impulsores de la Biología Molecular en España.

Seguramente, volver a España tras una estancia posdoctoral exitosa dirigida por Severo Ochoa en uno de los mejores laboratorios del mundo, significaba la oportunidad de erigirse en referente científico en la España de los setenta.

Pero desarrollar y consolidar una nueva disciplina científica en nuestro país, necesariamente ha conllevado liderazgo, esfuerzo y grandes dosis de generosidad.

Liderazgo para desarrollar importantes aportaciones al campo de la Biología Molecular utilizando como modelo un virus bacteriano.

El esfuerzo de poner en marcha el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa con los más altos estándares científicos y tecnológicos y posicionarlo como uno de los mejores centros de investigación del mundo.

El esfuerzo, también, de desarrollar e implementar nuevas asignaturas académicas en la Universidad española como la Genética Molecular. Y la generosidad, por último, de dedicarse intensamente a sus alumnos y discípulos tanto en los diseños experimentales como en sus trayectorias científicas.

Así, prometedores doctorandos y doctores han culminado sus carreras profesionales en los mejores laboratorios de los centros de investigación más prestigiosos del mundo.

Una prolífica familia científica, como a ella le gusta recordar.

Sus discípulos definen a Margarita como una mujer brillante, rigurosa y ejemplar. Una mujer que ha sabido transmitir los valores de la ciencia a varias generaciones de investigadores e investigadoras.

Estudiantes de doctorado que recuerdan con cariño y gratitud una etapa formativa dura e intensa, con interesantes debates científicos en el laboratorio de Tres Cantos y exigentes correcciones de los textos para publicar en los veranos en Valdemorillo.

Enhorabuena, querida Margarita, por una trayectoria ejemplar y enhorabuena también a esta Real Academia que ha puesto en valor el prestigio de la Medalla Echegaray.

Muchas gracias.

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