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Palabras de Su Majestad el Rey en la entrega del IV Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial

IESE Business School. Barcelona, 2.25.2019

La iniciativa del Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial es consecuencia como saben de una intensa y prolongada colaboración entre el Círculo de Empresarios, el Cercle de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos, así como de otras entidades económicas y empresariales de toda España. Un conjunto de instituciones que, con personalidad diversa, comparten un gran objetivo común: el compromiso con los intereses generales de España y el reconocimiento de la figura del empresario como eje central de una economía abierta y una sociedad moderna como la nuestra.

En 2012, aún en plena crisis económica, las tres entidades convocantes consideraron la conveniencia de reconocer, al máximo nivel, la trayectoria de nuestros empresarios más relevantes. Y ello, partiendo de cuatro consideraciones principales.

En 1er lugar, del convencimiento del papel central e insustituible de la figura del empresario en la generación de riqueza y bienestar para el conjunto de la sociedad.

En 2do lugar, de la certeza de que son muchos los empresarios españoles cuya trayectoria les hace merecedores del Premio y ejemplo para futuras generaciones de empresarios.

La 3ª razón se centra en la necesidad de que los ciudadanos conozcan y valoren la actividad del empresario, una de las más difíciles y complejas en cualquier sociedad moderna, pero que es esencial para que la economía funcione y para que el bienestar en sus diferentes formas pueda llegar al conjunto de la población.

La 4ª consideración que impulsó la creación de esta distinción fue la clara vocación vertebradora de nuestro país. Por ello, este galardón pone su atención en empresarios de diferentes territorios que han sabido fortalecer nuestro entramado productivo interno favoreciendo al conjunto de nuestros ciudadanos. Y también lo pone en aquellos que, al internacionalizar sus compañías y negocios, han sabido llevar con brillantez el nombre de España y de nuestra industria a todo el mundo, como seña de calidad y ejemplo de buen hacer. Los nombres de los premiados anteriores ─Enrique Sendagorta, José Ferrer y José Antolín─, y del galardonado de este año ─Mariano Puig─ son buena prueba de ello.

Los breves años transcurridos desde la primera edición ya han confirmado, pues, el acierto de estas consideraciones. Hoy la economía española está dejando atrás la crisis, liderada por un tejido empresarial denso y competitivo, lo que es una muestra evidente de que se trata de una economía avanzada y diversificada. Solo así se puede entender cómo, en pocos años, nuestras empresas se han afianzado en mercados globales y con un alto grado de competencia. Pero, pese a ello, aún perdura el desempleo y la fragilidad laboral que nos deja la crisis, que ha sido tan prolongada y severa. A esos millones de ciudadanos, hemos de orientar todos nuestros esfuerzos.

Señoras y señores,
Nos asomamos ahora a la trayectoria vital y empresarial de nuestro premiado, D. Mariano Puig Planas; un catalán y español universal, una figura de la historia reciente de nuestro país que, realmente, no podemos dejar de respetar y de admirar.

Mariano Puig era un niño de solo 9 años cuando estalló la Guerra Civil, y tenía 18 al finalizar la II Guerra Mundial. A pesar del cariño que emanó siempre de su entorno familiar más inmediato, su infancia y su adolescencia se desarrollaron durante los peores años del siglo XX.  Esta dura experiencia vital fortaleció, desde el primer momento, su compromiso firme con la moderación y con la prudencia, valorando siempre lo mucho que juntos se alcanza y reconociendo que, para asegurar el bienestar compartido, no podemos olvidar nunca de dónde venimos ni las enseñanzas del pasado.

La ciudad de Barcelona ha sido y es para él, desde siempre, una referencia permanente y estimulante. Su profundo arraigo a esta capital no solo no le frenó, sino que le sirvió de motor para la apertura y la internacionalización de su empresa y sus iniciativas cívicas, y es un hecho bien conocido que el nombre de Barcelona se ha asociado a menudo en todo el mundo a los productos Puig.

"...Mariano Puig és, també, un exemple, un paradigma, del que en el conjunt d’Espanya s’ha anat identificant i apreciant com a valors de la catalanitat. M’he referit ja a la prudència i a la moderació; a la vocació industrial i al respecte a la tradició familiar. I ara vull, també, afegir altres valors, com l’apertura al món i al progrés, l’ideal de l’excel·lència en l’empresa, el civisme responsable i solidari, i el foment de l’educació a través de l’humanisme, la cultura i la ciència..."

D. Mariano no se ha cansado de recordar que una de sus mayores satisfacciones ha sido haber vivido el tránsito de la Barcelona de las décadas de la postguerra, a esa ciudad que alcanza su cénit con los Juegos Olímpicos de 1992.

Su vocación industrial, determinada por su entorno familiar, cultural y social, es otro de los elementos que ha marcado su vida y su aportación a la economía y a la sociedad. No es preciso traer a colación las marcas y productos bien conocidos por todos, pero sí quiero subrayar en este punto la sensibilidad social que Mariano Puig proyectó desde muy pronto en su entorno industrial y hacia todos los trabajadores; una muestra más de que su altura empresarial es indisociable de su talla moral y humana.

Por último, me quiero referir al pilar esencial desde el que Mariano Puig ha edificado su extraordinaria obra vital, que no es otro que la familia. Sin duda, el éxito que hoy reconocemos no se puede entender sin el legado de sus padres, sin el apoyo y estímulo de su querida esposa, María, sin sus inseparables hermanos Antonio, José María y Enrique y sin sus hijos Marian, Ana, Ton, Marc y Daniel. El reconocimiento a Mariano Puig Planas es, pues, el reconocimiento a todos ellos.

Señoras y señores,
Així doncs, hem conegut, a grans trets, la trajectòria de D. Mariano Puig.

Mariano Puig és, també, un exemple, un paradigma, del que en el conjunt d’Espanya s’ha anat identificant i apreciant com a valors de la catalanitat. M’he referit ja a la prudència i a la moderació; a la vocació industrial i al respecte a la tradició familiar. I ara vull, també, afegir altres valors, com l’apertura al món i al progrés, l’ideal de l’excel·lència en l’empresa, el civisme responsable i solidari, i el foment de l’educació a través de l’humanisme, la cultura i la ciència.

Tot això, unit al sentiment d’orgull i amor per la pertinença a una terra amb una cultura, una llengua, unes tradicions i una manera de ser tan pròpies com les de Catalunya. I no hi ha cap dubte que, a la vida de Mariano Puig, s’entrellacen tots aquests elements.

Quan pensem en l’especificitat i la qualitat dels productes generats o promoguts per les seves empreses, reconeixem fins a quin punt està present l’ideal de l’excel·lència empresarial. I no cal recordar avui noms de tantes marques o productes ‘Puig’ que estan en la ment de tots.

Quan observem, amb admiració, la magnitud de la internacionalització dels seus projectes i iniciatives, ens adonem de l’autèntica significació de la seva apertura al món i al progrés. Avui Puig està present en cent cinquanta països, amb vint-i-cinc filials, amb unes vendes extraordinàries, que procedeixen en major part de mercats exteriors.

Quan coneixem la seva tasca a institucions com l’IESE, el MACBA, el Cercle d’Economia, l’Institut d’Empresa —o a les Fundacions Princesa d’Astúries i Princesa de Girona, la Fundació Amics del Museu d’El Prado o la Reial Acadèmia Espanyola—, es posa de relleu aquell civisme responsable i solidari del qual he parlat abans.

En suma, Don Mariano Puig Planas ─y creo oportuno reiterarlo─ es un compendio singular de todas las características de la catalanidad que tanto se aprecian en el resto de España. Unas cualidades que nuestro premiado, con un fuerte sentido y arraigo familiar, ha querido proyectar en su entorno más cercano, que se ha involucrado, con el alma y el corazón, en un proyecto que nació en su familia, y en la querida Cataluña, pero que ha trascendido generosamente hasta llegar a beneficiar a muchos miles de personas en todo el mundo.

Muchas felicidades, querido Mariano, por este Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial. Pero, sobre todo, muchas gracias por tu ejemplo invalorable que, generosamente, has venido dando a largo de toda tu vida a sucesivas generaciones de empresarios en particular, y de ciudadanos en general.

Felicitats, a ti y a tota la seva familia y collaboradors.

Moltes gràcies, muchas gracias.

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