Buenos días a todos. Gracias a las autoridades aragonesas por acogernos en Zaragoza y gracias a la Cruz Roja por invitarme un año más a celebrar este Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
"...se trata entonces de atender, ayudar, escuchar, solucionar, dar herramientas para salir adelante. Se trata de tender puentes, de compartir, de aliviar sufrimiento, de unirse al otro para caminar juntos. Se trata de sumar y afrontar adversidades desde cada responsabilidad individual y con la mejor actitud. Se trata de ser humanos. Y de eso, saben mucho la Cruz Roja y la Media Luna Roja..."
De “humanidad” ya se ha dicho aquí todo y de forma muy efectiva para difundir el mensaje que Cruz Roja quiere hacer llegar lo más lejos posible. Añadiré sólo, robando un par de versos a la poeta Amanda Granda, que fueron la grandeza de lo humano y las caricias cálidas lo que vi en tantos cooperantes y voluntarios de esta organización en el viaje que acabo de hacer a Mozambique. Fueron dos días en los que esa capacidad de empatizar con quienes han perdido todo demostró que hay esperanza porque hay muchos seres humanos que se preocupan por otros. Con gran profesionalidad y capacitación, comprobé cómo quienes forman parte de Cruz Roja —también quienes allí estaban en el operativo desplegado por la Agencia Española de Cooperación Internacional— utilizaban el idioma internacional del cariño para verdaderamente atender y ayudar a tantas personas en situación de vulnerabilidad extrema tras el paso de un ciclón devastador.
Se trata entonces de atender, ayudar, escuchar, solucionar, dar herramientas para salir adelante. Se trata de tender puentes, de compartir, de aliviar sufrimiento, de unirse al otro para caminar juntos. Se trata de sumar y afrontar adversidades desde cada responsabilidad individual y con la mejor actitud. Se trata de ser humanos. Y de eso, saben mucho la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Gracias, por tanto. Gracias a todos.