Sean todos muy bienvenidos a este encuentro y celebración con motivo de la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes; que nuevamente tenemos el gusto de acoger aquí, en este Palacio del Real Sitio y Villa de Aranjuez, durante cuatro siglos residencia de primavera de los reyes desde Felipe II hasta Isabel II y declarado por la UNESCO Paisaje Cultural de la Humanidad en el año 2001.
A la Reina y a mí nos alegra especialmente verles aquí y en torno a uno de los temas que más nos identifican, que más nos unen y más nos enriquecen a todos los que tenemos la suerte de formar parte de esa gran patria común que es nuestro idioma, el español, junto a toda la diversidad cultural que se expresa en esta lengua que podemos apellidar con orgullo como universal.
Pueden entender así el honor y la satisfacción que supone presidir la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes, un día muy especial en el que analizamos la labor de esta institución tan querida por todos y cuya misión fundamental es nada menos que promover y difundir la lengua y la cultura españolas en el mundo.
Somos ya casi 600 millones de personas en los 5 continentes los que nos podemos comunicar, sin fronteras, en español. Formamos una comunidad “transcultural” cuyo valor demográfico y geopolítico no tiene discusión; y cuyo futuro se definirá en función de los horizontes comunes que sepamos crear los 21 países hispanohablantes que constituimos este “territorio de la Mancha”.
Las cifras presentadas durante la reunión de este Patronato por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, son muy positivas; los planes, muy ambiciosos. Entre ellos:
"...en las próximas décadas las generaciones a las que pertenece la Princesa de Asturias hereden un legado −el español y la cultura panhispánica que se expresa a través de él− que, con el trabajo y el compromiso de todos, crecerá y se fortalecerá en beneficio de todas nuestras sociedades..."
• potenciar la formación de profesores de español, especialmente en África y Asia, donde nos informan de que existe una gran y creciente demanda;
• seguir impulsando la “iberoamericanización” de la institución a través de grandes empresas como la red de institutos culturales CANOA;
• impulsar el español en la ciencia y la tecnología para que las nuevas formas de nombrar el mundo que se originen tengan también como lengua el español;
• y continuar la difusión en sus más de 80 centros repartidos por el mundo de una programación cultural que tiene en cuenta la irrupción de realidades que están transformando nuestro mundo como los avances en la igualdad real entre hombres y mujeres y la defensa del medioambiente.
Antes de terminar estas breves palabras, quisiera recordar un acto emotivo y de especial significación para la Corona que tuvo lugar en el mes de octubre del año pasado. La Princesa de Asturias intervino por primera vez en público, precisamente en la madrileña sede del Instituto Cervantes, en el marco de la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución. Una Constitución que nos define como una sociedad abierta, democrática, diversa y sólidamente hermanada al otro lado del Atlántico.
Y ahora, con todos ustedes, les propongo un brindis para que en las próximas décadas las generaciones a las que pertenece la Princesa de Asturias hereden un legado −el español y la cultura panhispánica que se expresa a través de él− que, con el trabajo y el compromiso de todos, crecerá y se fortalecerá en beneficio de todas nuestras sociedades.
Muchas gracias.