Es un gran placer poder tener estos momentos de encuentro con todos vosotros, miembros de la colectividad española residente en Corea, para poder compartir vuestras experiencias en este país, física y geográficamente tan lejano de España y, sin embargo, tan querido y cercano hoy en tantos aspectos.
La Reina y yo siempre hemos sido conscientes de lo difícil que en muchas ocasiones es sobrellevar esa distancia, el desarraigo y la lejanía de los seres queridos, aunque las comunicaciones modernas hayan paliado algo ese problema, y nos alegra poder encontrarnos hoy con vosotros para transmitiros el mensaje de cariño que os traemos de España, de vuestros compatriotas.
Sabemos que habéis llegado a este país en momentos diferentes y por razones muy diversas: por labores misioneras, por lazos familiares, por vínculos sentimentales, por intereses académicos o por razones profesionales. Sabemos también que sois una representación muy amplia de lo mejor que tiene la sociedad española, y que a todos vosotros os une el aprecio por esta tierra coreana, donde la adaptación no siempre habrá sido sencilla. Pero estoy seguro de que habéis sabido convertir en oportunidades los desafíos de sobrellevar las barreras del idioma, la cultura y la distancia.
Junto a ese aprecio por Corea, también me consta que todos lleváis con vosotros el amor a vuestra tierra, a España, a la que siempre tenéis presente. El mérito de llevar el recuerdo de nuestro país y de trabajar aquí por el entendimiento entre nuestros pueblos es aún mayor teniendo en cuenta lo reducido de la colonia española en Corea y la gran distancia que os separa de nuestra tierra.
"...sois vosotros los primeros representantes de España en Corea, los que hacéis la contribución más destacada a esta histórica relación que une a nuestros dos pueblos. Una relación de amistad y cooperación, una voluntad de entendimiento, de trabajo conjunto, que tuve ocasión de transmitir al presidente de la República en nuestro encuentro de ayer..."
A los dos países nos unen lazos históricos, y los españoles fuimos pioneros en el conocimiento de Corea. Ayer mismo tuve ocasión de mencionar al presidente Moon Jae-in que fue precisamente un español, el Padre Gregorio de Céspedes, el primer europeo en llegar a Corea, en 1593, y sus cartas enviadas desde aquí fueron las primeras noticias recibidas en el mundo occidental de los Reinos Coreanos. Es la nuestra una larga relación, cargada de historia y cargada de entendimiento entre los dos países.
Sois vosotros los primeros representantes de la España actual en Corea, los que hacéis la contribución más destacada a esta histórica relación que une a nuestros dos pueblos. Una relación de amistad y cooperación, una voluntad de entendimiento, de trabajo conjunto, que tuve ocasión de transmitir al presidente de la República en nuestro encuentro también de ayer.
Las oportunidades que se abren para la colaboración entre nuestros dos países son enormes, y sois vosotros los que estáis en mejor situación para aprovecharlas. En estos últimos años asistimos a un notable crecimiento en todos los ámbitos de la relación entre España y Corea, y estamos decididos a incrementarla mucho más. Aumenta el intercambio comercial, crecen las exportaciones de productos españoles a Corea, se multiplica el número de turistas coreanos en España. Cada vez es mayor el interés de la sociedad coreana por nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra gastronomía o nuestra moda. Las empresas españolas y las empresas coreanas tienen ya una presencia global consolidada y las oportunidades de colaboración económica entre ellas es enorme.
Veo en esta sala también a muchos jóvenes, que habéis llegado a Corea en busca de nuevos proyectos, abriendo camino para la presencia española en Asia, una de las regiones más dinámicas y prometedoras del planeta. Os animo a dar lo mejor de vosotros, convencido de que la valiosa experiencia que vais a adquirir en Corea será de enorme utilidad para vuestro futuro. Os animo, por tanto, a que aprovechéis todas estas oportunidades, en el convencimiento de que sabréis dedicaros a ello con la misma pasión que ya habéis demostrado en vuestros años de trabajo en este magnífico país.
Queridos compatriotas,
No quiero dejar de transmitiros mis felicitaciones, mi admiración y mi respeto hacia todos vosotros que, viviendo en Corea, seguís llevando en el corazón el amor a España, y seguís transmitiendo en estas tierras asiáticas la herencia de nuestra cultura, nuestra actividad empresarial y nuestra realidad. A todos vosotros os hago llegar el gran afecto de la Reina y el mío propio, y con ello, el cariño de nuestra patria, el de vuestros familiares, amigos y compatriotas, que estoy seguro siempre os guardan en el recuerdo.
Muchas gracias.