Agradezco al Nuncio de Su Santidad y Decano del Cuerpo Diplomático sus palabras cordiales y llenas de buenos deseos para el nuevo año; deseos que hacemos nuestros y que ruego hagan extensivos a sus Jefes de Estado, a sus Gobiernos y a sus compatriotas.
Este tradicional encuentro coincide en esta ocasión con el inicio de una nueva Legislatura en nuestro país, lo cual me permite ante todos ustedes renovar el mensaje de cómo se proyecta España hacia el exterior y de la voluntad que tenemos de seguir haciéndolo.
España proyecta al mundo su realidad actual de país moderno, democrático y avanzado con una economía productiva, muy abierta y ciertamente competitiva en muchos sectores; y refleja la imagen consolidada de una sociedad plural, tolerante y solidaria con una inequívoca vocación europeísta y cosmopolita.
En el plano internacional tales valores son parte importante de nuestras señas de identidad y los procuramos convertir en activos valiosos de nuestra acción exterior.
La solidaridad determina en buena medida nuestra manera de estar en el mundo y se plasma en la política de cooperación al desarrollo y la acción humanitaria eficaz.
Se traduce asimismo en nuestro compromiso con el consenso internacional en torno al desarrollo sostenible plasmado en la Agenda 2030. El pasado diciembre, España albergó exitosamente en Madrid la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-25), bajo presidencia chilena. En sus debates y conclusiones se puso de relieve la urgencia de afrontar las causas del cambio climático, mitigar sus efectos y orientar nuestras sociedades hacia una transición energética justa que nos conduzca a economías des carbonizadas.
Priorizaremos la diplomacia preventiva, la mediación y la diplomacia humanitaria. La protección y la promoción de los derechos humanos continuará como un elemento vertebrador y definidor de nuestra acción exterior. En particular, la mejora de la condición de la mujer en el mundo es una tarea inaplazable.
Asistimos a un cambio acelerado de paradigma de las relaciones internacionales, en un orden multipolar regido, en gran medida, por políticas de poder y de competencia por esferas de influencia. España apuesta, en cambio, por un orden mundial justo, basado en el derecho internacional y la colaboración entre Estados, así como en el multilateralismo eficaz e inclusivo, con el centro de gravedad en unas Naciones Unidas reformadas.
La carrera competitiva por ganar el futuro tecnológico determinará la posición y la relevancia de nuestros países y regiones en el mundo. El universo digital, los macrodatos, la inteligencia artificial, la cibernética, la robótica, la computación cuántica, las redes de telefonía 5G, las energías limpias y renovables, son ámbitos de una mutación estructural y revolucionaria de la civilización a la que los gobernantes deben dar respuesta.
Del mismo modo, España milita a favor de mantener y ampliar la liberalización global de los flujos comerciales, tanto a nivel internacional como regional, así como de un sistema económico global sujeto a normas justas, equilibradas y transparentes, como motor de crecimiento de la riqueza mundial.
Quisiera subrayar especialmente los esfuerzos que España viene desplegando en el marco del G20, con un destacado protagonismo en líneas de trabajo de gran relevancia estratégica, como las migraciones o la brecha digital.
En 2020, conmemoramos el 75 aniversario de la firma en San Francisco de la Carta de las Naciones Unidas. En este momento crucial para la Organización, España participará en la conversación global propuesta por su Secretario General para reflexionar sobre el futuro que anhelamos y las NNUU que necesitamos para conseguirlo.
España mantendrá su inquebrantable compromiso con la paz y seguridad internacionales. Como miembro de Naciones Unidas, la OSCE y la Unión Europea, y socio de la Alianza Atlántica, España seguirá contribuyendo a gestionar los riesgos y amenazas de todo tipo y procedentes de cualquier ámbito geográfico. España se encuentra en la vanguardia en lo relativo a proyección exterior y a participación en operaciones militares y misiones civiles.
Asimismo, España potenciará la cooperación internacional y participará en todos los foros relevantes en la lucha contra el terrorismo, combatiendo esta lacra en todos sus ámbitos y otorgando siempre una voz privilegiada a las víctimas y sus necesidades.
Señoras y señores Embajadores,
La España de hoy no puede entenderse sin su pertenencia a la Unión Europea. Y en el escenario actual de cuestionamiento por algunos, España reafirma su vocación europeísta con vistas a liderar una mayor integración de la construcción europea, como el mejor instrumento a nuestra disposición para ser actores relevantes en la era de la globalización.
La UE no es un ámbito más de la política exterior española. Es su espacio natural de identidad y actuación. Consciente de ello, España se propone ser uno de los motores europeos y se marca como guía de actuación participar activamente en todas las vanguardias, cooperaciones reforzadas e iniciativas encaminadas a profundizar en el proyecto europeo.
La marcha del Reino Unido es un momento triste que todos lamentamos profundamente. La nueva relación que acordemos con nuestros amigos y socios británicos se asentará sobre fundamentos sólidos. Seguiremos compartiendo valores, perspectivas e intereses, aunque ya no formemos parte del mismo proyecto.
Tras la renovación de las instituciones comunitarias, a lo largo del presente año comenzaremos a trabajar en una agenda comunitaria ambiciosa, con vistas a: consolidar la UE como actor global con autonomía estratégica; priorizar la transición ecológica mediante un “pacto verde europeo”; acelerar la modernización digital de la economía europea; completar la Unión Económica y Monetaria; profundizar el Mercado Interior apostando por las nuevas tecnologías; desarrollar la Europa de la Defensa; llenar de contenido la Europa Social; y negociar un Marco Financiero Plurianual justo para los próximos siete años.
En el 2020 se tomarán decisiones importantes en el ámbito migratorio. La migración es hoy un fenómeno global y estructural, que ha de ser considerado y gestionado como una oportunidad para todos los implicados y no como una amenaza. Ello requiere una adecuada y ordenada regulación de los flujos migratorios que combine medidas a corto plazo y una estrategia a largo plazo.
España defiende la necesidad de articular una genuina política europea de migración y asilo, capaz de equilibrar responsabilidad y solidaridad. Para ello es indispensable combinar diálogo y colaboración sincera con los países de origen, tránsito y retorno de los emigrantes, junto con una intensa cooperación al desarrollo que incida en las causas profundas de la migración, la protección de los derechos humanos de los emigrantes, así como la represión de las mafias de traficantes de seres humanos.
Se alza pues ante nosotros un reto ilusionante: vigorizar y actualizar nuestro proyecto europeo. Consciente de que el éxito del mismo dependerá del respaldo activo de los ciudadanos, España promocionará una mayor democratización de las instituciones comunes, los canales de participación ciudadana en los procesos políticos y legislativos europeos, una clara división de competencias entre la UE y sus Estados miembros, así como una mayor transparencia, asunción de responsabilidades y cercanía al ciudadano.
Señoras y señores Embajadores,
Si Europa es el destino de España, IBEROAMÉRICA es su vocación histórica. Con nuestros hermanos iberoamericanos cultivamos una relación familiar única, últimamente enriquecida de la mano de las migraciones de ida y vuelta, de la creciente presencia empresarial mutua o de nuestras relaciones de cooperación.
En un contexto regional sacudido por diversas crisis de índole política y socioeconómica, la Comunidad Iberoamericana debe reafirmar su apuesta decidida por la consolidación de la democracia y el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos y las libertades individuales, como señas irrenunciables de nuestra identidad y garantes de nuestro progreso y estabilidad.
Este año celebraremos, por vez primera, una Cumbre Iberoamericana en el Principado de Andorra. Y por ello quiero reiterar hoy el compromiso de colaboración del Reino de España con el Principado de Andorra para la organización de este encuentro.
"...Quiero trasladar al pueblo amigo de China, en nombre del Gobierno de España y del pueblo español, así como en el mío propio, nuestra más sincera expresión de solidaridad y apoyo en estos momentos especialmente difíciles de emergencia sanitaria. España valora muy positivamente los importantísimos esfuerzos y medidas puestas en marcha por el Gobierno chino para lograr una gestión eficaz de la crisis, que nos afecta a todos; y ha manifestado desde el primer momento su disposición para cooperar con China, en lo que esté en nuestra mano, para contribuir a contenerla y superarla..."
Permítanme recordar los viajes y visitas a Iberoamérica a lo largo de 2019. En marzo del pasado año la Reina y yo, en el contexto de una Visita de Estado a Argentina, asistimos al VIII Congreso de la Lengua Española en Córdoba. En julio viajé a Panamá para asistir a la Toma de Posesión del Presidente Cortizo y conmemorar el V Centenario de la fundación de la ciudad. Y en noviembre giramos una visita a Cuba con motivo del 500 aniversario de la fundación de La Habana, viaje de especial significación para nosotros no sólo por la efeméride en sí, sino también por ser la primera Visita de Estado de un Rey español a la isla. Además, nos honró con su presencia en España el Presidente de Perú, Excmo. Sr. Martín Vizcarra.
Por su parte, el Presidente del Gobierno visitó oficialmente la República Dominicana y México. La intensidad de los intercambios de visitas mutuas es una muestra más de la vitalidad, hondura y pujanza de nuestra relación.
Mi país mantiene su firme compromiso con los procesos de integración regional, en particular con la Alianza del Pacífico, y continuará impulsando el fortalecimiento de los lazos entre Europa e Iberoamérica, priorizando la extensa red de acuerdos existentes. Saludamos especialmente los avances registrados en el proceso negociador del Acuerdo de la UE con Mercosur, así como los progresos en la modernización del Acuerdo Global UE-México.
Señoras y señores Embajadores,
Nada de lo que ocurre en el Mediterráneo y sus orillas es ajeno a España. La estabilidad y seguridad de España presuponen necesariamente las del Mediterráneo. De ahí nuestro interés en impulsar en la región un espacio común de encuentro y de convivencia, de paz y estabilidad, así como una zona de prosperidad compartida.
Este año celebraremos el 25º Aniversario del lanzamiento del Proceso de Barcelona. Tal conmemoración debería servir para que los países ribereños del Mediterráneo, hoy tan convulso en muchos sentidos, nos reafirmemos en nuestro compromiso de abordar y combatir las causas de los desequilibrios económicos, las marginaciones sociales y las fracturas culturales.
En este contexto, el Magreb constituye, por cercanía y comunión de intereses, una dimensión esencial de la acción exterior de España. El viaje de Estado que realizamos a Marruecos en febrero del año pasado supuso un nuevo testimonio de la tradicional amistad que une a nuestros dos países y el enorme potencial de cooperación bilateral.
España continuará estrechando las relaciones bilaterales con Argelia y le acompañará en la nueva etapa histórica que acaba de iniciar, e intensificará la cooperación con Túnez. Lamentamos la prolongación de la crisis en Libia, de la falta de paz y estabilidad, y confiamos en que den pronto sus frutos los esfuerzos internacionales desplegados para su resolución.
En Oriente Medio, el año ha comenzado con una grave escalada de la tensión que nos preocupa profundamente. Nos recuerda también la dimensión global de los desafíos que atraviesan esa zona estratégica, cuna de culturas y civilizaciones y cruce de caminos y continentes. España se une a quienes apelan a la urgente desescalada, al diálogo, la búsqueda de soluciones políticas y a la imprescindible construcción de confianza entre los actores determinantes para la paz regional.
Me quiero referir de manera específica al conflicto israelo-palestino sobre el que EEUU acaba de presentar una propuesta de paz que, por su alcance, está siendo analizada en profundidad. Es, en efecto, urgente que palestinos e israelíes negocien directamente una solución que tenga en cuenta sus aspiraciones respectivas, de acuerdo con las resoluciones de la ONU y los parámetros acordados internacionalmente.
En el ámbito transatlántico, por múltiples razones políticas, económicas y de seguridad, consideramos prioritario mantener y ampliar las mejores relaciones con los EEUU de América. Fruto de la amistad y confianza mutua que presiden nuestras relaciones, el pasado mes de noviembre entró en vigor el nuevo Convenio de Doble Imposición entre España y los Estados Unidos.
A lo largo de 2019 vimos confirmarse los previstos efectos positivos del Acuerdo Comercial entre la UE y Canadá (CETA) en el volumen de intercambios comerciales entre nuestros dos países.
Una fluida relación comercial en un entorno previsible constituye el núcleo de un vínculo transatlántico sólido y pujante.
Señoras y señores Embajadores,
España mira a África como el continente del futuro, sinónimo de oportunidades, definitivo despegue económico y progresiva consolidación democrática. Pero quiere que sea más del presente. África está cada vez más cerca de nosotros en todos los aspectos: compartimos sus anhelos y contribuimos a su consecución. Así, España, apoyándose en su vigente III Plan África, estará en la vanguardia del nuevo acercamiento de la UE al continente.
La creciente presencia española a lo largo y ancho de África se plasma en realidades. Se multiplican los contactos sociales, los intercambios comerciales y las inversiones de nuestras empresas, y se promueve la difusión de nuestra lengua y cultura. En respuesta a la vigorosa demanda de éstas últimas, este año abrirá en Dakar el primer Instituto Cervantes en África subsahariana.
No obstante, no debemos ocultar la persistencia de serios desafíos, entre los que destaca la grave situación de inseguridad que impera en el Sahel. Tales retos no harán desfallecer nuestro resuelto compromiso con la paz y seguridad en la zona, que tan eficaz y abnegadamente representan nuestras fuerzas armadas y de seguridad allí desplegadas.
Señoras y señores Embajadores,
Pocos países pueden preciarse de una Historia tan universal como la de España, que participó como protagonista en la primera globalización, con la apertura al Nuevo Mundo atlántico y pacífico, y la primera circunnavegación del planeta; una grandiosa empresa cuyo V Centenario comenzamos a celebrar el pasado año. Ya entonces España manifestó su empeño y su vocación de unir Occidente y Oriente.
Un anhelo de interconexión plenamente vigente, como lo demuestra la celebración en Madrid, el pasado diciembre, de la Reunión Ministerial del proceso ASEM, que tuve el honor de inaugurar, en la que 51 altos dignatarios de países asiáticos y europeos, junto con la UE y la ASEAN, se dieron cita para dialogar sobre los exigentes retos del mundo que compartimos.
Además, en 2019 la Reina y yo tuvimos la ocasión de visitar Japón para asistir a la entronización del Emperador Naruhito y el comienzo de la Era Reiwa. También realizamos un viaje de Estado a la República de Corea, preludio de la celebración del 70 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestros dos países.
Durante el siglo XXI el centro de gravedad global se está desplazando hacia la región de Asia/Pacífico, con la consolidación de China y la emergencia de India como grandes potencias geoestratégicas y espacios económicos. Como economía abierta con un pujante sector exterior, España apuesta por asentarse firmemente en los grandes mercados asiáticos, multiplicando sus inversiones y potenciando la presencia de sus empresas, al tiempo que se esfuerza por atraer inversiones.
Quiero trasladar al pueblo amigo de China, en nombre del Gobierno de España y del pueblo español, así como en el mío propio, nuestra más sincera expresión de solidaridad y apoyo en estos momentos especialmente difíciles de emergencia sanitaria. España valora muy positivamente los importantísimos esfuerzos y medidas puestas en marcha por el Gobierno chino para lograr una gestión eficaz de la crisis, que nos afecta a todos; y ha manifestado desde el primer momento su disposición para cooperar con China, en lo que esté en nuestra mano, para contribuir a contenerla y superarla.
Por otro lado, nuestras relaciones con Rusia se siguen reforzando en todos los planos -económico, político y cultural- y seguiremos trabajando conjuntamente en esta dirección.
Señoras y señores Embajadores,
En pleno siglo XXI todo servicio exterior moderno debe situar a la persona en el centro mismo de su quehacer diplomático y consular. La diplomacia actual incorpora una vibrante dimensión pública encaminada a hacer partícipes a los ciudadanos, nutrirse de sus aspiraciones y tomar en cuenta sus reivindicaciones −incluida una perspectiva de género− en la formulación de la acción exterior.
De año en año aumenta el número de españoles que se desplaza al extranjero por razones profesionales o de turismo, mientras una cantidad cada vez mayor de ciudadanos de todo el mundo visita España o se queda a trabajar con nosotros. Para atender a la consiguiente demanda creciente de servicios consulares, España está realizando un considerable esfuerzo de ampliación de su red de misiones diplomáticas y oficinas consulares.
Termino ya. Pero permítanme que antes aproveche esta ocasión tan especial para enviar el saludo más cordial de la Reina y mío, junto al del Gobierno de España y del conjunto del pueblo español, a sus respectivos Jefes de Estado, Gobiernos y compatriotas.
Les deseamos a todos un año provechoso y lleno de esperanza, muchas gracias.