Buenos días.
Estoy muy agradecida a la presidenta del Banco Santander, gracias Ana, por invitarme a compartir un momento tan importante. Una entidad (un banco) cuyos trabajadores eligen y aportan sus propios recursos que luego el banco duplica, para apoyar proyectos sociales que mejoran la vida de muchas personas.
Para eso estamos aquí, y acabamos de ver y escuchar el alcance de esos proyectos y la importancia que tienen, lo cual, además, en tiempos de esta pandemia cobra una especial relevancia.
"...Agradezco a los empleados del Grupo Santander su sentido de la responsabilidad y su capacidad de incorporar sensibilidades diferentes para abarcar un espectro tan amplio de ayuda a sectores tan diversos. Enhorabuena a las doce entidades que recibirán este impulso que nace de la plena consciencia de que todos formamos parte de una red de ayuda donde cada persona cuenta. De este modo lograremos perpetuar el círculo virtuoso de la solidaridad y la corresponsabilidad que conducen al bienestar y a un crecimiento justo e inclusivo para todos..."
Voy a condensar en unos pocos conceptos algunas de las cosas que hemos visto esta mañana. Hemos hablado de educación inclusiva, investigación científica en enfermedades raras, protección a las personas en riesgo de vulnerabilidad, hemos hablado del fomento de la igualdad de oportunidades, de promover las capacidades en el mundo de la discapacidad, y de becas para niños huérfanos de violencia de género.
Quiero agradecer a los trabajadores del Banco Santander su sentido de la responsabilidad y esa capacidad para incorporar sensibilidades tan diferentes que han abarcado sectores tan diversos como los que acabamos de ver.
Doy la enhorabuena a las doce entidades. Vais a recibir un impulso que nace de la plena conciencia de que todos formamos parte de una red de ayuda en la que cada persona es importante, cada ser humano cuenta, y eso va a llevar a que se perpetúe ese círculo virtuoso en el que la solidaridad y la corresponsabilidad conducen seguro a un mayor bienestar social y a un crecimiento más justo y más inclusivo.
Voy a recordar las palabras de Belén, la madre de Mariana, una niña de quince años con lesión cerebral, usuarias y beneficiarias de la Fundación Sin Daño. Ha dicho Belén: yo confío en mi país. Yo confío en mi país.
Muchas gracias.