Tengo el placer de expresarles la gran satisfacción que nos produce a la Reina y a mí corresponder hoy a la hospitalidad que nos brindaron hace casi dos años, cuando iniciamos en su país las celebraciones del 70º aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y Corea. Guardamos de aquella experiencia, de aquella Visita de Estado, un recuerdo entrañable, marcado por el afecto con el que nos acogió el pueblo coreano.
Difícilmente podíamos imaginar en ese momento una crisis global de tal envergadura, como la que ha supuesto la pandemia de la COVID-19.
Desde entonces el mundo se ha visto profundamente transformado por la pandemia y sus consecuencias, que desgraciadamente han causado enorme dolor y crisis económica y de empleo en nuestros países. Es, sin embargo, en tiempos de dificultades y necesidad cuando se descubren los verdaderos amigos y se ponen a prueba los sentimientos que unen a nuestras sociedades.
Quiero destacar, con orgullo, que en estos convulsos tiempos el sentimiento que ha prevalecido entre nuestros pueblos no ha sido otro que la solidaridad y la voluntad de trabajar juntos para construir un futuro mejor.
España y Corea compartimos principios y valores fundamentales, instituciones democráticas, el respeto al Estado de Derecho, y la protección de los derechos humanos. Nos une, además, nuestro avance imparable como sociedades democráticas consolidadas.
Dichos valores se traducen en acciones y compromisos asumidos en el ámbito multilateral. España sabe que Corea es un socio sólido en las cuestiones más importantes de la agenda global. Compartimos prioridades como la paz y la estabilidad internacionales, la lucha contra el cambio climático, las emergencias humanitarias, la ayuda al desarrollo o la batalla contra el terrorismo y otras amenazas a la seguridad.
Las coincidencias entre ambos países no se dan sólo en el ámbito político, sino también en el económico. España y Corea son dos economías de dimensiones similares, que partieron ambas de situaciones difíciles hace décadas y que, tras muchos años de esfuerzo y trabajo, han conseguido ocupar una posición destacada en el grupo de las economías más desarrolladas. Hemos consolidado una presencia económica creciente en el mundo y nuestras empresas son ya actores económicos globales, con participación en todos los sectores, tanto en el ámbito industrial como de servicios.
Con tantos rasgos en común y con trayectorias similares, son muy amplios los campos abiertos para la colaboración entre nuestras empresas y nuestras sociedades. Las oportunidades a nuestro alcance no se reducen al intercambio comercial entre los dos países, a la inversión directa mutua o a la colaboración en terceros mercados. Es sobre todo la posibilidad de trabajar juntos para conseguir que las relaciones económicas entre Corea y España alcancen —en todos los ámbitos— el potencial que corresponde a dos de las economías más avanzadas y dinámicas del mundo.
"...España y Corea compartimos principios y valores fundamentales, instituciones democráticas, el respeto al Estado de Derecho, y la protección de los derechos humanos. Nos une, además, nuestro avance imparable como sociedades democráticas consolidadas..."
Señor Presidente,
Nuestros dos países son conscientes de que el éxito en un mundo globalizado y competitivo como el actual pasa por el desarrollo máximo de las capacidades, por la excelencia en la educación y por la apuesta por la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación. En España sentimos gran admiración por la importancia que le da la sociedad coreana a la excelencia educativa y la capacidad de innovación, investigación y desarrollo demostrada por las empresas coreanas.
Empresas coreanas y españolas están hoy en la vanguardia del conocimiento en muchos sectores. Esto requiere una inversión continuada en tecnología y educación que asegure nuestra competitividad en un mundo en constante innovación.
Señor Presidente,
Los vínculos humanos son, en último extremo, lo que completan los aspectos políticos y económicos de la relación entre los países. En los últimos años ha habido un acercamiento progresivo entre nuestras sociedades y nuestros ciudadanos. Crece el interés en ambos lados por nuestras respectivas culturas, nuestras lenguas, nuestras modas, nuestras músicas y nuestro deporte; crece el conocimiento mutuo al que debemos contribuir decididamente desde las instituciones.
Precisamente, uno de los grandes instrumentos de conocimiento mutuo y acercamiento entre las personas, el turismo, se ha visto desgraciadamente muy afectado por la pandemia del Covid-19:
Me consta, Sr. Presidente, el interés de muchos de sus compatriotas por conocer, por pasear por las ciudades españolas, por disfrutar de experiencias como el Camino de Santiago, con un profundo significado espiritual, cultural, patrimonial, artístico e, incluso, gastronómico, y me consta también el interés de muchos de mis compatriotas por descubrir su extraordinario país.
Señor Presidente,
Desde el aprecio y la admiración mutua, quiero proponer un brindis de agradecimiento a Vuestras Excelencias y a toda la delegación de la República de Corea que ha venido a nuestro país.
Mi deseo y el de la Reina es que el interés de nuestros pueblos por conocer nuestras respectivas culturas, la sólida proyección de nuestras sociedades y empresas en un mundo global y, sobre todo, los valores y principios que compartimos, impulsen decididamente una relación cada vez más profunda entre la República de Corea y España.
Muchas gracias.