Excelentísimo Señor Presidente de la República de Chile,
Es un verdadero placer comenzar mis palabras expresándole la más afectuosa bienvenida a España de la Reina y mía, del Gobierno, de las autoridades y del Pueblo español.
Esta visita oficial representa para nosotros una ocasión especialmente grata, pues es reflejo de los lazos de hermandad que, desde hace siglos, vinculan estrechamente a nuestras dos naciones. Se trata de una visita que tiene lugar cuando está ya próximo el final de su segundo mandato al frente de la más alta magistratura de su país, motivo por el que, además, queremos transmitirle nuestro reconocimiento por su trabajo y por su permanente compromiso con el bienestar de su pueblo.
Señor Presidente, usted preside un gran país que dirige su mirada al Pacífico, pero que encuentra en el Atlántico muchas de sus raíces culturales. Chile y España han demostrado ser, con el transcurrir de los años, aún más que dos países unidos por profundos vínculos históricos, culturales y lingüísticos. Como he tenido oportunidad de señalar en otras ocasiones, lo americano constituye, indudablemente, un elemento esencial de nuestra identidad como nación. Solo así se explica que los españoles nos definamos, no solo como europeos, sino asimismo como iberoamericanos.
Desde esta perspectiva, Chile ha contribuido a forjar nuestra identidad, que se refleja en múltiples afinidades y correspondencias, resultado de un intenso flujo de relaciones socio-culturales forjadas a lo largo de la historia y que han contado secularmente con una dinámica propia. Las nuestras son sociedades muy cercanas y sensibles la una de la otra, con una relevante presencia inversora, y con un inmenso potencial por delante. Ello explica por qué España ejerce, con gusto y tanta naturalidad, su vocación de puente entre la Unión Europea y Chile, erigiéndose así en sólido aliado de cuantas iniciativas puedan requerir de nuestro apoyo en el ámbito europeo.
Nos enorgullece, por tanto, ser el principal valedor de Chile en su justa determinación por impulsar la modernización del Acuerdo de Asociación entre su país y la Unión Europea, cuya conclusión España defiende con igual firmeza, desde el convencimiento de que se trata de la mejor forma de relanzar las relaciones entre Europa y Chile.
Esta especial sintonía la hemos podido mantener en numerosos ámbitos; también en el capítulo climático, como no podía ser de otra manera, consolidándola en 2019 durante la celebración de la COP-25 en Madrid, bajo presidencia chilena. España no dudó en acoger la organización de esta conferencia en un momento especialmente complejo para Chile y, seguramente, podrá apoyar aquellas iniciativas multilaterales que en este ámbito impulsen nuestros hermanos chilenos.
"...España ejerce, con gusto y tanta naturalidad, su vocación de puente entre la Unión Europea y Chile, erigiéndose así en sólido aliado de cuantas iniciativas puedan requerir de nuestro apoyo en el ámbito europeo..."
Y en este contexto, España sigue con especial interés la transformación política y la evolución económica de Chile, así como su ejemplar respuesta frente a la pandemia que, desde hace año y medio, azota implacablemente a todas las sociedades del planeta.
Desde España nos alegramos del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, que encauzó una salida institucional a uno de los momentos más decisivos de la historia reciente de Chile. El ejemplar desarrollo del plebiscito constitucional de octubre del 2020 y de las más recientes elecciones constituyentes, regionales, locales y primarias, invita al optimismo y muestra, a las claras, la madurez democrática y cívica del pueblo chileno y la fortaleza y solidez de sus instituciones, de las que nosotros no podemos más que congratularnos. Es aquí donde me gustaría expresar mis mejores deseos hacia “los convencionales” en el desempeño de sus trascendentales funciones.
España tiene su propia experiencia constitucional, fraguada en discusiones y búsquedas de consensos. No hace mucho celebramos 40 años de nuestra vigente Constitución, que fue producto de un amplio acuerdo entre postulados antagónicos, sobre el que se asentó la democracia y con ella la convivencia, la estabilidad y la concordia.
Señor Presidente:
Desde el punto de vista económico, España es el 2do inversor extranjero en su país; a pesar de la crisis, de la que Chile, está dando muestras de rápida recuperación. Esta realidad permite constatar que nuestra inversión es de carácter estratégico y con una indudable vocación de permanencia.
Finalmente, a los ojos del mundo entero, quiero poner de relieve que Chile no solo ha sido capaz de realizar uno de los procesos de vacunación más eficaces, sino que, además, ha sabido liderar los intentos de concebir una respuesta multilateral más coordinada a la hora de responder a futuras pandemias, esfuerzo que España valora muy positivamente.
Señor Presidente, la epidemia ha provocado que, lamentablemente, algunas de las iniciativas previstas, como era nuestra visita -de la Reina y mía- a Chile, con motivo de la magna celebración del V Centenario del Paso del estrecho de Magallanes y de la Circunnavegación del Mundo, no pudieran tener lugar. Otras actividades, como la visita del buque-escuela Juan Sebastián Elcano durante los actos conmemorativos en Punta Arenas, que fueron presididos por Vuestra Excelencia, pudieron mantenerse, lo que ha dejado una nueva y muy positiva huella en nuestras relaciones bilaterales.
Usted mismo ha podido realizar, finalmente, su postergada gira europea ahora que, poco a poco, estamos superando esta grave crisis sanitaria; por lo que posiblemente podemos afirmar que ya ha llegado también el momento de retomar aquel viaje nuestro a su país, inevitablemente pospuesto.
Sé, Señor Presidente, que, para entonces, cuando este viaje se realice, podremos seguir contando con su incansable labor a favor del fortalecimiento de las relaciones entre nuestros dos países. Y tenga por seguro que esa labor cuenta con mi profunda gratitud, y con la del Gobierno y del pueblo español.
Termino ya estas palabras, Sr. Presidente, levantando mi copa con todos ustedes para celebrar una vez más la amistad que une a nuestros pueblos -y que también nos une personalmente-; y por el progreso constante de las relaciones entre España y Chile en todos los campos.
Muchas gracias.