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Palabras de S.M. el Rey en la entrega de la XIV edición del “Premio Europeo Carlos V”, otorgado a la Excma. Sra. Angela Merkel

Monasterio de Yuste. Cuacos de Yuste (Cáceres), 10.14.2021

Este enclave tan representativo y simbólico como es Yuste acoge por 14ª vez la entrega del prestigioso y ya consolidado Premio Europeo Carlos V, que ensalza los valores europeos y lo mejor de nuestro proyecto de vida en común. Un Premio que se entrega en nuestra querida Extremadura, una tierra que ha apostado firmemente por ser un lugar de concordia, de vida y de paz, que va “del Guadalupe religioso y americano al Yuste cívico y europeo”, como proclama su Estatuto de Autonomía.

Esta es una ocasión en la que nos reunimos para honrar, ensalzar y reivindicar este proyecto compartido que es la UE y también para reconocer merecidamente la trayectoria de una figura política que simboliza y personifica la historia europea de los últimos años.

Hoy, 14 de octubre, en Yuste, celebramos el Día de Europa. Lo hacemos con un sentido recuerdo para aquellas personas que han perdido la vida, han visto deteriorada su salud o afectados sus trabajos o negocios por la pandemia. Los meses que hemos vivido han sido muy dolorosos, pero a pesar de ese lógico y común sentimiento, nos conforta saber que Europa ha tenido la voluntad política y ha dispuesto los mecanismos para afrontar los retos —sanitarios, sociales y económicos— a los que se ha visto y se ve sometida.

 Ante situaciones como ésta, Europa se nos muestra tal y como se concibió: como una solución integradora y cooperativa a los problemas que han marcado su historia durante generaciones; una Europa de y para los ciudadanos que, entre todos, debemos construir día a día.

Desde la 1ª edición de este Premio, la Unión se ha transformado profundamente; ha atravesado varias crisis que la han puesto a prueba y que ha conseguido superar, no sin dificultades, gracias a la unidad, la solidaridad y a los principios y valores que inspiraron su creación, auspiciados —entre otros— por figuras como Jean Monnet, Robert Schuman, Alcide De Gasperi y Konrad Adenauer.

A ellos, a los fundadores, le siguieron muchas otras personas, hombres y mujeres como los que han sido reconocidos con el Premio Europeo Carlos V. La lista es abrumadora, la lista es, sin duda, una muestra de nuestra historia: Jacques Delors y Mikahil Gorbachev; los premiados que han fallecido: Wilfried Martens, Helmut Kohl, Simone Veil y Jorge Sampaio; los premiados españoles hoy aquí presentes: Felipe González, Javier Solana y Marcelino Oreja; también los miles de ciudadanos que cada día trabajan en más de sesenta países promoviendo y poniendo en valor nuestra cultura e historia común a través de las Rutas Culturales del Consejo de Europa, o mujeres tan excepcionales como Sofia Corradi y la hoy homenajeada Angela Merkel, a quien tenemos el honor de entregar el Premio en esta ceremonia.

Señoras y señores,
La relación de premiados ─cuyas vidas y trayectorias han dejado una huella imborrable, han marcado caminos y han inspirado proyectos─ se ve prestigiada hoy con la Canciller alemana Dra. Angela Merkel.

El jurado ha destacado su larga trayectoria política al servicio de Europa, su firme apoyo y su compromiso con el proceso de integración europea y con el papel estratégico que debe desempeñar la Unión en el concierto internacional.

Su mandato al frente de la cancillería alemana se ha prolongado durante 16 años en los que ha ejercido su responsabilidad anteponiendo el compromiso al enfrentamiento y considerándose —como ella misma ha manifestado— una “empleada del Estado”.

Ese amplio período de tiempo encierra una enorme dificultad e intensidad, que se resume en 4 complejas legislaturas en las que, además, ha tenido que hacer frente a 3 grandes crisis internacionales. Todos esos años también reflejan su experiencia en la búsqueda de consensos y como defensora del europeísmo y del multilateralismo, lo que ha hecho que su figura traspase las fronteras de Alemania; una muestra de su manifiesta proyección internacional y de su liderazgo —no solo alemán, sino europeo y también internacional.

"...estos últimos 16 años de liderazgo tan personal, tan especial, pasarán a la historia con mayúsculas de la UE y del Orden Internacional. Pocas personas pueden representar mejor el espíritu de la unidad de Europa. Angela Merkel representa el espíritu de la mejor Europa unida..."

Su pragmatismo y fiabilidad han sido símbolo de solidez en Europa y en el mundo. Su espíritu científico, su aguda capacidad analítica, su coherencia y su capacidad de compromiso alejada de protagonismos y de los extremos le han permitido alcanzar consensos y encontrar soluciones equilibradas. Estos son los motivos que la dotan hoy de un gran respeto y autoridad política.

Todos reconocemos su tesón y perseverancia para mantener a la UE unida en tiempos de crisis ─con situaciones que carecen de precedentes, como el Brexit─, y avanzar en la solidaridad común, en último término, con su decidido apoyo al Plan de Recuperación para Europa.

Y en este contexto, permítanme aprovechar la oportunidad que supone su presencia hoy aquí para agradecer a la Canciller el papel que ha desempeñado en las relaciones entre nuestros dos países. Durante su mandato, las relaciones entre España y Alemania han sido y siguen siendo muy sólidas, intensas y positivas en muchos ámbitos económicos y comerciales, políticos y sociales, incluso en lo cultural y deportivo... En definitiva, unas relaciones de amistad y de cooperación estrecha, así como también en el seno de la Unión y de la Alianza Atlántica.

Nuestras economías están fuertemente entrelazadas y se complementan; y cada vez más, con el objetivo de consolidación de una economía europea, de industrias y cadenas de producción europeas, y hacia una unión más sólida y avanzada en lo económico y en lo social. Aquí también quiero reconocer el compromiso y la dedicación de la Canciller Merkel para profundizar en las relaciones hispano-alemanas.

La entrega de este galardón es, en suma, un reconocimiento a una precursora, a quien aspiró —desde sus inicios en la política— a hacer cambios de gran profundidad, a quien no adoptó posiciones conformistas, a quien buscó siempre soluciones constructivas, a quien ha dejado —sin duda alguna— un importante legado europeo.

Si hoy hubiese que hablar de una “doctrina Merkel”, estas serían —solo— algunas de sus señas de identidad.

Estos últimos 16 años de liderazgo tan personal, tan especial, pasarán a la historia con mayúsculas de la UE y del Orden Internacional. Pocas personas pueden representar mejor el espíritu de la unidad de Europa. Angela Merkel representa el espíritu de la mejor Europa unida. Enhorabuena por este merecido premio.

Señoras y señores,
Hoy Europa mira a Yuste y por eso Yuste es hoy más que nunca la casa de Europa, un lugar de memoria europea y un lugar para reflexionar sobre nuestros retos y desafíos futuros en un tiempo de incertidumbres, pero también de esperanzas que personifican especialmente nuestros jóvenes, con quienes la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste tiene un firme compromiso de formación.

En 1985 España se integró en la entonces Comunidad Económica Europea alcanzándose así una aspiración colectiva y un gran objetivo nacional. En las más de tres décadas transcurridas desde entonces, nuestro país ha evolucionado con la Unión y ésta ha contribuido a transformar España, siendo un verdadero motor para su modernización y para su progreso. Han sido muchos los cambios que se han producido durante todo este tiempo, pero, a pesar de las dificultades que también han surgido, el balance ha sido y sigue siendo realmente muy positivo. Si hoy España es lo que es, se lo debemos en primer lugar al esfuerzo y al trabajo de los españoles, pero desde luego también a nuestra pertenencia a la Unión.

Ahora, los tiempos en los que vivimos exigen nuestro mayor compromiso y nuestro mayor respaldo hacia la continuidad y el fortalecimiento del proyecto europeo, en el que todo avance debe seguir basándose en la libertad, la igualdad, el respeto de la dignidad y los derechos humanos, y en el Estado de Derecho. Estos valores democráticos —junto con la solidaridad y una búsqueda continua de la paz— son los que han hecho grande a Europa. Sin ellos, no sería posible entender nuestro presente y nuestro futuro.

Por todo, seguiremos reuniéndonos, seguiremos ampliando nuestra lista de premiados, seguiremos —como decía al comienzo— honrando y ensalzando nuestros valores europeos. Bien sea el 9 de mayo o en cualquier otra ocasión, siempre es una buena oportunidad para reivindicar Europa, en la que debemos creer y por la que debemos trabajar. Sigamos, pues, construyendo Europa, nuestro mejor proyecto colectivo.

Muchas gracias.

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