Buenas tardes a todos, Señoras y señores, y ante todo enhorabuena a todos en elEconomista por este XV Aniversario.
Esta efeméride nos sirve, precisamente, para tomar conciencia de lo mucho que ha cambiado el mundo desde aquel 28 de febrero de 2006 en que el diario inició su andadura. Un proceso que ha tenido especial impacto en vuestro ámbito, el de la economía. No en vano habéis sido testigos, analistas y narradores de una crisis financiera de gran magnitud, y de una de las mayores emergencias sanitarias, económicas y sociales a escala global en el último siglo.
Por eso, quiero que mis primeras palabras sean de reconocimiento por la extraordinaria labor que habéis realizado en este escenario ciertamente convulso. Porque no es fácil asimilar las transformaciones que estamos experimentando, las pruebas que tenemos que afrontar y el alcance de las oportunidades que se nos presentan.
En este marco, la sociedad española demanda una información veraz y reveladora que sirva como brújula en el mapa cambiante de la realidad que vivimos. Las sociedades necesitan datos ciertos y análisis concluyentes que las ayuden a orientarse y que aporten seguridad a la hora de elegir las rutas que determinarán el futuro.
En esa tarea, es muy apropiado resaltar la excelencia con la que elEconomista ha desempeñado su papel. Hace 5 años, en una ocasión similar a la que hoy nos reúne, resaltaba la capacidad que habíais demostrado para consolidaros como un periódico de referencia incluso en esa 1ª década. El tiempo transcurrido desde entonces, breve pero especialmente intenso…, ha servido para fortalecer vuestra posición, gracias al reconocimiento constante de los lectores.
Y deseo especialmente agradecer hoy, a través de vosotros, el mérito de los medios de comunicación, capaces de mantener el pulso informativo durante los momentos más duros de la pandemia. Ese pulso ha supuesto siempre un latido de esperanza para nuestro país, reafirmándonos en nuestra determinación común por superar la amenaza a la que nos enfrentamos.
Ello ha sido posible, en 1er lugar, por vuestra indudable vocación de servicio público, puesta de manifiesto cuando era más imprescindible. Y, en 2do lugar, por un factor clave que elEconomista ejemplifica muy bien: la renovación constante, no solo del estilo que os caracteriza, sino muy especialmente de las herramientas tecnológicas de una sociedad en permanente evolución.
Es difícil cuestionar que la digitalización ha sido el mayor desafío al que se ha enfrentado la prensa escrita durante estos 15 años de vida de vuestro diario. Ante este reto, solo cabía una opción, que es la que elEconomista adoptó: caminar de la mano de los avances, anticipándose a sus consecuencias. Una actitud que expresa claramente el signo de los tiempos que vivimos, y que se resume en entender los cambios y las novedades como una decisiva oportunidad de progreso.
"...no solo los medios deben defender el derecho de las nuevas generaciones a poder diferenciar los hechos de las opiniones, para así poder construir su opinión de forma crítica y bien fundamentada. Es, sin duda, una tarea que compromete a todos y que, como he señalado recientemente, exige una gran dedicación si se quiere evitar que fenómenos como la excesiva simplificación, la desinformación, la propaganda, las falsedades… se lleguen a imponer a la realidad y que sus efectos tengan consecuencias cada vez más graves para las sociedades democráticas y de derecho como la nuestra..."
Sois un medio que, sin duda, lleva la innovación en su ADN. Habéis trabajado por la diversidad y por la especialización de vuestros contenidos, poniendo en marcha un nuevo modelo de negocio con numerosos soportes que os permiten ofrecer al lector información de actualidad, análisis y opinión de los sectores más estratégicos de la economía.
Y, sin embargo, vuestro éxito no se explica solo por esta capacidad de adaptación. Hay otro pilar, complementario del anterior, que debe destacarse puesto que representa un valor de permanencia frente al vértigo que producen los cambios. Ese valor es vuestra fidelidad a las señas de identidad con las que nació elEconomista.
Entre ellas, destaca en primer lugar vuestro innegable compromiso con nuestras empresas y empresarios: un ecosistema humano y profesional que ha demostrado su excelente desempeño en los buenos y en los malos momentos, y que ha merecido vuestro total apoyo.
Junto a la defensa de la economía de mercado que garantiza nuestro sistema económico, habéis demostrado que impulsar el desarrollo de la empresa a través de la información también es una forma de apoyar la economía y de mejorar la sociedad. Y lo habéis hecho con credibilidad y prestigio, influyendo de esta manera en la modernización del tejido empresarial español.
En segundo lugar, siempre habéis manifestado ser un medio independiente, profundamente comprometido con el rigor informativo. Y esta es hoy una obligación insoslayable para quienes hacéis de la comunicación vuestro destino personal y profesional.
Señoras y señores,
No solo los medios deben defender el derecho de las nuevas generaciones a poder diferenciar los hechos de las opiniones, para así poder construir su opinión de forma crítica y bien fundamentada. Es, sin duda, una tarea que compromete a todos y que, como he señalado recientemente, exige una gran dedicación si se quiere evitar que fenómenos como la excesiva simplificación, la desinformación, la propaganda, las falsedades… se lleguen a imponer a la realidad y que sus efectos tengan consecuencias cada vez más graves para las sociedades democráticas y de derecho como la nuestra.
Informarse es un derecho ciudadano fundamental, que ha de ser preservado en consonancia a con su trascendencia. Desempeñáis, por tanto, una tarea de gran nobleza. Y la sociedad es consciente de ello.
Estamos seguros de que todo el equipo de elEconomista, cada uno desde su posición, está implicado en esta tarea común de contribuir a la mejora de nuestro país, y en particular a nuestro progreso económico; a través del ejercicio de una información innovadora, independiente y rigurosa.
En estos 15 años hemos atravesado momentos de extraordinaria dificultad, como recordaba al principio. Pero no me cabe duda de que compartimos la misma confianza en la capacidad que España ha demostrado siempre para superar las peores adversidades, así como la esperanza en el futuro que nos aguarda. Ese futuro de desarrollo, liderazgo y bienestar que todos deseamos para nuestro país, y por el que trabajamos permanentemente.
Y termino ya deseándoos un largo camino por delante, y que podáis seguir sumando nuevos aniversarios con la ambición intacta por continuar, y con la misma satisfacción por el buen trabajo realizado y por el deber cumplido.
Muchas gracias, felicidades de nuevo por este aniversario y ya que se acercan las fiestas: Muy Feliz Navidad y un buen año 2022, que ha de ser necesariamente mejor que el que nos va dejando.