Gracias nuevamente Gobernador Pierluisi por su hospitalidad y afecto en esta visita tan simbólica y llena de buenos propósitos de futuro; y junto a todas las autoridades, representantes de la sociedad civil y todos los queridos puertorriqueños que nos acogen, gracias por hacernos sentir como en nuestra propia casa.
Como dije públicamente esta mañana, al recibir con orgullo las llaves de la Ciudad de San Juan de manos del Alcalde Romero, me alegra de verdad, de corazón, estar de nuevo en Puerto Rico, con el que tanto nos une. Les recordaba también la última vez que vine: fue con la Reina en 2016 y tuvimos el placer de participar en el VII Congreso de la Lengua Española, celebrando uno de nuestros principales lazos comunes y tesoros compartidos con el conjunto de países de habla hispana: la lengua, ese gran espacio o “Territorio de la Mancha” del que habló el mexicano Carlos Fuentes, en clara alusión cervantina. Pude mencionar entonces a nuestro querido Juan Ramón Jiménez, que llamaba a esta tierra “la isla de la simpatía”, entendida esta como “comunidad de sentimientos”.
Con ese sentimiento compartido, vivimos desde España con gran preocupación los efectos del huracán María, un año después de la visita; y entonces, como ahora, hicimos nuestras las palabras del poeta Premio Nobel: “Tierra de Puerto Rico, estoy mirándote, pensando en lo que va a ocurrir en ti, en lo que puede ser que ocurra en ti”.
Y con esa misma mirada de simpatía y afecto comprobamos cómo este pueblo resistió, como tantas veces por cierto en su larga historia. Y al igual que el árbol de Maga siempre permanece verde a pesar de la estación, así los puertorriqueños supieron sobreponerse al infortunio. Como también, sin duda, sabrán sobreponerse a esta pandemia que asola el mundo, y que debemos combatir juntos. Y en estas como en otras circunstancias, siempre tendrán a España como amiga para afrontar los retos que el futuro nos depare, para compartirlos.
"...Estuvimos cuatrocientos años unidos institucional y políticamente, y ahora hemos superado el medio milenio de nuestro primer encuentro. Pero, sobre todo, lo que hoy celebramos es el futuro compartido que, juntos, estamos llamados a seguir construyendo en libertad y en democracia, principios imprescindibles para la convivencia, el progreso y el desarrollo de toda sociedad...."
Y esa satisfacción de estar otra vez en Puerto Rico lo es aún más por la ocasión del V centenario de la capitalidad de San Juan que estamos celebrando. Bastaría casi con repasar la agenda de esta visita para hacer un recorrido por esos 500 años compartidos —desde el imponente Palacio de Santa Catalina, que representa de forma solemne y monumental el comienzo, hasta la exposición sobre Juan Ramón Jiménez y el legado de Pau Casals, otro español universal que amó esta tierra, y cuyo recuerdo permanece aún hoy. Ambos representan un pasado no tan lejano, cuando Puerto Rico recibió con los brazos abiertos a muchos españoles.
Y por qué no terminar con el Foro empresarial, que simboliza el presente y el futuro de nuestra relación, la vitalidad de esos intercambios económicos y comerciales que debemos fomentar. Porque si España es el puente perfecto entre la América que habla español y Europa, Puerto Rico es su espejo entre ese Territorio de la Mancha y Estados Unidos. Porque las nuestras han sido relaciones de ida y vuelta, como atestiguan la Casa de Puerto Rico en España, y la Casa de España en Puerto Rico, otros dos espejos, otros dos puentes que nos unen.
Transitemos esos puentes, aprovechemos esas vías de comunicación que la historia y la lengua nos ofrecen, para que nuestros pueblos se conozcan mejor, para estrechar más nuestras relaciones centenarias, para cultivarlas y proyectarlas hacia la relación que merecemos para este s.XXI.
Por eso esta celebración tiene que servir para recordar, pero también para impulsar; para festejar, pero también para fomentar; para mirar al pasado, pero también al futuro. Y en ese futuro, cuenten siempre con el apoyo de España, con nuestro cariño; el mismo que me llevo agradecido de esta visita, como así ha sido en cada ocasión anterior.
Españoles y puertorriqueños estamos unidos por algo que incluso trasciende la historia, la cultura o el idioma. Compartimos un sentimiento de pertenencia a unas mismas raíces; así lo sentimos y así lo reconocemos. Si España aportó lengua, cultura, instituciones y economía, Puerto Rico representa para nuestro país el inicio, la permanencia y la proyección de lo mejor que España ha querido aportar al mundo. Estuvimos cuatrocientos años unidos institucional y políticamente, y ahora hemos superado el medio milenio de nuestro primer encuentro. Pero, sobre todo, lo que hoy celebramos es el futuro compartido que, juntos, estamos llamados a seguir construyendo en libertad y en democracia, principios imprescindibles para la convivencia, el progreso y el desarrollo de toda sociedad.
Por todo ello, levanto ya mi copa para brindar, con Su Excelencia el Gobernador Pierluisi y con todos ustedes, por la prosperidad y el bienestar de Puerto Rico, por 500 años más de amistad entre España y Puerto Rico y por los continuos intercambios y avances compartidos entre nuestros pueblos.