Permitidme que esta XXIª edición de los Premios CODESPA vuelva a hacer memoria del lejano 1993, año en el que asumí la Presidencia de Honor de la Fundación. Entonces tenía 25 años y estaba terminando la licenciatura de Derecho. Tomaba el testigo de mi abuelo, D. Juan, Conde de Barcelona, en un momento en el que la fundación contaba con menos de diez años.
Han pasado casi tres décadas y vuestro compromiso social es hoy tan sólido como en el comienzo, permaneciendo inalterable durante todo este tiempo. Por eso quiero agradecer y reconocer nuevamente toda esa labor, en nombre de todos, especialmente de los miles de beneficiarios en diversos lugares del mundo (hoy en 11 países); hombres, mujeres, familias, barrios y pequeñas poblaciones, e incipientes y transformadores negocios, que han visto materializarse la esperanza de vuestra mano.
Esta mañana nos hemos reunido en el seno del Patronato de CODESPA y, a continuación, ha tenido lugar un encuentro con los socios del Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo. Y es una satisfacción comprobar una vez más la repercusión de vuestro trabajo, la eficacia con la que lográis un impacto directo y positivo en las vidas de tantas personas y su entorno. Enhorabuena.
Quiero felicitar también a las empresas del Observatorio porque con vuestra participación en él mostráis vuestro empeño en promover un crecimiento inclusivo e integrador. Me alegra saber que cada vez son más las que se unen en torno a este propósito tan importante en un momento como el actual.
De todo lo que habéis compartido conmigo esta mañana, me gustaría poner de relieve algunos aprendizajes que pueden ser de utilidad para todos:
- En primer lugar, la importancia de proponer soluciones adaptadas a los problemas de las personas de primera mano, hablar con la gente de manera directa. Siempre me alegra escuchar que las soluciones que proponéis en cada lugar, se construyen junto a las comunidades que participan en los proyectos. Así es como, por ejemplo, en la Amazonía peruana un grupo de jóvenes y mujeres indígenas accede a créditos adaptados a sus negocios y a la realidad de la economía local. El hecho de que ellos mismos sean los protagonistas del cambio implica verdaderos beneficios. Esto nos lleva al siguiente aprendizaje.
- En segundo lugar, confiar en las personas, en sus capacidades, en sus habilidades, siempre es positivo y, a la vez, alentador. Proveer de alimentos a los más vulnerables en Angola es una actividad loable y necesaria. Más complejo resulta la formación en el proceso de cultivar la tierra, para que puedan tener sus propias cosechas. Ahora bien, confiar en que es posible lograr que sus cultivos sean de tal calidad que generen excedentes y puedan negociar con ellos, da una nueva dimensión a su futuro, les brinda múltiples oportunidades.
"...Han pasado casi tres décadas y vuestro compromiso social es hoy tan sólido como en el comienzo, permaneciendo inalterable durante todo este tiempo. Por eso quiero agradecer y reconocer nuevamente toda esa labor, en nombre de todos, especialmente de los miles de beneficiarios en diversos lugares del mundo (hoy en 11 países); hombres, mujeres, familias, barrios y pequeñas poblaciones, e incipientes y transformadores negocios, que han visto materializarse la esperanza de vuestra mano..."
- Y, en tercer lugar, el papel de la innovación como motor de transformación. En Filipinas, por ejemplo, se está favoreciendo que el mercado de las algas sea un negocio inclusivo y que genere una cadena de valor, ayudando a los productores a desarrollar sus proyectos desde una perspectiva sostenible.
Cercanía - Confianza - Innovación. Este es, sin duda, un aprendizaje que habéis interiorizado todos los que habéis participado de esta edición de los Premios.
Señoras y señores,
En este momento me gustaría felicitar a los premiados, que nos muestran diferentes estrategias para combatir los distintos problemas sociales:
- La Fundación Naturgy, en la categoría de “Empresa solidaria”. Porque con las acciones sociales de su “Programa de vulnerabilidad energética” ha demostrado el compromiso de su Fundación para minimizar los efectos de esta vulnerabilidad en el ámbito familiar.
- El Banco de las Microfinanzas Bancamía, en la categoría de “Innovación Social para los Negocios Inclusivos”, precisamente con su programa “Innovación para la inclusión”. Éste ha hecho accesibles los subsidios del Gobierno colombiano para las familias que se quedaron sin ingresos por el confinamiento derivado de la COVID-19 a través de la bancarización de cientos de miles de personas confinadas en sus hogares.
- Por último, María López Escorial, en “Periodismo para el desarrollo”. María ha descrito los desafíos de los pequeños agricultores en los países en desarrollo y cómo la tecnología, la innovación en general, pueden ayudarles a mejorar sus producciones y, en definitiva, sus vidas.
Cada una de las iniciativas que se han presentado muestran la variedad de fórmulas con las que se puede luchar contra la pobreza. Enhorabuena a todos, y gracias por lo que hacéis; a quienes habéis logrado ser finalistas en cada una de las categorías y por supuesto también a todos los que habéis participado.
Me consta que dar lo mejor de cada uno es el afán de todos los que hacéis posible la labor de CODESPA, colaborando estrechamente con las comunidades a las que apoyáis en Iberoamérica, África y Asia o sosteniendo los proyectos desde la distancia. Os animo a seguir compartiendo generosamente vuestra experiencia con todos los actores de la cooperación.
A los que me acompañáis en el Patronato de Fundación CODESPA os pido que sigáis comprometidos en la misión de la Fundación, para llegar a más personas con un impacto profundo y duradero.
Gracias a todos los que os dedicáis con una gran implicación a esta labor. Muchas gracias por hacerlo posible. Y en este empeño sabéis que siempre podréis contar con todo mi apoyo.