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Palabras de Su Majestad el Rey en la gala del V Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija

Teatro Real. Madrid, 2.21.2022

Buenas tardes a todos,

Retomo hoy la actividad oficial tras una pausa obligada, y lo primero que quiero hacer es dar las gracias a todas las personas que se han interesado por mi estado de salud a lo largo de estos días (con apenas síntomas leves), en los que me he acordado especialmente de tantas personas que diariamente desarrollan la enfermedad. Y, por desgracia, siguen falleciendo muchas debido a este virus que lleva ya dos años azotando al mundo entero. Nuevamente quiero, con la Reina, transmitir nuestra admiración y gratitud a todo el sector científico y sanitario que sigue luchando contra el virus de la Covid-19 y sus variantes.

No me hubiese gustado, sin duda, faltar a esta cita en el Teatro Real: Por la importancia de la celebración, por el trabajo de todas las personas implicadas en su organización y, por supuesto, por el propio legado de Nebrija, que tanto valoramos y admiramos todos.

Así que me alegra enormemente, y a la Reina también, haber asistido a esta magnífica gala inaugural del Año Nebrija y que es el punto de partida de todos los actos previstos para conmemorar el V centenario de su fallecimiento. Elio Antonio de Nebrija: un hombre cuyo afán de conocimiento no tuvo límites.

Esta gala marca, en efecto, el inicio de un año dedicado a rememorar, estudiar y difundir lo máximo posible el trabajo de uno de nuestros grandes pensadores y humanistas, de alguien esencial en la configuración de nuestra lengua, nuestra cultura y nuestro pensamiento.

Tres intervenciones me han precedido y, en este momento, no parece sencillo poder sumar más elogios y manifestar un mayor aprecio a quien hoy nos convoca. El respeto y el reconocimiento que generan su persona y su obra, especialmente entre quienes la conocen, son unánimes. Pero, pretendemos que crezca aún más, porque sean muchos más los que se interesen en su historia, en su influencia contemporánea e intemporal, en la valía de su obra para, en definitiva, conocernos y reconocernos más, como españoles, como europeos, y como miembros de la gran familia hispanohablante del mundo.

"...el respeto y el reconocimiento que generan Antonio Nebrija y su obra pretendemos que crezca aún más, porque sean muchos más los que se interesen en su historia, en su influencia contemporánea e intemporal, en la valía de su obra para conocernos y reconocernos más, como españoles, como europeos, y como miembros de la gran familia hispanohablante del mundo..."

Nebrija, como se ha dicho aquí, fue un auténtico hombre del Renacimiento: pensador, historiador, pedagogo, docente, filólogo, impresor, editor, cronista real, escritor, poeta…. La lista es tan inabarcable como la curiosidad que demostró a lo largo de su vida.

Su logro más conocido, la primera Gramática Castellana, de 1492, no ha de esconder, sin embargo, el trabajo que realizó en muchos otros ámbitos, y sobre el que también versará el rico programa de este año dedicado al estudio y divulgación de su amplio legado.

Revivir la obra y el pensamiento de Nebrija es volver la vista sobre un hombre con una mirada científica, rigurosa, siempre crítica y sin prejuicios. Supo valorar el conocimiento y la ciencia por encima de todo, e introdujo en la Península Ibérica la mejor tradición del humanismo renacentista italiano.

Muchos de los valores que predicó, de obra y de palabra, y con los que ayudó de forma decisiva a transformar la cultura y la sociedad de su tiempo, siguen vigentes: qué decir de su defensa de la libertad de pensamiento y de expresión, recogida en su libro Apología, que todavía resuena con fuerza hoy, en una sociedad que ha hecho de la democracia y del reconocimiento y la defensa de las libertades su razón de ser.

Trabajador infatigable, hombre de mil saberes, fue defensor de una formación humana integral, y pionero en campos tan contemporáneos, cruciales y verdaderamente necesarios como la pedagogía. “La educación intelectual y moral debe anticiparse al uso de la razón”, dejó escrito.

Su defensa de la rectitud en el uso del idioma era fruto del convencimiento de que la lengua, espacio común y compartido por todos, es también el lugar donde se construyen el pensamiento, los valores y la sociedad. Nuestra lengua, un patrimonio compartido por millones de hispanohablantes en todo el mundo, ha de ser ante todo un lugar de encuentro, integración, diálogo y acogida.

Tengo la certeza de que el programa y los actos organizados para este V centenario nos ayudarán como sociedad a recordar y a profundizar en aquellos valores que nos unen, y a defender y difundir, como él hizo, el amor por el conocimiento, la pasión por la ciencia, la fidelidad inquebrantable a los principios, y el respeto por los seres humanos por encima de cualquier diferencia, ya sea de lengua, origen, creencia, raza u orientación.

Al comenzar hoy este año de conmemoración, quiero finalmente resaltar la importante colaboración institucional puesta en marcha en torno a la figura de Antonio de Nebrija, y agradecer el esfuerzo y trabajo realizado por todos para la difusión y el conocimiento de un hombre, que, 500 años después de su muerte, sigue siendo todo un ejemplo de modernidad, compromiso y libertad.

Muchas gracias.

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Palabras de Su Majestad el Rey en la gala inaugural conmemorativa de los actos del V Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija