Good morning. Allow me to start my remarks by thanking you, dr Biden, dear Jill, for your constant support of cancer research and prevention over so many years, as well as for the general advancement of all the mechanisms that allow equal access to the best therapeutic tools. Very recently, during your visit to Madrid, all of us who are part of the AECC witnessed the strength and determination of your commitment and the inspiring impulse of your words.
Thanks also to Herbert Irving Comprehensive Cancer Center at Columbia University and, of course, the National Cancer Institute for hosting us. Let me recognize the role of the AECC for promoting and leading this World Cancer Research Day.
Marie Curie apparently once said: “we stop fearing what we have learned to understand. Now is the time to understand more, so that we may fear less”. That is precisely why we are here: to vindicate the transformative role of science and to enhance our collective approach so we may redouble our necessary efforts and, therefore, generate much more shared knowledge worldwide. We are talking about science, about research…, probably the most powerful tool to advance in progress and social welfare.
Spain is also strongly committed to science as an engine of economic, social and health transformation. Therefore, it is essential that the results reach everyone, whoever they are, wherever they live and whatever their economic capacity may be. This is the challenge we are facing, in Spain, here in the US and all over the world. Cancer knows no borders and this social perspective of research is a global imperative.
The comprehensive equity that we seek -and is so relevant to this WCRD- is strikingly exemplified on something that we have been hearing for decades about its importance, but still today lacks the true investment required: that is PREVENTION.
Experts have said it more than a thousand times. Most recently, Thierry Phillip, president of the Organisation of European Cancer Institutes: “the main inequality lies in prevention, since more than 40% of tumours have their origin in the consumption of tobacco, alcohol and a poor diet”. Let me add, to this point, what our world-renowned scientist Carlos López-Otín says and cannot be more clear: “neither immunotherapy, nor therapies based on genome decipherment, nor the most sophisticated robotic surgery equipment, nor high-precision radiotherapy can save as many lives as cancer prevention”. And, by the way, of all risks factors, tobacco is the most decisive, as it is the greatest trigger for developing cancer.
Allow me to stress even further the huge importance of prevention, and its impact on equity, with the -also- very clear message coming from the European Comission’s Cancer Plan: prevention is more effective than any cure and the most cost-effective cancer control strategy in the long term.
Prevention, early diagnosis and equity. This is the triple perspective that places people at the very center of everything and that permeates the ecosystem we are part of, formed by the health systems of each country, researchers, patients, administrations and governments, civil society, the business community and large companies, universities and schools.
Susan Sontag, the great New Yorker -and Prince of Asturias Award in Literature- in her still valid book Illness as metaphor, recommended us to avoid romanticising, using metaphors or warlike language when talking about cancer. I believe we are only gradually beginning to overcome what she denounced.
"...Cancer knows no borders and this social perspective of research is a global imperative.
The comprehensive equity that we seek -and is so relevant to this WCRD- is strikingly exemplified on something that we have been hearing for decades about its importance, but still today lacks the true investment required: that is PREVENTION...."
Science today, increasingly integrates kindness and reality, inspired by deep and humane values with a universal aim and aspiration to improve people’s lives. Scientists and scientific institutions worldwide are also fully aware of the limited availability of resources and of the dire need to promote proper health education: to respect and uphold one’s own health and that of others. Thank you very much.
TRADUCCIÓN AL CASTELLANO
Buenos días. Gracias primero a la Dra Biden, querida Jill, por tu apoyo constante, desde hace tantos años, a la investigación oncológica, a la prevención del cáncer y a la mejora general de los mecanismos que permiten el acceso equitativo de todas las personas a las mejores herramientas terapéuticas. En tu visita a Madrid, hace muy poco, todos los que formamos parte de la Asociación Española Contra el Cáncer pudimos comprobar la fortaleza y determinación de tu compromiso y el impulso inspirador de tus palabras.
Gracias también al Herbert Irving Comprehensive Cancer Center de la Universidad de Columbia y al National Cancer Institute por acogernos. Y déjenme reconocer a la aecc por propiciar e impulsar la celebración de este World Cancer Research Day.
Atribuyen a Marie Curie esa frase que dice que dejamos de temer aquello que hemos aprendido a comprender y que es el momento de entender más y temer menos. Es la razón por la que estamos aquí: reivindicar el papel transformador de la ciencia y la necesidad de redoblar nuestros esfuerzos para facilitar la generación de conocimiento compartido en todo el mundo. Hablamos de ciencia, de investigación, probablemente la herramienta más poderosa para avanzar en progreso y bienestar social.
España apuesta también por la ciencia como motor de transformación económica, social y sanitaria. Es esencial que los resultados alcancen a todos, sean quienes sean, vivan donde vivan, y tengan la capacidad económica que tengan. Este es el desafío al que nos enfrentamos, en España, aquí en Estados Unidos, y en el resto del mundo. El cáncer no entiende de fronteras y esa perspectiva social de la investigación es un imperativo global.
Esa equidad integral que buscamos y que da sentido a este World Cancer Research Day, se consagra de un modo llamativo en algo que escuchamos desde hace décadas con insistencia pero que sigue sin tener la inversión que su importancia requiere: la prevención. Lo han dicho mil veces los expertos. El último, Thierry Philip, presidente de la Organización de Institutos Europeos del Cáncer: “La principal desigualdad está en la prevención, puesto que más del 40 por ciento de los tumores tienen su origen en el consumo de tabaco, alcohol y mala alimentación”. Y añade nuestro científico Carlos López-Otín algo relevantísimo: “Ni la inmunoterapia, ni las terapias basadas en el desciframiento de genomas, ni los equipos más sofisticados de cirugía robótica, ni la radioterapia de alta precisión pueden salvas tantas vidas como la prevención del cáncer”. De todos los factores de riesgo, por cierto, el más determinante es el tabaco como gran espoleador del cáncer.
Y apuntalo la magnitud y trascendencia de la prevención y su repercusión en la equidad con el mensaje claro de la Comisión Europea en su Plan Europeo contra el Cáncer: la prevención es más eficaz que cualquier cura y es la estrategia de control de cáncer más rentable a largo plazo.
Prevención, diagnóstico temprano y equidad. Es la triple perspectiva que sitúa a las personas en el centro y que permea en ese ecosistema que formamos las estructuras de salud de cada país, los investigadores, los pacientes, las administraciones y gobiernos, la sociedad civil, el tejido empresarial y las grandes compañías, las universidades y las escuelas.
Susan Sontag, la gran neoyorquina (y premio Príncipe de Asturias de las Letras) recomendaba en su libro La salud y sus metáforas, aún vigente, huir de la romantización, del empleo de metáforas y del lenguaje bélico para hablar del cáncer. Creo que estamos empezando a superar, poco a poco, lo que ella denunciaba.
Amabilidad y realidad se integran hoy en una ciencia con valores y vocación universal para mejorar la vida de las personas. Los investigadores y las instituciones científicas de todo el mundo tienen plena conciencia de la limitada disponibilidad de recursos y de la extrema necesidad de impulsar la educación en el respeto a la salud: la propia y la de los demás. Gracias.