Es un placer acudir por primera vez a esta entrega de los “Premios Influyentes” con los que El Confidencial y Herbert Smith Freehills distinguen a personas y entidades que han contribuido, desde distintos ámbitos y sectores, a cumplir un mismo propósito, que no es otro que el bienestar de nuestra sociedad. Premios que, ya en su 5ª edición, avanzan con prestigio en vitalidad y dinamismo.
Identifican proyectos individuales y colectivos que contribuyen al progreso de España. Pero de esta voluntad de avance y mejora también participa ─y es acicate─ el periodismo, un indicador manifiesto de la calidad democrática del estado del país, de la sociedad en el que se ejerce.
Estos premios son también un éxito que reconoce la trayectoria joven ─pero muy consolidada─ de El Confidencial, que nació hace 21 años en un pequeño local de Madrid, concretamente, de Cardenal Herrera Oria. Desde entonces, su crecimiento ha sido constante. En este tiempo, ha logrado afianzarse como una empresa periodística sólida y de calidad en un sector, el de la información digital, que sigue siendo innovador.
Comprometido con la defensa de la libertad de expresión, que está consagrada en nuestra Constitución, El Confidencial promueve los valores sobre los que se apoyan y fundamentan ─con gran exigencia─ las sociedades libres: la independencia, la veracidad y el rigor…, así como la responsabilidad y el compromiso con los ciudadanos.
Hoy nos enfrentamos a tiempos muy complejos, y la prensa de manera muy particular. En ella, además, se reflejan de manera muy rápida y con gran impacto los cambios de todo tipo que estamos viviendo. Y hoy, como siempre, es una herramienta imprescindible para comprender, descifrar y abordar mejor estas transformaciones.
Los medios de comunicación son una parte consustancial de la democracia y se deben a ella también para defenderla, mucho más allá que con la publicación y divulgación de noticias, por relevantes que estas sean. Constituyen así un espacio público en el que tienen la gran responsabilidad de fomentar y difundir los valores democráticos, los principios éticos y el pluralismo de las ideas; y de ayudar a garantizar la convivencia entre los ciudadanos y la demanda de ejemplaridad para todos.
No son pocas las ocasiones que tengo de referirme a este tema, y soy muy consciente de su importancia. Por ello creo que, además de acudir a vuestras publicaciones para informarnos, merece siempre la pena que le prestemos atención al debate y la reflexión sobre vuestra función social y democrática.
Señoras y señores,
Tras esta necesaria reflexión, es momento de hablar de los premiados de esta edición —8—; buenos ejemplos todos ellos —personas e instituciones— de valores imperecederos, y tan necesarios para encarar estos tiempos inciertos.
─ Teresa, recuerdo con claridad lo que dijiste en los últimos Premios Princesa de Asturias: “Quien me iba a decir en 1995, cuando oí las palabras “No vas a volver a andar” que el camino que iba a recorrer con mi silla me iba a llevar hasta aquí...” Este premio que has recogido en la categoría de deportes demuestra que sigues avanzando con mucha fuerza por un camino que, para ti y otros muchos, no tiene límites.
"...Los medios de comunicación son una parte consustancial de la democracia y se deben a ella también para defenderla, mucho más allá que con la publicación y divulgación de noticias, por relevantes que estas sean. Constituyen así un espacio público en el que tienen la gran responsabilidad de fomentar y difundir los valores democráticos, los principios éticos y el pluralismo de las ideas; de ayudar a garantizar la convivencia entre los ciudadanos y la demanda de ejemplaridad para todos..."
─ En la categoría de medioambiente se ha concedido el premio a Heura Foods. Es una muestra de cómo debe abordarse uno de los grandes retos de nuestro tiempo, la transición ecológica, y la necesidad de contar con un sistema alimentario equitativo, saludable y sostenible.
─ El premio de innovación para Málaga Valley es un reconocimiento a la colaboración público-privada y el esfuerzo emprendedor que han convertido esta ciudad y su zona de influencia en un centro de operaciones para inversores extranjeros.
— La contribución de Médicos Sin Fronteras, premiada en relación con el impacto social, es incalculable: su trabajo por la salud y el bienestar de los más desfavorecidos, y su empeño en hacer llegar la asistencia médica allí donde otros no llegan, han salvado numerosísimas vidas. Ello demuestra que el sentido de la organización, su fin, es valiosísimo.
— Pocas compañías españolas han llevado tan lejos nuestra capacidad de innovar como Telefónica, premiada en la categoría empresarial, con presencia en 24 países con un promedio de más de 110.000 empleados. Este premio distingue su admirable expansión y proyección, así como la conectividad esencial facilitada durante la pandemia mediante su red de fibra.
— Y, precisamente, cuando la pandemia casi parece haber pasado ya, en la categoría de ciencia y salud se reconoce la labor de las farmacéuticas Rovi y Moderna. Su acuerdo para producir la vacuna de la Covid-19 muestra la capacidad industrial de las empresas españolas, y cómo pueden competir y cooperar con las compañías más punteras del mundo en campos tan avanzados como el de la biotecnología.
— El Museo Thyssen-Bornemisza, reconocido en la categoría de cultura, es un modelo de institución que aúna tradición y modernidad, siendo un firme exponente cultural, tanto en España, como en el extranjero; lo que, sin duda, nos enorgullece enormemente. Permitidme esta ocasión para expresar mi especial felicitación, puesto que este año cumple su 30 aniversario; enhorabuena.
— Finalmente, la trayectoria profesional de Valentín Fuster cierra la relación de premiados de este año. Su trabajo en el ámbito de la cardiología en Estados Unidos y al frente aquí del Centro Nacional de Investigadores Cardiovasculares (CNIC), así como su tarea divulgadora de la ciencia y la salud hacen de él un profesional ejemplar, un científico universal y un extraordinario humanista. Lo recoge Borja Ibáñez, del que me alegra recordar que fue uno de nuestros primeros premiados de la Fundación Príncipe de Girona.
Mi más sincera enhorabuena a todos los premiados de esta noche.
Sois una muestra brillante de lo mejor de la sociedad española: de su creatividad, su capacidad para innovar, su generosidad, su voluntad de trabajo, su determinación, y su vocación inclusiva. Sois, asimismo, la demostración visible de que España, por el alcance de sus proyectos, ocupa un lugar muy notable y destacado en el actual mundo tan global.
Todas sus virtudes son particularmente valiosas; si cabe más todavía, en las circunstancias en las que nos encontramos hoy. Vivimos una época inestable, a la que han regresado las incertidumbres económicas y las fracturas de la guerra, en la que la digitalización avanza a toda velocidad y los valores y las costumbres se someten a una gran presión de cambio constante y acelerado.
Por ello, más que nunca, necesitamos puntos de orientación, faros y referencias que nos permitan navegar con la mejor certidumbre y seguridad. A eso nos ayudan, no solo los premiados de esta noche, cuyos logros y valores son un magnífico ejemplo para todos, sino también el periodismo, cuyas informaciones y análisis contienen muchas de las claves para poder comprender ─insisto─ este mundo complejo en el que vivimos y, por tanto, para desenvolvernos mejor en él.
Muchas gracias.