Es una gran alegría para la Reina y para mí recibiros en este Palacio Real de Aranjuez y hacerlo en un contexto bastante distinto al de nuestro último encuentro, el pasado año: ya sin distancias de seguridad, sin mascarillas y también, por qué no decirlo, sin la intranquilidad que todavía se percibía en aquel entonces.
A esta muy buena noticia por la mejora de la situación tenemos que añadir que los datos presentados hoy por el Instituto Cervantes son optimistas y esperanzadores. Todavía no se han recuperado los niveles pre-pandemia, pero las cifras reflejan una progresiva recuperación del número de matrículas, de alumnos y de cursos de español en todo el mundo.
Además, a ello hay que añadir que se reanuda la actividad presencial, con aulas de nuevo —por fin— completas y que se retoman, con una mayor presencia las actividades en el ámbito digital, que han dado un salto adelante que tiende a mantenerse. Ambas marcan ya el futuro de la acción cultural y de la enseñanza del español en los casi 90 centros que tiene el Instituto Cervantes en más de 45 países, siendo un extraordinario referente de prestigio de nuestra lengua y de nuestra cultura.
"...los datos presentados hoy por el Instituto Cervantes son optimistas y esperanzadores. Todavía no se han recuperado los niveles pre-pandemia, pero las cifras reflejan una progresiva recuperación del número de matrículas, de alumnos y de cursos de español en todo el mundo. Además, a ello hay que añadir que se reanuda la actividad presencial, con aulas de nuevo -por fin- completas y que se retoman, con una mayor presencia las actividades en el ámbito digital, que han dado un salto adelante que tiende a mantenerse. Ambas marcan ya el futuro de la acción cultural y de la enseñanza del español en los casi 90 centros que tiene el Instituto Cervantes en más de 45 países, siendo un extraordinario referente de prestigio de nuestra lengua y de nuestra cultura..."
El español, si me permitís la expresión, sigue teniendo muy buena salud, algo que evidencian los propios datos; cifras de una magnitud evidente: cerca de 600 millones de hablantes en todo el mundo —nativos, potenciales y en fase de aprendizaje—, y casi 24 millones de estudiantes.
“La casa debe ser virtuosa y humilde. Ni independiente ni vana. Ni original ni suntuosa”. Estos versos de la elegía de Joan Margarit al arquitecto catalán José Antonio Coderch pueden extrapolarse y aplicarse a nuestra propia lengua.
Así es como debería proyectarse la casa del español: Virtuosa para que sirva de ejemplo y referente; y humilde, pero consciente de su potencial. No debe ser independiente o ajena a quienes la hablan, que son quienes la construyen; ni vana de palabras en sus múltiples acentos. Ni tan original, que no nos reconozcamos en ella, ni suntuosa, que desvíe nuestra atención de sus vigas y cimientos.
Señoras y señores,
En esta coyuntura actual debemos dedicar todos los esfuerzos para seguir construyendo y afianzando esa casa; y hacerlo de la mano de las nuevas generaciones de hablantes de español. Para que puedan disfrutar de una cultura dinámica y expansiva con un peso hegemónico en el mundo, junto con la anglosajona (inglés), y también para que contribuyan y sean protagonistas de los avances en relación con la ciencia y la tecnología hecha y comunicada en español, una de las mayores prioridades del Instituto Cervantes que, por supuesto, apoyamos decididamente. El español como lengua de comunicación científica es un objetivo ineludible y una oportunidad muy pertinente. Pero requiere también del concurso de todos los países que compartimos esta bella lengua y que producimos ciencia de valor e impacto.
Y ahora, con todos ustedes, les propongo un brindis por la gradual recuperación de la normalidad —que nos ha permitido este encuentro sin restricciones— y, con ella, de la labor irremplazable del Instituto, así como de su constante expansión en el mundo, que nos enorgullece a todos. Precisamente, en diciembre se inaugurará una nueva sede en Los Ángeles, una apertura muy esperada que refuerza considerablemente la proyección e influencia del Instituto en EEUU, en una ciudad en la que, sin duda, el español no es una lengua ajena, sino propia.
Muchas gracias.