vPermítame comenzar dándoos la más calurosa bienvenida a España que, por supuesto, deseo extender a la Primera Dama, Dña. Silvana, y a toda la delegación paraguaya.
A la Reina y a mí nos alegra profundamente poder recibirles, al fin, en nuestro país, y demostrarles nuestro aprecio y agradecimiento por el afecto y la acogida cariñosa que siempre nos han mostrado las autoridades y el pueblo paraguayo en cada visita; como la más reciente de la Reina en su Viaje de Cooperación del año pasado, en estas mismas fechas.
Esta de hoy es una visita que nos satisface enormemente retomar ahora, cuando, quedan atrás los tiempos más duros de la pandemia. Se produce, además, en un contexto que sin duda requiere un relanzamiento de las relaciones internacionales.
Por un lado, para recuperar ese espacio y esas oportunidades que la pandemia impidió o frenó y, por otro, para enfrentar grandes y apremiantes desafíos que amenazan la recuperación, como la crisis energética o el incremento de los precios, todo ello en un momento marcado por la guerra en Ucrania. Una guerra que nos muestra nuevamente la peor cara del ser humano y el peor camino para resolver conflictos de cualquier naturaleza.
Vuestra visita oficial, Sr. Presidente, refleja la extraordinaria relación bilateral que vincula estrechamente a nuestras dos naciones. Una relación rica, intensa y con un futuro prometedor.
Paraguay es un tesoro de naturaleza y biodiversidad, algo que ya puso de manifiesto el naturalista oscense Félix de Azara, que dedicó buena parte de su vida a describir y dar a conocer las riquezas de las tierras paraguayas, de sus ríos, y de sus saltos de agua, de su flora y fauna. Éstas, sumadas al valioso patrimonio histórico —como el de las misiones jesuíticas— son atracciones de gran interés para recuperar la industria turística paraguaya, esencial, a su vez, para una recuperación generalizada.
Nuestra lengua común y su promoción son igualmente elementos consustanciales a nuestra unión. En este ámbito, agradecemos el inmediato interés del Paraguay en acompañar los esfuerzos para la inclusión del español como idioma oficial en el Tribunal Internacional de Justicia, que nos ayudará a impulsar aún más la presencia del español en el ámbito multilateral, en justo reflejo de su importancia como lengua global.
Pero son los lazos personales, reforzados por la presencia de una comunidad paraguaya muy numerosa y bien integrada en España, los que mejor reflejan la intensidad y hermandad de nuestros vínculos. Más de 120.000 paraguayos residen actualmente en España. A ellos se suman miles de estudiantes paraguayos que han convertido nuestro país en su primer destino para continuar con su formación. Seguro que ellos contribuirán así a que se aseguren ─y potencien en el futuro─ las relaciones, hoy ya muy fructíferas, entre ambos países.
La compleja coyuntura a la que nos condujeron estos dos últimos años de pandemia ha sido, sin embargo, una oportunidad para reafirmar la solidaridad de España con Iberoamérica y, particularmente, con el Paraguay. Ese compromiso se concretó en la donación de vacunas que permitieron al Paraguay dar un impulso a su Plan Nacional de Vacunación; que se sumó al apoyo de más de 30 años de la Cooperación Española acompañando los esfuerzos del país, especialmente para hacer efectivo el derecho al agua y al saneamiento que representan la mitad de nuestro programa de cooperación.
Precisamente, la Reina en su viaje —del que guarda un muy grato recuerdo—, pudo comprobar ese enorme esfuerzo que se está haciendo en todos los campos para contribuir al desarrollo económico del Paraguay, y transmitir ese compromiso permanente nuestro.
"...Esta de hoy es una visita que nos satisface enormemente retomar ahora, cuando los tiempos más duros de la pandemia ya quedan atrás. Se produce, además, en un contexto que sin duda requiere un relanzamiento de las relaciones internacionales. Por un lado, para recuperar ese espacio y esas oportunidades que la pandemia impidió o frenó y, por otro, para enfrentar grandes y apremiantes desafíos que amenazan la recuperación, como la crisis energética o el incremento de los precios, todo ello en un momento marcado por la guerra en Ucrania. Una guerra que nos muestra nuevamente la peor cara del ser humano y el peor camino para resolver conflictos de cualquier naturaleza..."
Señor Presidente,
A pesar de la crisis derivada de la pandemia, Paraguay ha sabido mantener la estabilidad económica y muestra los mejores signos de recuperación de la región, lo que alienta el creciente interés de las empresas españolas que aprecian las ventajas comparativas de su país. Nuestras empresas contribuyen al desarrollo económico y a la creación de empleo en Paraguay, y nos sitúan como primer país en volumen de inversión extranjera.
Pero aspiramos a fortalecer más, si cabe, nuestros vínculos económicos y comerciales. Esperamos que tanto los foros celebrados en Asunción y, ahora, aquí, como la finalización de la negociación del Acuerdo de Doble Imposición contribuyan a ese objetivo común.
Paraguay es también para las empresas españolas una puerta de entrada preferencial al MERCOSUR. Precisamente contamos con su país como uno de nuestros mayores aliados para la firma del Acuerdo de Asociación UE-MERCOSUR.
Junto a su identidad europea, España se enorgullece de su alma iberoamericana. Como afirmaba el más ilustre escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos, Premio Cervantes en 1989, la integración iberoamericana está llamada a ser el factor preponderante de equilibrio y de paz para nuestros países en el futuro.
Hemos podido apreciar un ejemplo muy reciente de esta proximidad de lazos, principios y valores compartidos con motivo de la agresión rusa a Ucrania. Tanto Paraguay como España, en coherencia con su defensa de la legalidad internacional, la soberanía nacional y la integridad territorial, hemos rechazado firme y sostenidamente la injustificable agresión en todos los foros internacionales; que interpela a los principios más elementales del derecho internacional, y al respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Precisamente, la presencia del Paraguay, por segunda vez en su historia, en el Consejo de Derechos Humanos para el periodo 2022-2024 es la mejor prueba de su compromiso con la defensa de esos valores.
Señor Presidente,
Acabáis de conmemorar el 30º aniversario de la Constitución que abrió el camino democrático. Felicitamos con afecto y sentido de hermandad al pueblo paraguayo; una sociedad hospitalaria que desborda juventud y demuestra un enorme dinamismo y potencialidad; y que hace de su país una tierra de acogida y tolerancia, abierta generosamente al mundo.
Se suma a ello la riqueza de su cultura, de su bilingüismo —con su bella lengua guaraní—, de su música —con la guaranía y el arpa paraguaya— de sus artes y letras, su hermosa artesanía o su gastronomía única. Una cultura de la que ha sido testigo y que ha acompañado nuestro país a través del Centro Cultural de España Juan de Salazar, decano de nuestra red de centros culturales en el mundo, con más de 40 años de trabajo en Paraguay.
Señor Presidente,
Esperanzados en continuar por la extraordinaria senda de un futuro común, fruto de los lazos que nos unen y de la deliberada voluntad de seguir profundizando nuestros vínculos, les invito a levantar su copa y a brindar juntos por el progreso y bienestar del Paraguay y de España, por la amistad y hermandad entre nuestras dos naciones y por la ventura personal de Vuestra Excelencia, Presidente Abdo y de la Primera Dama.
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