Allow me to begin by saying that it is such a great pleasure to be back here in Palma, and the Island of Mallorca; and indeed, it is both a pleasure and an honour to greet all the participants in this important Conference, and to welcome you −especially those who have travelled from far− to Spain and the Balearic Islands.
We are extremely grateful to you for choosing our country to host such an outstanding event, even more special since CIMAM celebrates its 60th anniversary.
I trust you all had a good evening yesterday, I certainly did. I believe it helped set the right tone and atmosphere for a productive and successful annual meeting, your 54th Conference we are now inaugurating.
Throughout the weekend, you will have the opportunity to analyse, discuss and work on the needs and challenges facing museums in the coming years: how they are organized, how they interact and engage with society, and how they actually do their best to preserve, exhibit and promote art. How they innovate, communicate, or educate in doing so, and even how they stimulate creativity and new talents.
Todos estos retos son específicos de los museos, pero que resultan muy cercanos y comprensibles para la sociedad, pues todos participamos de sus iniciativas y políticas de actuación, los visitamos y enriquecemos nuestro conocimiento sobre el arte, la cultura y, con él, también sobre el mundo, gracias a su trabajo.
Retos que afectan directamente a la forma en que los museos operan y tienden puentes con la sociedad, y que, por tanto, están íntimamente ligados al día a día de todos los ciudadanos: a quienes asisten como público, a quienes participan de sus actividades, a aquellas comunidades que enmarcan y rodean a las instituciones culturales.
Tradicionalmente hemos relacionado los museos con el pasado y la historia. Los museos y centros de arte contemporáneo son, sin embargo, ventanas que nos permiten asomarnos a lo que viene; quizás a un futuro posible o a la capacidad de romper cánones y liberar energía creativa, aunque no preconice un camino definido.
Visitar las salas de los centros en los que trabajan, con los que colaboran o que dirigen nos enseña mucho sobre el presente, pero nos ilumina también sobre las posibilidades de construir un mañana mejor. Así ocurre en estas salas de Es Baluard y en las de tantos centros e instituciones en todo el mundo que se presentan como espacios de reflexión, de inspiración, de concienciación y de encuentro.
Y la misión de esta Conferencia es definir qué papel desempeñan las instituciones artísticas en la construcción de ese mañana de la mano de las sociedades de las que forman parte, a las que acompañan y con las que deben adaptarse -como ellas hacen- a entornos cambiantes y exigentes. Sin perder de vista de dónde vienen, pero con la mirada en lo que está por llegar. Porque la conservación, el aprendizaje y la defensa del legado artístico, cultural y humano de quienes nos precedieron es la mejor garantía para ese futuro mejor.
La cultura es patrimonio, es recuerdo, y es también inspiración y el sustrato en el que se cultiva nuestro porvenir como sociedades.
En ese sentido, me gustaría resaltar la importancia simbólica que tiene que este congreso se celebre precisamente en Es Baluard, un museo nacido de la conjunción de fuerzas de una colección privada, la Fundación d’Art Serra, y la colaboración imprescindible de las instituciones públicas: Ministerio de Cultura y Deporte, Govern Ballear, Consell de Mallorca, y Ajuntament de Palma, unidas todas ellas para construir un proyecto abierto a todos los ciudadanos.
Un museo que ocupa el espacio de una antigua fortaleza defensiva y militar renacentista, el Baluard de Sant Pere, edificada a su vez sobre restos islámicos. Un lugar antaño defensivo y también un espacio de historia, de cruce de culturas, convertido hoy en día en un lugar simbólico en el que se evocan también los valores que inspiran nuestra convivencia democrática, a través de las expresiones artísticas que alberga.
Señoras y señores,
En un momento tan marcado por la incertidumbre como el que afrontamos, con los efectos que todavía perduran de una pandemia y con una guerra en el corazón del continente europeo -cuyas consecuencias, en un mundo globalizado, están afectando a todo el planeta-, defender el arte y la cultura es defender la integridad de nuestros valores, la vigencia de nuestros sistemas democráticos. A ello me referí hace unas semanas en la entrega de los Premios Princesa de Asturias. La cultura es hoy, más que nunca, nuestro baluarte, y los museos, los garantes de nuestros valores compartidos.
Podemos estar seguros de que estos días bañados por la luz y las aguas del Mediterráneo, cuna y espacio de civilizaciones y culturas que han marcado nuestra historia, serán sin duda provechosos y beneficiosos en ideas. Sobre estas piedras, herencia de cientos y cientos de años de aprendizajes, se podrán edificar enseñanzas fructíferas que contribuirán a una cultura más próspera.
Por todo ello agradecemos a quienes han sumado sus esfuerzos -muchos, desde luego- para organizar esta Conferencia que España acoge -por cuarta vez-, con mucho orgullo, demostrando nuevamente el decidido compromiso de nuestro país con la Cultura y con todas aquellas iniciativas para su promoción y difusión. Y en este 60 aniversario no quiero terminar mi intervención sin felicitar al Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno y Contemporáneo: Enhorabuena por alcanzar esta cifra tan especial, estás 6 décadas de trabajo constante e intenso; de un trabajo que, sin duda, beneficia a toda la sociedad. Por muchos años más de éxitos, de escucha activa y atenta.
Muchas gracias y buenos días.