Muchas gracias, Señor Presidente, por este reconocimiento. Ingresar en la Orden de Agostinho Neto es un gran honor para nosotros y nos aproxima de una manera simbólica y permanente a su país, como reflejo de los vínculos que nos unen y los buenos propósitos que tenemos y compartimos para reforzar las relaciones entre el Reino de España y la República de Angola.
Gracias también por esta cálida bienvenida. La Reina y yo nos sentimos muy felices de estar aquí. A pesar de haber llegado ayer ya hemos sentido de cerca la hospitalidad y el afecto de sus gentes, y hemos percibido rápidamente el dinamismo de esta sociedad: su ambición de mejora, de avance y de proyección.
Hace año y medio tuvimos el honor de recibiros, junto a la Primera Dama, en Madrid, en una visita importante y productiva que trazó un camino que, a día de hoy, seguimos recorriendo juntos. Contamos con una valiosa perspectiva de colaboración, de amistad y de entendimiento.
A este respecto, quiero recordar también que el Presidente del Gobierno español transmitió anteriormente —con su presencia en Angola en abril de 2021— la importancia que España concede a las relaciones entre nuestros países. Además, el Presidente del Senado −representando a nuestro país− asistió a la ceremonia de investidura de Vuestra Excelencia el pasado mes de septiembre.
Por ello nos alegra mucho que, después de nuestro encuentro en la capital de España, volvamos a reunirnos y que sea esta vez aquí en la pujante ciudad de Luanda, motor político, económico y cultural del país.
Señor Presidente,
España, por su geografía e historia, se proyecta en múltiples dimensiones exteriores. Aparte de nuestra identidad europea y de nuestra profunda convicción en el exitoso proyecto que es hoy la UE, es bien conocida nuestra proyección iberoamericana y atlántica por evidentes razones históricas, culturales y lingüísticas.
Pero, también son clave para España, nuestra proyección y vocación africanas, tanto en la ribera del Mediterráneo, como hacia el sur de este extenso continente. Es indiscutible que estamos unidos por la geografía, pero nuestra vocación africana va mucho más allá.
En los últimos años, el gobierno español —junto con la sociedad civil en distintos ámbitos y el sector privado—, ha trabajado por conocer mejor la realidad del continente en su conjunto y, en particular, de África Subsahariana. Fruto de ello son los planes y programas que se han puesto en marcha para aumentar nuestra presencia y cooperación con los países africanos y establecer una asociación estratégica que permita abordar juntos los numerosos retos globales.
En este objetivo, necesitamos socios con capacidad, credibilidad y voluntad con los que, partiendo de una confianza mutua, España pueda estar más presente en la región en beneficio de todos. Es en este contexto donde Angola es para España un país prioritario por su estabilidad política y social; por sus recursos y buenas perspectivas económicas, y por su activa diplomacia regional y multilateral. Pero, además −y esto es lo más importante−, por los sólidos lazos que ya nos vinculan, partiendo de una relación de casi cincuenta años, que comenzó poco después de que Angola accediera a la independencia.
Se trata, en definitiva, de que España sea una referencia para Angola en Europa —como S.E. el Presidente Lourenço dijo en Madrid—, y de que Angola lo sea para España en esta parte del mundo. Disponemos de los mejores cimientos para ello, y esa es la razón de nuestro 1er Viaje de Estado a África Subsahariana.
Señor Presidente,
Hay muchos desafíos que tenemos que enfrentar juntos, tanto en el plano regional, como en el internacional. Muchos problemas globales y de envergadura que a todos nos afectan, empezando por las crisis climáticas y la lucha contra sus efectos y consecuencias de toda índole. Me consta la preocupación de Angola por este asunto y su firme determinación para hacerle frente, así como para responder a las necesidades de las poblaciones más afectadas, especialmente las que viven en zonas rurales, más expuestas y con altos índices de pobreza.
"...España, por su geografía e historia, se proyecta en múltiples dimensiones exteriores. Aparte de nuestra identidad europea y de nuestra profunda convicción en el exitoso proyecto que es hoy la Unión Europea, es bien conocida nuestra proyección iberoamericana y atlántica por evidentes razones históricas, culturales y lingüísticas… pero, también son clave para España, nuestra proyección y vocación africanas, tanto en la ribera del Mediterráneo, como hacia el sur de este extenso continente. Es indiscutible que estamos unidos por la geografía, pero nuestra vocación africana va mucho más allá. En los últimos años, el gobierno español —junto con la sociedad civil en distintos ámbitos y el sector privado—, ha trabajado por conocer mejor la realidad del continente en su conjunto y, en particular, de África Subsahariana. Fruto de ello son los planes y programas que se han puesto en marcha para aumentar nuestra presencia y cooperación con los países africanos y establecer una asociación estratégica que permita abordar juntos los numerosos retos globales..."
Asimismo, tenemos que aunar fuerzas entre nosotros, pero también con otros países, para extender y preservar la paz y la seguridad en la región, así como en todo el mundo. A este respecto, Angola ya dio un gran ejemplo que ha quedado registrado en la historia con su admirable proceso de reconciliación nacional en los últimos dos decenios, tras tantos años de sufrimiento.
De gran valor son el esfuerzo y la dedicación que Vuestra Excelencia está demostrando, en su calidad de Presidente de la Conf.Internacional de la Región de los Grandes Lagos, para conseguir la paz y la estabilidad en el Este de la vecina República Democrática del Congo. Deseamos que el despliegue de esfuerzos en el denominado Proceso de Luanda, en relación al grave conflicto de desastrosas consecuencias humanitarias, consiga llevar la estabilidad y esperanza a esa región.
El Gobierno de Angola está actuando hoy precisamente como un factor de estabilidad, tanto en la región centroafricana, como en el África meridional, mérito que ha sido reconocido por sus homólogos gubernamentales con el título de “Campeón para la Paz”, que le fue recientemente otorgado. Le felicitamos sinceramente y le animamos a perseverar en este loable esfuerzo.
Señor Presidente,
Desde España nos alegra poder apreciar como “excelente” el estado de nuestras relaciones bilaterales, ancladas en el buen diálogo político, la cooperación en ámbitos multilaterales y los intercambios comerciales y económicos.
Por distintas razones, seguimos atravesando un periodo de incertidumbre global, con una crisis económica que afecta a la gran mayoría de países. Con todo, los datos de los que disponemos indican que nuestros intercambios económico-comerciales tienen un amplio margen de mejora. En este contexto, nuestros gobiernos y agencias competentes deben fomentar nuestra cooperación económica con un aumento del comercio y de la presencia empresarial.
Quiero, en este punto, destacar, por su relevancia, la decisión del gobierno de Angola de haber establecido una conexión aérea directa Luanda-Madrid, que se está consolidando, y que es un gran activo para las empresas de ambos países; además de potenciar las relaciones en todos los ámbitos.
Estoy seguro de que las empresas españolas, cuyo nivel de excelencia está probado en sectores que Angola desea desarrollar, como las infraestructuras y el saneamiento, la agroindustria y la pesca, la energía y el turismo, encontrarán socios locales privados y públicos para trabajar en beneficio mutuo. A esto responde el encuentro empresarial al que asistiremos juntos mañana.
Señor Presidente,
En el 2º semestre de este año, España asumirá por 5ª vez la Presidencia del Consejo de la UE; y entre nuestras prioridades está la de reforzar las relaciones con nuestros socios africanos y contribuir a la realización del marco estratégico de la Unión Africana para la transformación económica del continente. También se está trabajando en una reunión de alto nivel sobre inversiones transformadoras en África, centradas en la creación de empleo.
Todo ello, Señor Presidente, nos sitúa en un contexto que, a pesar de los problemas e incertidumbres generales, es también muy positivo. Pero permítame que, ya para terminar, destaque un elemento especialmente querido y valioso que favorece singularmente nuestra relación: Angola y España tenemos la ventaja de que las lenguas portuguesa y española nos ofrecen una gran comprensión mutua y de que alrededor de un 10 % de la población mundial las utiliza. Por eso debe apoyarse y fomentarse su estudio.
La Reina y yo, así como toda nuestra delegación, le agradecemos, Sr. Presidente y 1ª Dama −junto a las autoridades e invitados que nos acompañan aquí, en el corazón de la ciudad Alta de Luanda−, todo su afecto y hospitalidad.
Continuemos ese camino trazado hace un año y medio en Madrid; hagámoslo juntos y con confianza. Tenemos un futuro prometedor y estamos convencidos de que seremos capaces de recorrerlo juntos con éxito por el bien de nuestras dos naciones.
Permitidme Señor Presidente que termine con unas palabras de profundo pesar por la inmensa tragedia humana y material que están sufriendo los pueblos de Turquía y Siria como consecuencia de los terremotos. Saben que cuentan con toda la solidaridad y ayuda necesaria de las autoridades y del pueblo español para superar en lo posible las dramáticas consecuencias de este desastre.
Muchas gracias.