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Es un honor participar una vez más en la clausura de este Encuentro Empresarial Iberoamericano que, ahora en su XIVª edición, celebramos acompañando a nuestra querida Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, que alcanza ya la num. 28. Me gustaría felicitar a la Secretaría Gen IbAM (SEGIB), al Consejo de Empresarios IbAm (CEIB) y a las patronales de Rep. Dominicana (COPARDOM y CONEP), por su dedicación y esfuerzo para llevar a cabo este evento.
Hace dos años, algunos de los aquí presentes tuvimos la oportunidad de encontrarnos en Andorra en un necesario formato semipresencial. En aquel momento seguíamos con las restricciones debido a la pandemia covid-19, que poco más de un año antes había irrumpido en nuestras vidas generando un terrible impacto y coste humano y material; y de la que todavía hoy se arrastran algunas consecuencias. A ellas se añade ahora un escenario internacional en el que aparece una guerra, por la agresión e invasión rusa de Ucrania, de muy graves consecuencias, y que se caracteriza por crecientes tensiones geopolíticas, una elevada inflación y, en definitiva, una mayor incertidumbre, para describirlo muy sucintamente.
Los desafíos a los que nos enfrentamos justifican, más si cabe, la necesidad de este tipo de encuentros que nos permiten poner en común las preocupaciones que afectan a nuestras sociedades y buscar así posibles recomendaciones que nos lleven a poner en marcha medidas conjuntas. Se trata, pues, de que, a pesar de las posibles diferencias estructurales existentes entre los países de la región, unamos esfuerzos para fomentar una Iberoamérica más sostenible.
Antes de continuar, permitidme hacer una referencia específica a Rep.Dominicana, por acogernos y porque siempre ha sido un socio fundamental para España en muchas áreas, sobre todo en la económica, donde nuestra inversión es muy importante tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. Nuestras relaciones bilaterales siempre han sido positivas y en los últimos años se han intensificado, por lo que estamos viviendo un momento de gran proximidad entre nuestras dos naciones.
En años recientes, Rep.Dominicana ha demostrado un desempeño económico inmejorable, con elevadas tasas de crecimiento — superiores al 5%— fruto del impulso de la actividad del sector privado y de la aplicación de políticas macroeconómicas que han permitido una gran estabilidad en el país.
La experiencia dominicana demuestra la relevancia de contar con un sector privado fuerte y comprometido con los retos de país para alcanzar un crecimiento duradero y estable, así como la importancia de una estrecha y adecuada colaboración público-privada para la consecución de los objetivos estratégicos de una nación.
El presente encuentro empresarial es una excelente oportunidad para reforzar esta colaboración público-privada en la región iberoamericana como uno de los pilares fundamentales de desarrollo y crecimiento económico que siempre conlleva a un mayor bienestar social.
En todos los países de Iberoamérica existe la voluntad de avanzar hacia la recuperación y estabilidad pos-COVID; un propósito que contempla la creación de empleo, la mejora de la calidad de vida y la construcción de un futuro mejor para todos, pero que no está exento de dificultades. A lo largo de este encuentro habéis podido debatir ampliamente sobre ellas. Me gustaría hacer una breve referencia a algunos de estos importantes retos como son la necesidad de inversiones; la mejora del turismo y de las cifras asociadas al mismo; la conectividad y la transformación digital; y el fortalecimiento del sistema de comercio multilateral… entre otros muchos.
- En cuanto a la inversión, como se recoge en la Declaración conjunta de la Reunión Ministerial Iberoamericana de Ind. y Com. celebrada en enero de este mismo año, los entornos estables, predecibles y competitivos son fundamentales a la hora de atraer nuevas inversiones a la región en el contexto de la reorganización de las cadenas globales de valor.
- Respecto al turismo, su recuperación ha supuesto un reto especial para toda Iberoamérica ya que desempeña un papel fundamental en el desarrollo y crecimiento de su economía. En este sentido, permítanme hacer un inciso y felicitar a Rep.Dominicana por la excelente gestión realizada en estos años, a la hora de reactivar el turismo, basada en la colaboración con el sector hotelero.
- Otro desafío fundamental que se ha tratado hoy es la conectividad y la transformación digital. La pandemia demostró que la digitalización constituye una palanca fundamental para acelerar la transición hacia una economía circular, así como una necesidad para garantizar la capacidad de adaptación y flexibilidad ante las adversidades de nuestros tejidos productivos.
"...De cara a la presidencia española del Consejo de la UE en el 2º semestre del año, desde España se está trabajando intensamente para que la región iberoamericana tenga un papel fundamental. Ambas regiones pueden y deben aumentar sus vínculos económicos, tanto comerciales como de inversión, para poder abordar los desafíos de una forma más eficaz y eficiente. Además, las dos se presentan como las zonas con mayor complementariedad económica y mayor potencial de crecimiento. Por tanto, la relación birregional es esencial para la consecución de la tan anhelada autonomía estratégica europea y para robustecer el crecimiento económico y el desarrollo social de América Latina.
En el mes de julio, en Bruselas, se celebrará la Cumbre UE-CELAC en la que se va a presentar una cartera de proyectos de inversión estratégicos para la región, que contarán con el respaldo de la UE y de sus Estados Miembros, así como de Instituciones Financieras Internacionales con presencia regional como el BERD, el BID, la CAF o el BCIE, entre otras.
..."
- Asimismo, es muy recomendable promover un sistema multilateral de comercio abierto basado en reglas, inclusivo, no discriminatorio y equitativo, y apoyar la eliminación de barreras innecesarias al comercio internacional para promover la recuperación económica.
Señoras y señores,
De cara a la presidencia española del Consejo de la UE en el 2º semestre del año, desde España se está trabajando intensamente para que la región iberoamericana tenga un papel fundamental. Ambas regiones pueden y deben aumentar sus vínculos económicos, tanto comerciales como de inversión, para poder abordar los desafíos de una forma más eficaz y eficiente. Además, las dos se presentan como las zonas con mayor complementariedad económica y mayor potencial de crecimiento. Por tanto, la relación birregional es esencial para la consecución de la tan anhelada autonomía estratégica europea y para robustecer el crecimiento económico y el desarrollo social de América Latina.
En el mes de julio, en Bruselas, se celebrará la Cumbre UE-CELAC en la que se va a presentar una cartera de proyectos de inversión estratégicos para la región, que contarán con el respaldo de la UE y de sus Estados Miembros, así como de Instituciones Financieras Internacionales con presencia regional como el BERD, el BID, la CAF o el BCIE, entre otras. Esto es algo en lo que el gobierno español está trabajando activamente junto con sus socios comunitarios y con dichas Instituciones.
Además, entre las prioridades de la presidencia española destaca el apoyo y mayor impulso para llevar a cabo la firma de los acuerdos bilaterales pendientes cuyo objetivo es liberalizar el comercio y establecer un marco de relación estratégica entre la UE y América Latina.
Estos acuerdos —entre los que destacan especialmente el Acuerdo Global con México y los de Asociación con Chile, con Centroamérica y con el Mercosur— son fundamentales para ambas partes; son un instrumento clave para mantener unas buenas relaciones económicas y comerciales mutuamente beneficiosas.
A través de ellos se establece un entorno bilateral garante de unos flujos de comercio e inversión que impulsen el crecimiento y el desarrollo regional. Los lazos históricos, culturales, lingüísticos y económicos que une a España con Latinoamérica junto con la gran presencia de empresas españolas en esta región son argumentos suficientes para justificar la necesidad de impulsar y fortalecer estas relaciones bilaterales.
Esta priorización se produce, además, en un contexto en el que las cifras del comercio de bienes entre España y Latinoamérica han recuperado los niveles previos a la pandemia y se encuentran en niveles históricos. España es, junto a los EEUU, el inversor de referencia y la inversión española está diversificada en distintos sectores, con decidida vocación de permanencia.
Por otro lado, España también da la bienvenida a la inversión latinoamericana en nuestro país y anima a las empresas a mantener la apuesta por nuestro mercado, bien por su propio potencial, bien por ser una plataforma de acceso al mercado de la UE.
En definitiva, la recuperación económica, hoy más que nunca, necesita de una puesta en común para seguir trabajando juntos y encontrar las vías adecuadas para contrarrestar las fuerzas desestabilizadoras de la economía. Iberoamérica ofrece multitud de oportunidades, las empresas españolas lo saben y trabajan decididamente en ellas —llevan haciéndolo desde hace ya más de tres décadas—. Están dispuestas a seguir apoyando las economías de los diferentes países, siempre en marcos de estabilidad que permitan un correcto funcionamiento.
Se trata, de este modo, de aproximar nuestras economías y conseguir un crecimiento económico sostenido y sostenible en el tiempo que ayude a minimizar aquellas brechas de desigualdad que persistan y puedan ser fuente de tensión en nuestras sociedades. Os animo a continuar fortaleciendo los vínculos que nos unen. Aprovechemos juntos todas las oportunidades que ofrece el espacio iberoamericano. Es sin duda un gran proyecto que precisa una común y audaz visión estratégica y el mayor compromiso de todos.
Muchas gracias.
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