Es un verdadero honor acompañaros en el homenaje de hoy a quienes presidieron esta Cámara desde el inicio y a lo largo de toda nuestra democracia parlamentaria. Por la fecha en que se celebra y por las personas homenajeadas este reconocimiento adquiere un especial significado:
Por una parte, hace unos pocos días se cumplían 46 años de las elecciones generales que dieron lugar a la Legislatura constituyente. Aquel 15 de junio de 1977 fue la fecha fundacional de una etapa democrática histórica incomparable en términos de libertad, estabilidad, progreso y bienestar, que tiene en nuestra Constitución su más firme punto de anclaje y que este 2023 cumplirá 45 años de vigencia.
Y, por otra parte, se distingue y valora el trabajo, esfuerzo y determinación de todos los expresidentes, desde los que estuvieron en aquel excepcional comienzo, hasta los que continuaron trazando y fortaleciendo el camino del parlamentarismo hasta nuestros días: por un lado, Antonio Hernández Gil, Fernando Álvarez de Miranda, Landelino Lavilla, Gregorio Peces-Barba, Félix Pons y Manuel Marín, que ya no están entre nosotros. Todos ellos ejemplos de servidores públicos que, desde la presidencia, supieron anteponer a cualquier otra preocupación la tarea prioritaria de asentar nuestra vida colectiva sobre las bases del respeto mutuo y el aprecio por el diálogo constructivo y el debate razonado. Su memoria forma parte de lo mejor de nuestra historia reciente; a la que también han contribuido con alto sentido de la responsabilidad democrática e institucional, los expresidentes que hoy nos acompañan: Federico Trillo, Luisa Fernanda Rudi, José Bono, Jesús Posada, Patxi López y Ana Pastor.
Su −vuestro− compromiso ha alentado los esfuerzos de mejora permanente de nuestro sistema de convivencia. Y tiene para todos su más valiosa —e inolvidable— expresión en la figura de Landelino Lavilla preservando con su actitud firme la dignidad del Parlamento frente al intento de ruptura del orden constitucional.
El Presidente del Congreso es la 3ª autoridad del Estado y la Constitución le atribuye competencias específicas. Ésta prefigura, pues, la presidencia, pero su configuración cabal, y su papel en la vida parlamentaria, ha precisado de la contribución personal de sus titulares.
"...Con los recuerdos más presentes que nunca, hoy nos sumamos a este merecido homenaje a quienes han sido la imagen visible de una institución central de nuestro Estado social y democrático de Derecho que establece la Constitución; que siempre han velado por ella, mostrando su lealtad, respeto y consideración...."
Y en una magistratura que actúa como punto de apoyo de los equilibrios de la Cámara, tan importantes son las potestades y competencias como las virtudes con las que se ejercen. Serenidad, firmeza, mesura, templanza o empatía han conformado en la conciencia pública la noción de la Presidencia del Congreso, una obra de la que han sido artífices los homenajeados.
He tenido la fortuna de conocerlos a todos, incluso a algunos siendo un niño. Y hemos compartido muchos acontecimientos cruciales para España, y que considero, como todos aquí, momentos igualmente fundamentales para mí. Y volver al Congreso, por tanto, significa evocar esas fechas, especialmente las que han marcado más mi vida y mi trayectoria, y que también vinculan mis recuerdos a los de los homenajeados.
Hace 9 años, como recordé este pasado lunes, juré la Constitución como Rey, ante Las Cortes Generales, en esta Cámara, siendo su presidente Jesús Posada. Mucho más lejano en el tiempo, pero imborrable en mi memoria, es el 30 de enero de 1986, pues juraba la Constitución como Príncipe de Asturias, con Gregorio Peces-Barba como presidente; acto debido y solemne que volveremos a vivir con la Princesa Leonor ante su mayoría de edad.
Momentos muy emotivos, momentos inolvidables, al igual que lo es éste para todos los que nos encontramos hoy en esta Cámara, testigo de tantos acontecimientos decisivos de nuestra historia.
Con los recuerdos más presentes que nunca, hoy nos sumamos a este merecido homenaje a quienes han sido la imagen visible de una institución central de nuestro Estado social y democrático de Derecho que establece la Constitución; que siempre han velado por ella, mostrando su lealtad, respeto y consideración.
Enhorabuena a todos ellos, y a los familiares de los que ya no están. Y, finalmente, permitidme que en este lugar, clave de bóveda para nuestra vida democrática, donde representatividad y gobernanza se dan la mano con la vocación y ánimo de conducir la vida en común a mejores cotas convivencia y prosperidad, os dé las gracias, tanto en mi condición de español, como en la de Rey y Jefe del Estado.
Muchas gracias.