Es una alegría volver a Santander, una ciudad siempre evocadora de esa especial relación con mis antepasados que aquí se cimentó a principios del siglo XX e incluso un poco antes. El tiempo no ha borrado ese recuerdo, y en cada ocasión me gusta reconstruir e imaginar esas vivencias.
Han sido frecuentes y variados los motivos o acontecimientos que me han traído aquí a Santander y a Cantabria, a lo largo de los años, y en esta ocasión también me alegra que pueda hacerlo ahora para participar un año más en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Es algo que agradezco y que me permite desde hace muchas ediciones, mantener el contacto, conocer vuestros proyectos y preocupaciones, y expresaros mi ánimo, reconocimiento y gratitud hacia la vocación y esfuerzo que demostráis por generar valor, empleo, riqueza y fortaleza económica para España; y por hacerlo desde este ámbito tan importante y sensible de nuestro tejido empresarial privado.
Hoy termina, y aquí estamos clausurando vuestro Congreso después de varios días −seguro que intensos− en los que habéis intercambiado ideas, conocimientos y, sobre todo, vuestras propias experiencias. Esta edición (la 27ª) coincide, además, con el 25º aniversario de la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar, así que me gustaría felicitarla por alcanzar ese importante hito.
Las empresas familiares sois el motor que mueve nuestra economía y el principal empleador en el sector privado. Esta realidad refleja vuestra importancia no solo para el crecimiento económico de nuestro país, también lo es para las personas. El año pasado, cuando nos reunimos en Bilbao os dije que “vuestra presencia y compromiso son garantía de futuro para muchas personas”. Desempeñáis un papel clave en la estabilidad y bienestar, de empleados o clientes, sí, pero también de la sociedad en general.
Habéis interiorizado bien lo que realmente significa mirar siempre hacia adelante, transmitiendo así un mensaje de confianza que, en esta edición, proyectáis precisamente con el lema “Somos Futuro”. Aquí estáis representadas más de 600 empresas familiares demostrando ese compromiso con el futuro de nuestra economía, de nuestra sociedad y, en definitiva, de España.
"...las empresas familiares sois el motor que mueve nuestra economía y el principal empleador en el sector privado. Esta realidad refleja vuestra importancia no solo para el crecimiento económico de nuestro país, también para las personas. El año pasado, cuando nos reunimos en Bilbao os dije que “vuestra presencia y compromiso son garantía de futuro para muchas personas”. Desempeñáis un papel clave en la estabilidad y bienestar, de empleados o clientes, sí, pero también de la sociedad en general..."
Señoras y señores, queridos empresarios,
Una de las preguntas recurrentes en foros como éste es si es posible crecer e internacionalizarse sin renunciar a los orígenes. Vosotros sois la prueba de que sí, es posible. A pesar de los desafíos y costes adicionales que conlleva todo proceso de expansión, existen compensaciones significativas que hacen que la ecuación "origen y competitividad" sea viable. Y así lo entendéis. Porque no contempláis estos conceptos como opuestos, sino como fuerzas complementarias.
Porque el origen no limita la competitividad, sino que la potencia. La implicación con vuestro territorio, combinada con una visión a largo plazo, convierte a los municipios que cuentan con empresas familiares en enclaves o polos con claras oportunidades de progreso y crecimiento.
En esta doble dimensión: la espacial —apoyo al territorio— y temporal —visión de largo de plazo—, las empresas familiares sois “origen y futuro”; un futuro que, como sabéis, debe contemplar un potente y claro esfuerzo neto hacia la innovación y hacia el aprovechamiento de las tecnologías. Para garantizar vuestra continuidad y supervivencia en el entorno actual —tan cambiante, a menudo inestable y siempre exigente—, debe hacerse ese esfuerzo, y así poder ganar en productividad y en competitividad, objetivos también primordiales para vuestro crecimiento y relevancia en el mercado global.
En un contexto económico extraordinariamente complejo, os enfrentáis a una presión creciente para adaptaros y diferenciaros. Es aquí donde aspectos clave como la incorporación de talento, la apertura a la innovación y la adopción de tecnología tienen un rol crucial. Si el objetivo es mantenerse y prosperar, el camino es adaptarse. Lo habéis hecho en épocas pasadas y más recientes, y estoy seguro de que lo seguiréis haciendo.
Queridos empresarios,
Este año el Congreso ha contado con Italia como país invitado que presenta un tejido empresarial en el que, al igual que el nuestro, la presencia de las empresas familiares es fundamental.
Acabamos de escuchar hace un momento la intervención sobre el futuro de Europa de Enrico Letta, Presid del Inst.Jacques Delors y ex–PM Ministro de la Rep. de Italia: Tenemos el análisis, el diagnóstico y una serie de propuestas que deberían contribuir a mejorar la competitividad en el continente. Si se puede favorecer en Europa un entorno más sencillo y atractivo para las inversiones y el empleo, la energía social y el compromiso de empresas como las familiares seguramente harían el resto. Molte grazie, presidente, per il suo intervento, e complimenti! e Benvenuto nel nostro paese.
Por eso quiero agradeceros al conjunto de las empresas familiares vuestra implicación y vuestro esfuerzo, por ser un pilar fundamental de nuestra economía y de nuestra sociedad y por manteneros fieles a vuestros valores, también como contribución al bien común.
Este Congreso en Santander ha sido, sin duda, otro éxito en vuestro camino, que os impulsa a seguir trabajando por un futuro brillante, no solo para las empresas familiares, sino para toda España. Felicidades Igancio y mi reconocimiento a todo tu equipo, a los vicepresidentes, junta directiva, director general y patrocinadores y muchas gracias.