us Majestades los Reyes han visitado hoy en pleno pirineo Aragonés el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, de la época medieval. Posteriormente, se trasladaron a la localidad oscense de Jaca, donde tras recorres sus calles se trasladaron al Pabellón de Hielo, para mantener una reunión de trabajo con representantes del sector turístico de Aragón.
Acompañados por el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, Don Felipe y Doña Letizia han sido recibidos a su llegada al Monasterio Viejo de San Juan de la Peña por el presidente del gobierno de Aragón, Francisco Javier Lambán; el presidente de las Cortes de Aragón, José Javier Sada; la delegada del Gobierno en Aragón, María del Pilar Alegría; el alcalde de Jaca, Juan Manuel Ramón Ipas; y el hermano mayor de la Real Hermandad de Caballeros de San Juan, Félix Longás, entre otras autoridades y personalidades.
Tras inaugurar el espacio expositivo del Conde de Aranda, que ha sido remodelado con nuevos contenidos al cumplirse en 2019 el aniversario del nacimiento en Siétamo en 1719 del X Conde de Aranda, Pedro Pablo Abarca de Bolea, Sus Majestades los Reyes visitaron el Monasterio, recorriendo el Claustro; la Iglesia donde se encuentra una copia del facsímil del Santo Grial; el Panteón Real neoclásico; y el Panteón de Nobles, donde se encuentra la tumba del X Conde de Aranda. A continuación, los Reyes descubrieron una placa conmemorativa de su inauguración y continuaron con su recorrido, visitando el espacio expositivo sobre el X Conde de Aranda; la Masadería (Panteón Medieval), donde el hermano mayor explico a Don Felipe y Doña Letizia el espacio expositivo sobre la reinhumación de los restos del linaje real de Aragón. La visita finalizó, en la Sala del Concilio y en el primitivo Templo Mozárabe.
En pleno Pirineo Aragonés se encuentra el Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, y entre sus elementos más sobresalientes descuella el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña cubierto por la enorme roca que le da nombre, el conjunto, abarca una amplia cronología que se inicia en el siglo X, aparece perfectamente mimetizado con su excepcional entorno natural. En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián, pero sobre todo sobresale el magnífico claustro románico, obra de dos talleres diferentes y el Panteón Real, de estilo neoclásico, erigido en el último tercio del siglo XVIII.
Posteriormente, Sus Majestades los Reyes se trasladaron a la Jaca, capital del Pirineo Aragonés, donde recorrieron sus calles y las zonas más emblemáticas de la ciudad, recibiendo la calurosa bienvenida de los jacetanos que se congregaban durante su camino hacia la Catedral de San Pedro, en la donde tras los saludos protocolarios, la directora del Museo Diocesano, explico a Don Felipe y Doña Letizia la tradición de la colocación de una bandera blanca sobre el punto más alto de la Catedral, símbolo que indica que la ciudad está libre de epidemia y que dejaba paso libre a los peregrinos que debían seguir el Camino de Santiago. Como los Pirineos están libres de epidemias la bandera estuvo izada.
Por último, Sus Majestades los Reyes se trasladaron al Pabellón de Hielo, donde mantuvieron una reunión de trabajo con representantes del sector del turismo de Aragón, presididos por el presidente de la Confederación de Empresas de hostelería y Turismo de Aragón, Luis Vaquer, y en la que se habló del Plan de choque del sector turístico de Aragón para combatir la crisis generada por el Covid-19.
El turismo representa más de un 8% del PIB aragonés y es, si no el más importante, uno de los sectores más importantes para fijar población en el territorio, contribuyendo de manera insoslayable en la lucha contra la España vaciada. El turismo de interior tiene la oportunidad de ser el primero en recuperarse, dado que el comportamiento de los viajeros va a reforzar los destinos no masificados, el turismo de proximidad, en contacto con la naturaleza, en definitiva, el turismo sostenible.
Para poner en valor este hecho, no sólo hace falta promocionarlo, es necesario garantizar el mantenimiento del mayor número posible de empresas y puestos de trabajo tras la crisis del Covid 19, y revisar y reorientar las estrategias en materia turística.