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uenos días a todos.
En este año 2010 hemos tenido la suerte y la dicha de venir ya en varias ocasiones a tierras gaditanas, desde Cádiz a Algeciras pasando por San Fernando y ahora Jerez de la Frontera, tierras tan queridas de Andalucía. Nos alegra mucho y de corazón que así sea porque es un año muy especial en el que celebramos el Bicentenario de nuestras primeras Cortes constituyentes, una de las páginas más bellas y lúcidas de la Historia de España como gran Nación soberana, dueña de su propio destino.
Por ello, permitidme que, en este Acto de entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes -que a la Princesa y a mí nos agrada y nos honra presidir por segunda vez-, recuerde aquella reunión parlamentaria iniciada en 1810 en la Isla de León que tuvo como resultado la primera Constitución española, un referente permanente de nuestra Historia Contemporánea. Como recordó S. M. el Rey hace pocas semanas, en aquellas Cortes se forjaron los primeros pilares de nuestro Estado de Derecho, se promulgaron derechos individuales, se consagró la igualdad, se estableció la división de poderes y se proclamó, entre otras muchas, la libertad de imprenta. Creo muy importante insistir en el recuerdo y valor de aquel legado de hace 200 años.
Volvamos al tiempo presente, pues hoy, nos acoge el pueblo jerezano, alegre y hospitalario, con sus muestras de cariño tan entrañables a las que correspondemos con el mismo sentimiento de afecto sincero. Jerez, hay que decirlo, se nos antoja perfectamente idónea para la celebración de esta ceremonia con la que España honra cada año a sus creadores y artistas y en la que todos nos unimos para reconocerles públicamente su obra, su esfuerzo y su contribución a la grandeza y proyección cultural de nuestro país.
Porque en Jerez el Arte rezuma por todos sus rincones, no sólo en las disciplinas más clásicas -de las que el patrimonio de esta ciudad nos ofrece espléndidos ejemplos- sino en otras muchas expresiones y modalidades. Me refiero al soberbio arte ecuestre, a la magia del flamenco, o al vino y su elaboración tan llena de arte, exponentes todos ellos de esa forma tan jerezana de entender la belleza, la vida y el tiempo.
La entrega de las?Medallas de las Bellas Artes? me permite compartir con todos vosotros algunas reflexiones sobre ese impulso artístico que anima el trabajo y la creatividad de las personas e instituciones distinguidas.
Pero antes quiero felicitar sinceramente a todos los que habéis recibido estas Medallas. Además os damos las gracias por el regalo que supone para todos vuestra vida y obra. Gracias también a quienes nos habéis hablado hoy con lucidez, sentimiento y precisión sobre el significado de las Medallas y sobre los muchos méritos de quienes las reciben; gracias por darle espacio al humor, que no hace mas que agrandar los valores y la energía positiva que marcan vuestras trayectorias. A todos, nuestra enhorabuena más calurosa.
El mundo del arte, nos ha dicho recientemente Mario Vargas Llosa, es el mundo de la perfección, el mundo de la belleza. El arte es así un acicate para la superación y la excelencia en todos losórdenes de la vida. El arte llega a todo y a todos y tiene además una esencial dimensión didáctica e inspiradora.
Las distinciones que hoy entregamos abordan las Artes en su más amplia expresión, pues incorporan el mayor número y variedad de disciplinas, desde las más clásicas y tradicionales, hasta las más contemporáneas, novedosas y emergentes. Reconocen la pluralidad de las vocaciones artísticas y la diversidad de su fuerza creadora.
En esta edición han sido premiados hombres y mujeres, así como instituciones y grupos, por su excelencia en numerosos campos artísticos. Con su magnífica labor los galardonados nos dan un gran ejemplo a todos que estimula a cuantos dedican su vida a las Bellas Artes.
Hay que agradecer siempre, además, a quienes apoyan la creación artística. La labor de mecenazgo no es sólo una muestra indudable de altruismo y generosidad, sino que resulta fundamental para promover el conocimiento de la obra de arte, el fomento de la labor creativa y el estímulo de mentes despiertas y emprendedoras, particularmente entre los más jóvenes.
Señoras y Señores,
El arte puede nacer y desarrollarse en un contexto nacional y cultural concreto, pero trasciende de modo natural orígenes y fronteras. Estamos legítimamente orgullosos del esplendor de las artes en España, de la riqueza y diversidad de nuestra cultura, así como de su proyección universal; y proclamamos al mismo tiempo nuestra alegría por su continuo enriquecimiento gracias también a la aportación de creadores originarios de otros lugares del mundo.
Quiero terminar mis palabras, agradeciendo de nuevo la acogida que nos brinda Jerez de la Frontera y reiterando nuestra efusiva enhorabuena a los galardonados en la seguridad de que seguirán aportándonos su ejemplo como buscadores infatigables que son de belleza y perfección.
Muchas gracias.