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xcelencias, Excelentísimas señoras,Señoras y señores,
Es un honor y un motivo de especial alegría daros la bienvenida en Madrid con ocasión de la Cumbre de la Alianza Atlántica.
España valora en toda su trascendencia la oportunidad histórica de reunir en su capital a los altos representantes de los países aliados y de los países miembros del Consejo de Asociación Euroatlántica, unidos por el objetivo de avanzar decididamente en el proceso de consolidación de la seguridad y la estabilidad en un área geográfica común.
La Cumbre de Madrid refleja la voluntad y la capacidad de la Alianza para renovarse ante las circunstancias que configurarán el escenario internacional del siglo XXI. Los objetivos de la reunión aliada, y los resultados que se van produciendo, son buena muestra de nuestro decidido empeño en contribuir al desarrollo de un sistema de seguridad más estable, donde la Alianza ocupe el lugar que le corresponde dentro del esfuerzo concertado de las diversas instituciones de seguridad.
Para ello, era necesaria una adaptación interna que le permitiera asumir nuevas misiones de paz, manteniendo al mismo tiempo las funciones esenciales previstas en el Tratado de Washington, que hacen del vínculo transatlántico el eje defensivo de unos mismos valores de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos, compartidos a uno y otro lado del Atlántico.
En el contexto de esta nueva orientación, debe inscribirse la decisión manifestada por España de participar plenamente en la nueva estructura de mandos que reflejará la renovación de la OTAN y hará posible, entre otras cosas, el desarrollo de la Identidad Europea dentro de la Alianza.
España, en efecto, considera que su presencia en una nueva estructura de mandos, congruente con las necesidades defensivas actuales, constituirá una aportación de singular importancia tanto a la defensa colectiva como a los nuevos cometidos inéditos que asumirá la OTAN en el marco de la cooperación para una seguridad común.
Los cambios sobrevenidos en el escenario internacional imponían también una adaptación externa para contribuir eficazmente al establecimiento de una seguridad y una estabilidad duraderas en el área euroatlántica. Consciente de sus nuevos compromisos, la Alianza mira primordialmente a los países que recobraron la independencia real y la libertad y realizan esfuerzos admirables por organizar unas sociedades democráticas cuyas preocupaciones y aspiraciones legítimas no deben sernos ajenas.
España otorga un significado especial a la circunstancia de que el proceso de ampliación de la Alianza hacia el Este haya dado comienzo en Madrid.
La reciente creación del Consejo de Asociación Euroatlántica, la firma de Acta Fundacional con Rusia y la Asociación específica con Ucrania, cuya formalización en Madrid constituirá uno de los rasgos históricos de esta Cumbre, son los mejores ejemplos de la voluntad de forjar unas estructuras de cooperación mediante el diálogo político y el trabajo conjunto en proyectos y empresas comunes dirigidos al fortalecimiento de la seguridad general.
Las operaciones militares para la pacificación de Bosnia-Herzegovina han sido un perfecto exponente de esta nueva capacidad de la OTAN para apoyar decisivamente el logro y la preservación de la paz, con la cooperación de los países socios y de otros países que generosamente han brindado su ayuda. Ello ha abierto el camino a una mayor participación de los países socios en las futuras misiones de paz, de acuerdo con las nuevas relaciones de cooperación previstas en el marco actualizado de la Asociación Euroatlántica.
La Alianza contribuye, asimismo, al desarrollo de un clima de diálogo y comprensión mutua en el Mediterráneo, sabedora de que la estabilidad en esta región de crucial importancia afecta de manera característica a la seguridad europea.
Excelencias,
En el mundo de nuestros días, ningún país puede ya considerar su seguridad nacional de forma individual. Hay un convencimiento profundo de que la seguridad de todos está directamente relacionada con las vicisitudes de cada uno. Es necesario un esfuerzo común por establecer la seguridad sobre una cooperación que supere las líneas divisorias que tan trágica huella dejaron en el mapa de Europa. Sólo así será posible que prevalezca en el siglo XXI una paz cimentada en los valores de democracia, libertad, Estado de derecho y respeto a los derechos individuales, que forman el patrimonio de la comunidad euroatlántica.
Con este sentimiento de esperanza, levanto mi copa para brindar por este futuro de paz, prosperidad y libertad de nuestros pueblos, por la vitalidad de la Alianza Atlántica y por la salud y la ventura personal de Vuestras Excelencias.
Muchas gracias.