Agradezco al Presidente Noboa y a la República del Ecuador su hospitalidad aquí en Cuenca, en esta bellísima ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Me emociona conocerla por primera vez y nuevamente me alegra −y es un gran honor− participar en este gran encuentro. Estamos en los Andes, “cuyo dorso gigantesco se extiende a lo largo del grande océano”, como decía el gran poeta cuencano Remigio Crespo Toral.
Saludo con especial afecto a los Jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos presentes en Cuenca, así como al Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand, y a todos los que desde la Secretaría Genral Iberoamericana trabajan sin descanso por dar altura y contenido a la Conferencia Iberoamericana.
Como todos ustedes saben, no están siendo estos unos días fáciles en mi país. Acabamos de vivir un desastre natural que ha dejado más de 220 fallecidos, muchos miles de afectados y cuantiosos daños materiales: tantísimos vecinos y familias en las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla la Mancha y Andalucía han perdido el sustento y fruto de toda una vida, particular y familiar o comunitaria: casas, escuelas, comercios, fábricas, lugares de trabajo, centros culturales y deportivos...
En momentos así es cuando más se valoran las expresiones de apoyo y de solidaridad, de manera que les agradezco de corazón tantas que nos han llegado de los países hermanos de Iberoamérica; de donde proceden, por cierto, algunos de los afectados. Nos reafirma en nuestra profunda convicción de que la comunidad Iberoamericana es, ante todo, una comunidad de afectos.
Señoras y señores,
Con cada encuentro iberoamericano respondemos al mandato y la voluntad de nuestros pueblos, vinculados por una relación intensa, alentada por la movilidad, los proyectos conjuntos, la vida en común. Juntos hacemos Iberoamérica.
Es la primera vez que Ecuador organiza una Cumbre Iberoamericana, fruto de su compromiso con esta Comunidad de Naciones, y lo hace en esta ciudad heredera de la cañarí Guapondelig y de la incaica Tomebamba . ¿Qué mayor paradigma de multiculturalidad, que mejor espejo para tantas otras ciudades iberoamericanas?
Es esa cultura compartida la que está en la raíz del sistema de cumbres. Hablaba la Declaración de Guadalajara, conviene recordarlo, de que “este propósito de convergencia se sustenta no sólo en un acervo cultural común sino, asimismo, en la riqueza de nuestros orígenes y de su expresión plural”.
Ese espíritu que concilia diversidad y comunidad se ha convertido a fuerza de voluntad, de creatividad y de mucho trabajo, en un patrimonio valiosísimo: un ecosistema de relaciones, de iniciativas, de acuerdos, sin el que sería casi imposible comprender la IbAm de nuestros días, y que va más allá incluso de estas Cumbres.
Este acervo é alimentado por duas línguas globais, o espanhol e o português, que integram o nosso grande património histórico, cultural e humano. Os mais de 850 milhões de falantes de ambas as línguas podem aspirar, e de forma legítima, a uma presença cada vez maior na esfera internacional da política, da economia e dos negócios.
Pero hay también cientos de lenguas originarias que hacen que la nuestra sea una Comunidad enriquecida por el multilingüismo, y convierten el conocimiento mutuo en una apasionante aventura.
"...Con cada encuentro iberoamericano respondemos al mandato y la voluntad de nuestros pueblos, vinculados por una relación intensa, alentada por la movilidad, los proyectos conjuntos, la vida en común. Juntos hacemos Iberoamérica...."
Nuestra Comunidad está habitada por una pluralidad de voces, las de nuestra ciudadanía, que se manifiesta a través de las Redes Iberoamericanas, los Observatorios especializados, los Foros y Encuentros, y como el XV Encuentro Empresarial, que clausuramos ayer en Cuenca.
Y se vertebra también a través de la ingente labor de los organismos especializados iberoamericanos, como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que acaba de celebrar su 75 aniversario −y que este año ha recibido el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional− y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), que ha celebrado el pasado mes de octubre su 70 aniversario.
Señores y Señoras,
A pesar de las dificultades encontradas en el camino, en una coyuntura a todas luces compleja, hemos llegado a esta Cumbre tras cumplir con un intenso calendario. Con el lema de “Innovación, Inclusión y Sostenibilidad en Iberoamérica” se han desarrollado los trabajos de la Conferencia Iberoamericana bajo la Secretaría Pro Tempore de Ecuador. La gran cantidad de Reuniones Ministeriales, Encuentros y Foros que hemos celebrado prueban la vitalidad y vigencia de nuestra “comunidad de acción y cooperación”.
Se ha avanzado en los mandatos planteados en la Carta Medioambiental, en la Hoja de Ruta para alcanzar una seguridad alimentaria inclusiva y sostenible, en la Carta de Principios y Derechos Digitales o en empleabilidad juvenil. O en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, como pudimos certificar en la reunión ministerial celebrada precisamente en Valencia hace algo más de un mes.
La búsqueda de financiación es otro de los desafíos que debemos afrontar en Iberoamerica, y la cooperación iberoamericana, que es uno de nuestros signos de identidad, se ha erigido en un instrumento de vanguardia, con metodologías innovadoras sobre la base del principio de horizontalidad; y con importantes logros en Cooperación Sur-Sur y Triangular, la innovación para el desarrollo, la cohesión social, el género, la cultura o el medio ambiente.
En este ámbito procede, creo, recordar que en junio del año próximo España acogerá en Sevilla la IV Conferencia Int’l sobre la Financiación para el Desarrollo, con el objetivo de caminar hacia un nuevo paradigma que contribuya al cumplimiento efectivo de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Señoras y Señores Jefes de Estado y de Gobierno, Señor Secretario General Iberoamericano,
Las Cumbres Iberoamericanas pueden presumir de un historial de más de tres décadas de resultados concretos, tangibles, con impacto directo en la vida de nuestros ciudadanos. Hemos construido consensos que debemos preservar, con avances en igualdad, en solidaridad y en sostenibilidad.
Ante las discrepancias que puedan surgir, naturales en una relación tan rica y prolongada, recordemos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y que nuestra grandeza como comunidad consiste en saber superar las diferencias, seguir nutriendo nuestro acervo, avanzar en nuestros principios y en nuestras convicciones.
Con este espíritu muy presente, España agradece el apoyo unánime de todos los países miembros para albergar la XXXª Cumbre. Ejerceremos esta alta responsabilidad con la convicción de quien cree profundamente en el camino recorrido, pero es también consciente de lo mucho que queda por hacer. En este tiempo vertiginoso que nos toca vivir, de gran complejidad para el multilateralismo, es cuando más falta hace redoblar esfuerzos, no cejar en el empeño, seguir trabajando por consolidar y afirmar el sistema.
Estimado Presidente Noboa, gracias y enhorabuena por el trabajo de la Presidencia Pro Tempore iberoamericana de la República del Ecuador. No podría haber mejor colofón que el encuentro de hoy, en esta tierra de naturaleza exuberante y generosa, este “país de los cuatro mundos” . Decía al comienzo de mis palabras que con cada encuentro hacemos Iberoamérica. Pues bien, sigamos en el virtuoso empeño y superando cada reto, cada dificultad: sigamos haciendo Iberoamérica.
Muchas gracias, Muito obrigado.
A continuación, tiene la palabra el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España