Buenas tardes y muchas gracias por venir hoy a esta recepción en la residencia de nuestra embajada aquí en Estocolmo. A la Reina y a mí nos da la oportunidad de saludaros y expresar nuestro afecto y apoyo a toda la colectividad española establecida en el Reino de Suecia. Iniciamos ahora nuestra visita de Estado y nos alegra particularmente hacerlo en vuestra compañía.
No es la primera vez que la Reina y yo visitamos este gran país, pero ésta tiene indudablemente mayor relevancia y está cargada de especial significado y simbolismo. Ya en 2005 tuvimos la oportunidad de descubrir juntos Estocolmo. En aquella ocasión, no solo pudimos comprobar en persona el cariño que aquí existe por España, sino que además tuvimos el gran honor de inaugurar, junto a la Princesa Victoria, la actual sede del Instituto Cervantes que, a través de la enseñanza de la lengua española, representa uno de los pilares fundamentales de nuestra relación bilateral. En 2010 tuvimos la alegría de volver para asistir a la boda de la Princesa y el Príncipe Daniel.
Sin duda, muchas cosas han cambiado desde aquel año y también lo ha hecho la colectividad española, que ha crecido tanto en número como en diversidad. Hoy, estáis aquí representados muchos de los miles de españoles que han llegado desde entonces, siguiendo la senda marcada por otros durante las décadas anteriores, movidos por circunstancias personales y profesionales.
A todos vosotros, a los que lleváis más tiempo y a los que todavía estáis buscando vuestro sitio en esta nueva tierra de acogida, quisiéramos trasladaros un mensaje de apoyo, pues representáis, fuera de nuestras fronteras, mucho de lo mejor de nuestro país.
Tanto a nivel personal como profesional, cualquiera que sea el ámbito en el que desarrolláis vuestra actividad -la empresa, la investigación, la enseñanza, la ingeniería, la construcción, la salud y muchas otras-, tenemos la certeza de que demostráis no solo vuestra capacidad de trabajo y compromiso, sino también vuestro tesón e ingenio, además de vuestra excelente formación.
Muy especialmente, quisiéramos destacar nuestro ánimo a los que habéis emprendido este camino con familia e hijos, conscientes del desafío que representa adaptarse a una nueva vida en un entorno que no siempre es fácil y lejos de nuestros seres queridos y de todo aquello que representa España.
Queridos compatriotas,
Queremos que este viaje -muy anhelado y que finalmente comenzamos esta tarde- sirva para reafirmar la estrecha amistad que une a los dos reinos de Suecia y España que, si bien son geográficamente lejanos y distintos en muchas cosas, también son muy cercanos y similares en otras, por cuanto nos enfrentamos hoy a tantos desafíos que solamente podremos superar trabajando juntos, especialmente en el seno de la Unión Europea.
"...A todos vosotros, a los que lleváis más tiempo y a los que todavía estáis buscando vuestro sitio en esta nueva tierra de acogida, quisiéramos trasladaros un mensaje de apoyo, pues representáis, fuera de nuestras fronteras, mucho de lo mejor de nuestro país..."
Siendo este nuestro primer Viaje de Estado tras el estallido de la pandemia, no puedo dejar de referirme a la difícil situación que hemos atravesado todos los países, reiterando nuestra tristeza y nuestro pésame por todas las vidas perdidas. Suecia, como España, ha sufrido también las duras consecuencias de esta pandemia, pero, sobre todo, debemos mirar al futuro y hacerlo con esperanza, con confianza, reafirmando nuestro compromiso con la ciencia, la cooperación internacional y la solidaridad para hacer frente a los grandes problemas, especialmente en estos tiempos de pandemia. Y ante ella, sigamos alerta y avancemos con prudencia.
Precisamente, es esta apuesta decidida por la ciencia la que ha inspirado desde el inicio la preparación de este viaje. Suecia es un referente mundial en innovación e investigación que nos debe servir de inspiración. A los muchos investigadores que estáis hoy aquí -representados a través de la ACE (Asociación Científicos Españoles) en Suecia-, quisiera expresaros también nuestra admiración por vuestro trabajo y compromiso, puesto que también a diario os convertís, simbólicamente, en embajadores de España.
Por supuesto, tampoco podemos ignorar lo mucho que queda por hacer, y esto nos debe animar a intensificar nuestros esfuerzos, especialmente en el ámbito económico y comercial. Aunque España y Suecia mantienen buenas relaciones en este terreno, la dimensión de nuestros países y respectivas economías nos debe animar a estrechar aún más nuestros lazos.
Por eso, este viaje de Estado tiene también un importante componente económico, y deseamos que contribuya a impulsar una mayor presencia empresarial española en Suecia y un aumento de nuestros intercambios, siguiendo la senda marcada por las numerosas empresas españolas ya afincadas en este querido país.
Por último, no puedo dejar de referirme a quienes lleváis muchos años dedicados -tanto en Suecia como en España- al fortalecimiento de nuestros lazos a través del idioma y mediante la traducción de numerosas obras, lo que ha servido para establecer una relación entre dos mundos literarios.
Este trabajo, esforzado y dedicado, ha contribuido decididamente a ampliar el conocimiento mutuo y sentar las bases de la amistad entre nuestros dos pueblos. Nos sentimos muy agradecidos a los profesionales de la traducción y la interpretación, porque en gran parte a ellos les debemos hoy la importancia y la pujanza del español en Suecia, convertido ya en la 2ª lengua extranjera más estudiada en el país, solamente por detrás del inglés y muy por delante de otros idiomas que han tenido tradicionalmente en Suecia un papel importante. Estoy seguro de que el turismo habrá influido muy positivamente en esta evolución.
Pero no es suficiente con que en Suecia exista interés por nuestro idioma, que en gran parte responde al hecho de que miles de ciudadanos suecos tienen creciente arraigo en España, muchos de ellos con segundas residencias. Debemos ser capaces de aprovechar esta fuerza para impulsar el conocimiento de nuestra cultura y patrimonio, y para consolidar el conjunto de nuestra relación, algo que solo podremos lograr con la participación de un colectivo tan esencial como los profesores y todos aquellos vinculados a la enseñanza del español.
Queridos compatriotas,
Quisiera finalizar estas palabras transmitiéndoos con la Reina, el apoyo de la Corona y la admiración que sentimos por todo lo que representáis: españoles en tierras lejanas, en circunstancias a veces exigentes y con grandes sacrificios, a veces solos y a veces con familia, pero mostrando siempre las fortalezas y los valores de nuestro país.
Gracias de corazón.